La policía detiene al opositor Navalni y a más de 1.500 manifestantes en las protestas contra el Kremlin
- Navalni ha sido condenado a 30 días por llamar a las protestas contra la corrupción
- Más de 250 personas ya han sido detenidas en las marchas de protesta
- Este lunes hay convocadas manifestaciones por el Día Nacional de Rusia
La policía ha detenido al principal opositor ruso, Alexéi Navalni, y a más de 1.500 manifestantes en las protestas convocadas este lunes en decenas de ciudades para denunciar la corrupción en la administración pública con motivo del Día de Rusia. Navlni ha sido condenado esta misma jornada a 30 días de prisión, según han informado Reuters y AFP a última hora de la jornada.
"Saludos. Soy Yulia Navalnaya. Felicidades a todos por la fiesta (Día de Rusia). Alexéi ha sido detenido en el portal de casa. Me ha pedido que os transmita que los planes no cambian: Tverskaya", anunciaba su esposa en su cuenta de Twitter en la que ha subido el momento de la detención.
Navalni, que aspira a concurrir a las elecciones presidenciales en 2018, había convocado protestas en más de 200 ciudades de todo el país contra la corrupción en las altas esferas del poder, que él y la organización que dirige denuncian sistemáticamente.
A la espera de un seguimiento masivo, en la noche del domingo Navalni cambió el lugar de la protesta en Moscú de la zona donde había sido autorizada por el Ayuntamiento a la céntrica calle Tverskaya, donde este lunes tienen lugar celebraciones por el Día de Rusia, lo que fue calificado por las autoridades como una "provocación".
Detenciones de manifestantes
Según Efe, las personas detenidas este lunes en Rusia han sido miles, la mayor parte en Moscú y San Petersburgo. A falta de cifras oficiales de detenciones, el portal informativo OVD Info señaló que en Moscú fueron detenidas 750 personas y en San Petersburgo novecientas.
"Rusia sin Putin", "Putin ladrón" y otros lemas del mismo tenor son coreados por los manifestantes congregados en la calle Tverskaya, que desciende hasta la misma plaza Roja y el Kremlin. En esa misma plaza han sido arrestados un centenar de personas, según los testigos citados por las agencias. La policía ha tratado de impedir que la marcha llegue hasta el Kremlin y ha usado gas lacrimógeno.
“Rusia sin Putin“
Entre los detenidos está el periodista de la Agencia Efe en Moscú Ignacio Ortega, que filmaba la manifestación con una cámara de vídeo. El reportero fue empujado en el tumulto y llevado a un furgón policial con otros detenidos, casi todos ellos jóvenes de una veintena de años.
La oficina del fiscal de Moscú ha advertido de que "cualquier intento de celebrar un acto no autorizado en la calle Tverskaya será considerado ilegal y las fuerzas del orden tendrán que tomar las medidas necesarias".
"La detención de Navalni es un reflejo de que (el presidente ruso) Vladímir Putin no quiere que a las elecciones de 2018 se presente ningún candidato que no sea del sistema", ha añadido el responsable del equipo del líder opositor, que tiene intención de concurrir a los comicios.
De acuerdo a medios locales, en San Petersburgo, en el Campo de Marte, han sido detenidas al menos 150 personas que participaban con varios miles en una protesta.
Navalni había convocado para este lunes una masiva jornada de protestas contra la corrupción en la administración pública en 212 ciudades del país.
Tolerancia cero hacia la corrupción
El opositor ha asegurado que, aunque las autoridades no autoricen la celebración de dichas protestas, sus partidarios saldrán a la calle como el pasado 26 de marzo, cuando tuvieron lugar las mayores protestas desde el retorno de Vladímir Putin al Kremlin en 2012.
En muchas ciudades del país, debido a la diferencia horaria, ya han comenzado las manifestaciones, como en las lejanas Novosibirsk y Vladivostok (Siberia)
Navalni pretende con sus acciones "apoyar la demanda de investigar los casos de corrupción de altos cargos en Rusia (...) y crear una atmósfera de tolerancia cero hacia la corrupción en cualquiera de sus formas".
El 26 de marzo, decenas de miles de rusos respondieron a la llamada de Navalni a participar en las protestas, con el punto de mira en el primer ministro, Dmitri Medvédev, al que el opositor acusa de enriquecerse con el cargo.