El consumo de chocolate se asocia con un menor riesgo de arritmias
- Un nuevo estudio desvela un efecto protector contra la fibrilación auricular
- Esta dolencia cardiaca afecta a 33 millones de personas en el mundo
- La protección sería mayor en mujeres que ingieren una ración a la semana
El chocolate es uno de los principales enemigos de cualquier dieta debido a su alto contenido calórico. Sin embargo, son varios los estudios que asocian su consumo con efectos saludables tales como mantener el cerebro sano o la disminución del riesgo de sufrir cáncer de colon e ictus. A esta lista se une ahora la fibrilación auricular, una dolencia cardiaca que afecta a más de 33 millones de personas en todo el mundo. Uno de cada cuatro adultos puede desarrollar esta afección durante el transcurso de su vida.
Un equipo internacional de científicos ha realizado un estudio en el que afirman haber encontrado una fuerte asociación entre el consumo de chocolate y un menor riesgo de padecer este tipo de arritmia, uno de los más comunes.
Los investigadores apuntan que esa relación es mayor en mujeres que ingieren una ración a la semana, y de dos a seis porciones en ese mismo periodo en el caso de los hombres. El estudio se publica esta semana en la revista Heart.
El consumo de chocolate, especialmente el chocolate negro, se ha relacionado en otros estudios con varios indicadores de salud cardiaca. Los investigadores querían saber si también podía asociarse con una tasa menor de riesgo de sufrir fibrilación auricular.
Estudio realizado en Dinamarca
Para realizar las pruebas se han usado los datos tomados a 55.500 personas (26.400 hombres y 29.100 mujeres aproximadamente) de edades comprendidas entre los 50 y los 64 años, que participaban en el proyecto Dieta, Cáncer y Salud del Centro de Investigación de la Sociedad Danesa contra el Cáncer.
Se trata de un estudio de cohorte realizado en Dinamarca que investigaba la asociación entre los hábitos alimentarios, el estilo de vida y el desarrollo de cáncer en individuos reclutados entre 1993 y 1997, que vivían en el área de Copenhague y Aarhus.
Los sujetos aportaron información sobre su consumo semanal de chocolate, donde una porción equivalía a unos 30 gramos, aunque no especificaban el tipo que comían. El más común en Dinamarca es el chocolate con leche, que suele tener como mínimo un 30% de cacao.
Los datos sobre factores de riesgo que influyen a la hora de sufrir una enfermedad cardíaca, como la dieta y el estilo de vida –aproximadamente uno de cada tres sujetos eran fumadores– se obtuvieron al seleccionar a los participantes del estudio. Se controlaba su estado de salud usando el registro nacional de datos que recoge tanto los tratamientos hospitalarios como los fallecimientos.
El periodo de monitorización de los individuos duró una media de 13,5 años. Durante ese tiempo se diagnosticaron 3.346 nuevos casos de fibrilación auricular entre todos los participantes.
Un 10% menor
Tras tener en cuenta otros factores relacionados con enfermedades cardíacas, se estableció que el número de personas que con esta afección era un 10% menor en el grupo que consumía de una a tres porciones al mes en comparación con las que tomaban una sola ración durante el mismo periodo.
La diferencia también era llamativa en otros niveles de consumo. El riesgo era un 17% menor al tomar una ración diaria; un 20% menos comiendo de dos a seis porciones a la semana; y un 14% menos tomando una o más porciones al día.
También se encontraron diferencias al ordenar los datos según el sexo de los participantes. La incidencia de fibrilación auricular en mujeres era mucho menor que en hombres independientemente de la dieta, pero el vínculo entre un alto consumo de chocolate y un menor riesgo de sufrir esta arritmia se mantenía incluso después de eliminar el resto de factores estudiados.
En el caso de las mujeres, la asociación más fuerte, según el estudio era de un 21% menos de riesgo al consumir una ración semanal, mientras que para los hombres era del 23% tomando entre dos y seis raciones a la semana.
Cautela con los resultados
Los propios autores toman estos resultados con cautela y advierten de que este es un estudio observacional del que no se pueden sacar conclusiones de causa y efecto y que, además, cuenta con varios problemas añadidos.
Uno de ellos es que la leche incluida en determinados tipos de chocolate pueden reducir los compuestos de cacao que son los que se cree que pueden asociarse a efectos favorables para la salud cardiovascular.
Otro problema es que, en la mayoría de los casos, el chocolate se usa en productos altamente calóricos que contienen grasas y azúcar que precisamente no son saludables para la mantener un corazón sano. De hecho, la obesidad es un factor de riesgo asociado a las arritmias cardíacas.
Aun así, los investigadores apuntan: “A pesar de que la mayoría del chocolate consumido en nuestras muestras probablemente contenían concentraciones bajas de ingredientes potencialmente protectores, seguimos observado una asociación significantemente robusta en términos estadísticos”.
También en Heart, los doctores Sean Pokorney y Jonathan Piccini, del Centro para la Fibrilación Auricular de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte (EE.UU.) publican un editorial en el que se pone la nota de precaución respecto al estudio danés.
Advierten en primer lugar que los consumidores de chocolate incluidos en el estudio llevaban una vida saludable y tenían una educación superior, factores normalmente asociados a un mejor estado de salud general, lo que podría haber influenciado los datos.
En segundo lugar, los autores del trabajo no fueron capaces de tener en cuenta otros factores de riesgo para la fibrilación, como las enfermedades renales o problemas respiratorios como las apneas del sueño.
Además, el estudio solo incluía los casos diagnosticados de fibrilación, haciendo más difícil determinar si el consumo de chocolate se asocia efectivamente a un riesgo menor de sufrir esta arritmia o solo a los síntomas obvios de la misma.
Por último, los niveles de cacao en el chocolate varían en distintas partes del mundo, así que los resultados podrían no poder aplicarse en países con niveles más bajos.
No obstante, Pokorney y Piccini creen que: “a pesar de las limitaciones del estudio danés, los resultados son interesantes y habría que tenerlos en cuenta dada la importancia de identificar estrategias de prevención para la fibrilación auricular”.