Los 150 años de Frank Lloyd Wright al descubierto
- El MoMA de Nueva York celebra al arquitecto mostrando 400 objetos de su descomunal archivo
- Con planos de edificios no realizados, dibujos, muebles, vajillas, fotografías y películas
En una carrera de más de siete décadas, Frank Lloyd Wright (1867-1959) diseñó más de 1000 edificios, de los que solo 500 llegaron a realizarse. El Museo Guggenheim de Nueva York, La casa en la cascada (Pittsburg) y La casa Robbie (Chicago) son seguramente sus edificios más célebres, pero no bastan para asomarse a su polifacético talento.
En el 150 aniversario de su nacimiento, el MoMA de Nueva York celebra al arquitecto abriendo al público el descomunal archivo de su fundación. Planos de edificios, pedazos de edificios, muebles, tejidos, vajillas, dibujos, fotografías, películas, entrevistas en televisión, periódicos: Así hasta 400 objetos realizados entre 1890 y 1950.
El MoMA avisa: no es un monográfico ni una exhibición estructurada. Es una antología cercana al caos. Es decir, un reflejo más ajustado de un creador tan prolífico. Todo lo expuesto se encontraba en la Avery Architectural and Fine Arts Library, la biblioteca de arquitectura más grande del mundo, que forma parte de la Universidad de Columbia en Nueva York.
La exhibición del MoMA permite asomarse a sus creaciones solo imaginadas, como el proyecto de un centro cultural, con ópera y universidad para la ciudad de Bagdad a finales de los 50.
Sus preocupaciones sociales se reflejan en proyectos como ‘pequeñas granjas’, ideado en los años 30 para asegurar la autosuficiencia de las personas sin trabajo tras la Gran Depresión. Nunca vio la luz, pero defendió el modelo (incluso en la URSS) hasta su muerte.
Pero encajar su longeva figura no es fácil de acotar. Defendía que la arquitectura debía homenajear la naturaleza y no profanarla. Y evolucionó la Escuela de la pradera hacia la ‘arquitectura orgánica’. Abrazó nuevas tecnologías y materiales, fue pionero de la arquitectura del ‘hágalo usted mismo’ y en experimentación vanguardista.
El MoMA ya dedicó hace dos años una muestra al arquitecto para explorar su preocupación por el desarrollo urbanístico y la expansión suburbana, y su relación de amor-odio con los rascacielos. Tras una vida centrada en la arquitectura horizontal, en los años 50, y con 89 años, proyectó The Illinois, un rascacielos de una milla de alto (1609 m.) para Chicago.
En su megalomanía casi nonagenaria (Burj Khalifa , el edificio más alto del mundo, situado en Dubái, mide 828 m.) cifraba en 100.000 personas la ocupación del rascacielos, 15.000 plazas de aparcamiento y 100 helipuertos.
Los archivos audiovisuales trazan también la personalidad del arquitecto. Durante su larga vida le dio tiempo a criticar la cultura de masas y también a comprender la importancia de la televisión, a la que acudía con frecuencia para difundir sus ideas. El comisario de la muestra, Barry Bergdoll, se atreve incluso a imaginar a Lloyd Wright en la actualidad: “Estaría en todas las redes sociales. Entendía la relación entre las nuevas tecnologías, celebridades, y mantener la atención del público”.