Las elecciones británicas, en cuatro escenarios
- A Theresa May sólo le vale una victoria aplastante ante los laboristas
- Para Corbyn, en cambio, sería una éxito mantener el status quo
- May convocó elecciones para afianzar su mayoría, pero podría perderla
Los dos principales partidos británicos, el Conservador y el Laborista, se enfrentan este jueves en unas elecciones generales en el Reino Unido, cuyo resultado, a juzgar por las encuestas, se presenta impredecible.
La primera ministra conservadora, Theresa May, convocó elecciones anticipadas a fin de afianzar su mandato de cara a las negociaciones con Bruselas para el Brexit o salida del Reino Unido de la Unión Europea, pero la campaña se le ha atragantado, y teme ahora perder la mayoría absoluta en el Parlamento y, como consecuencia, su liderazgo al frente de los tories.
¿Qué significa ganar para Theresa May?, ¿es una victoria para Corbyn perder si consigue arrebatar a los tories la mayoría absoluta? Estos son los cuatro escenarios posibles en estas elecciones:
1. El probable: victoria aplastante de los conservadores
La premier se ha jugado su liderazgo por un doble cálculo político, en clave partidista: por un lado aplastar al Laborismo, debilitado por el cuestionamiento de su líder Jeremy Corbyn, y por otro deslegitimar un segundo referéndum de independencia en Escocia ya que los nacionalistas de Nicola Sturgeon tienen difícil reeditar el resultado histórico de hace dos años, cuando consiguieron 56 de los 59 escaños en juego.
Para que a May le cuadren las cuentas, los conservadores deberían obtener este viernes una mayoría de más de 60 escaños; ahora mismo gozan de una ventaja de 17. Este resultado sería suficiente para que la premier ponga en práctica su programa electoral, incluido el Brexit duro, y acallar a los críticos dentro de su partido. La voz de los diputados conservadores proeuropeos encontraría muy poco eco.
Los ministros tories, sin embargo, han dicho que una mayoría de menos de 80 escaños sería muy decepcionante, al tiempo que han expresado en privado, según los medios locales, su insatisfacción con la campaña electoral de May, plagada de tropiezos. El anuncio de recortes sociales a los mayores -el conocido como impuesto de la demencia-, su ausencia en los debates electorales, así como las críticas a su forma de gestionar la seguridad tras los últimos atentados terorristas podrían pasarle factura.
2. El status quo: los tories mantienen la mayoría absoluta
May ha apostado tan alto que mantener la mayoría parlamentaria sin ampliarla de forma considerable, sería una derrota moral. No lograría fortalecer su posición para negociar las condiciones del Brexit y se expone a una guerra abierta en su partido.
Según los analistas consultados por RTVE, el ala liberal de los tories con quienes May ha mantenido las distancias, está a la espera de que May se estrelle y podrían imponer sus posiciones.
Corbyn, sin embargo, podría vender este escenario como un éxito, sobre todo si consigue una mayor proporción de votos que Ed Miliban en 2015.
Corbyn, con una amplia base militante pero cuestionado por su grupo parlamentario, podría vender este escenario como un éxito, sobre todo si logra aumentar el porcentaje de voto del 30,4 % o los 229 escaños que obtuvo Ed Miliband en las elecciones de 2015. Aún así, el laborista ha afirmado que no dimitirá sea cual el resultado.
3. Un Parlamento 'colgado' sin mayorías
La mayoría de los sondeos pronostican una victoria clara de May, pero un sondeo de YouGov publicado la pasada semana auguró un inesperado avance de su rival hasta el punto de que los conservadores se quedarían a 20 escaños de la mayoría absoluta. Esto significa que ninguno de los dos grandes partidos tendría una mayoría suficiente para gobernar, lo que se conoce como un hung parliament o Parlamento colgado, un escenario que ya vivieron los británicos en 2010 cuando David Cameron tuvo que gobernar en coalición con los liberaldemócratas de Nick Clegg.
Sería un resultado catastrófico para May, que podría perder el cargo de primera ministra si no logra pactar con ninguna formación, una tarea difícil ya que su aliado natural, los liberaldemócratas, apuestan por seguir en la Unión Europea o en todo caso convocar un segundo referéndum sobre el Brexit. La política conservadora tendría que renunciar a buena parte de su programa político, incluidas medidas estrella como la reforma de la asistencia social.
Sin mayorías absolutas, los laboristas, nacionalistas escoceses y liberaldemócratas tendrían la oportunidad de formar una coalición de gobierno a costa de renunciar a sus promesas electorales.
4. Lo improbable: una victoria laborista
El resultado más improbable es una victoria de los laboristas. Ningún sondeo, ni los más favorables a Corbyn, pronostican este escenario. Sin embargo, la elecciones de 2015 -en las que ninguna encuesta vaticinó la mayoría absoluta de Cameron- y el triunfo del Brexit ya nos han demostrado que los sondeos se equivocan.
Para Jeremy Corbyn una victoria representaría una reivindicación de su manifiesto izquierdista, aunque gobernar le resultaría mucho más difícil. Tendría ante un doble reto: implementar la mayor reformulación del gobierno en una generación con un partido profundamente dividido.
Los economistas también han advertido de que las promesas de su programa electoral -como la renacionalización de los ferrocarriles y la industria de la energía- tienen un alto coste
Theresa May tendría que dimitir, y los tories se despedazarían tras uno de los peores resultados en la historia.