Johnny Depp contra Javier Bardem en 'Piratas del Caribe: La venganza de Salazar'
- Seis años después, vuelve Jack Sparrow y los personajes de Geoffrey Rush, Orlando Bloom y Keira Knigthley
- La película se estrena este jueves, 25 de mayo
Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra (Gore Verbinski, 2003) nació como una combinación del ritmo vertiginoso de la atracción de Disney y un acertado homenaje a las películas de piratas de Errol Flynn, con un personaje que nos cautivó, el Capitán Jack Sparrow, que le valió a Johnny Depp una nominación al Oscar a Mejor Actor. Una gran película que se convirtió en un clásico instantáneo.
Desgraciadamente ese éxito hizo que Disney se lanzara a fabricar secuelas que se quedaron solo con la montaña rusa de efectos especiales y se fueron olvidando de los personajes; hasta naufragar del todo, creativa y artísticamente, con Piratas del Caribe IV: En mareas misteriosas (Rob Marshall, 2011), un auténtico despropósito en el que Sparrow asumía su rol de fantoche y que, sin embargo, fue un taquillazo en todo el mundo (como el resto de la saga).
La película también ha sido el último taquillazo de Johnny Depp. Por eso el actor y Disney vuelven a aguas seguras con una nueva entrega, Piratas del Caribe: La venganza de Salazar que, por lo menos, no nos toma el pelo como la última. E intenta recuperar la magia de la primera (cosa que consigue a medias). Es una película de aventuras bastante solvente y entretenida, aunque fallen algunas cosas.
Por ejemplo la película se centra más en los personajes y menos en los efectos especiales (aunque los hay para aburrir). Aunque no terminen de desarrollarlos. Así, la entrada de Jack Sparrow es fabulosa, pero luego va perdiendo protagonismo y gracia (quizá los productores pensaran que Depp ya no atrae al público como antes).
Algo similar le pasa al villano, el Capitán Salazar interpretado por Javier Bardem. Sus primeras apariciones dan miedo y parece que va a ser un gran antagonista, pero también se desinfla al final, aunque no por culpa del actor (estupendo), sino por el guion (¿quizá demasiados personajes?).
Por lo menos es una película de aventuras entretenida, bien hecha y con buenos actores, algo que no podíamos decir de las anteriores. Aunque su final también es un poquito anticlimático.
Una tripulación de veteranos y novatos
Los nuevos capitanes de los viajes de la Perla Negra son los directores noruegos Joachim Rønning y Espen Sandberg, que nos habían dado una de cal (esa tontería de Bandidas, 2006, con Penélope Cruz y Salma Hayek) y otra de arena (la interesante Kon-Tiki, 2012, nominada a la Mejor Película de Habla no inglesa). Los productores de la saga debieron pensar que esa epopeya marítima les daba la experiencia necesaria para evitar el naufragio de los piratas y parece que lo han conseguido.
El que Disney haya tardado seis años en lanzar esta secuela da fé de lo que les ha costado dar con un guion medianamente solvente. Además, para cubrirse las espaldas han recuperado a los personajes de la trilogía original Will Turner (Orlando Bloom) y Elizabeth Swann (Keira Knightley), aunque sus apariciones sean anecdóticas (aunque suponemos que bien remuneradas). El que no podía faltar es Hector Barbossa (Geoffrey Rush), tan estupendo como siempre, aunque ceda las villanías a Javier Bardem.
Destacar a los dos personajes nuevos: el testarudo Henry (Brenton Thwaites), el hijo de Will Turner y Elizabeth Swann, un joven marinero de la Marina Real británica que reunirá a los demás para encontrar el tridente de Poseidón que le permitirá liberar a su padre de la maldición de El Holandés Errante (se quedaba atrapado a bordo al final de la tercera entrega). Y la astrónoma Carina Smyth (Kaya Scodelario), que será clave para encontrar dicho tesoro. Ambos tienen gran protagonismo en la película y permitirán redimirse al Capitán Sparrow que al principio de la cinta está en sus horas más bajas.
Y si en la anterior entrega descubríamos que el Rolling Stone Keith Richards era el padre de Jack Sparrow, en esta conocemos a su tío, el exbeatle Paul McCartney, que protagoniza una divertida secuencia. Resumiendo, un reparto mucho más coral para disimular que Sparrow ya no tiene la fuerza de antes, aunque aquí a veces apunte maneras (sobre todo, como decimos, en su espectacular aparición).
Otro de los puntos que merecen destacarse de la película es que conoceremos cómo Jack Sparrow se convirtió en el capitán de la Perla Negra. Una secuencia muy curiosa, en la que el personaje está interpretado por el joven actor Anthony De La Torre. Y, por supuesto, tenemos por ahí a cierto mono que ya es otro clásico de la franquicia.
El resto de los aspectos de la película, producción, efectos especiales, música... están tan cuidados como de costumbre, aunque ha sido más barata que las anteriores. Aunque tampoco demasiado.
Por cierto, Disney debería quitarse ya esa manía de matar a los padres (últimamente no se libra casi ni uno, desde el Rey León hasta Star Wars). En cuanto alguien dice "yo soy tu padre", sabemos que va a pasar a mejor vida. E incluso aunque no lo diga.
Piratas del Caribe: La venganza de Salazar se estrena este jueves, 25 de mayo.