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'Señor, dame paciencia': risas contra estereotipos

  • Se estrena en cines la comedia coral y familiar que clausuró el Festival de Málaga
  • RTVE.es entrevista al director y Jordi Sánchez, Eduardo Casanova, Megan Montaner y Silvia Alonso
  • Salva Reina, David Guapo y Boré Buika son los yernos estereotipados

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Entrevista con el director y los actores de 'Señor, dame paciencia'

Tras clausurar la Sección Oficial del pasado XX Festival de Málaga de Cine en Español fuera de concurso, la comedia coral y familiar Señor dame paciencia, escrita y dirigida por Álvaro Díaz Lorenzo (Café solo o con ellas, 2007; La despedida, 2014), llega este viernes 16 a las salas de cine.

Como lo hiciera en su momento Ocho apellidos vascos, aunque desde otro ámbito, la película juega con los estereotipos situando el núcleo del conflicto en un cabeza de familia, un padre interpretado por Jordi Sánchez (popular por su papel de Antonio Recio en la serie La que se avecina), "un poco intransigente" y "emocionalmente castrado", según el director, que debe superar sus prejuicios para mantener a la familia unida tras la muerte de su esposa.

En la cinta, cuando la mujer (Rossy de Palma) de Gregorio (Jordi Sánchez), un banquero muy conservador, muy del Madrid y muy gruñón, fallece repentinamente, debe cumplir su última voluntad: pasar un fin de semana con sus hijos y sus parejas en Sanlúcar de Barrameda para esparcir sus cenizas en el Guadalquivir. Aquí es donde empiezan los problemas para Gregorio, ya que su hija Sandra (Megan Montaner) está casada con Jordi (David Guapo), un catalán muy culé que quiere llevar a su futuro nieto a un colegio bilingüe catalán-inglés en Barcelona; su hija Alicia (Silvia Alonso) está saliendo con Leo (Salva Reina), un hippy anti-sistema, al que Gregorio llama "perroflauta"; y Carlos (Eduardo Casanova), su hijo pequeño, con el que lleva seis meses sin hablarse desde que salió del armario, se presenta con su novio Eneko (Boré Buika), un vasco de origen senegalés y gay. Este viaje multicultural pondrá a prueba la tolerancia y la capacidad de perdonar de una familia tan disfuncional como cualquier otra, en el que tendrán que aprender a aceptarse los unos a los otros, con sus virtudes y defectos.

La importancia de aceptarse

En entrevista con RTVE.es durante la promoción de la película este martes en Madrid, Díaz ha citado como referentes de su tercer largometraje las comedias Bienvenidos al norte (2008) y Mejor imposible (1997), por el personaje gruñón de Jack Nicholson en el que pidió a Jordi Sánchez que se fijara para construir a Gregorio. Para el director madrileño residente en Fuengirola, el mensaje que quiere que cale de esta catarsis familiar es que, cuando llega el final del día, "lo verdaderamente importante es la familia y aceptarse y quererse y contar con mucho humor".

En esta también road-movie, el personaje de Gregorio aprovecha el desplazamiento físico entre Madrid y Sanlúcar de Barrameda a bordo de una furgoneta pintada con la Senyera de Cataluña y el blaugrana del Barça para emprender un viaje emocional para recuperar a su familia. "Como esta familia se quiere, hacen el esfuerzo, que en el caso de mi personaje tiene que ceder y mejorar, porque el torpe es él", dice Jordi Sánchez, que, al contrario de su personaje madridista, se confiesa culé por ser de Barcelona, aunque admite que no le gusta el fútbol en absoluto.

"Las cosas estas de los racismos se curan viajando y leyendo, que es lo que hay que hacer. Si te vas al otro lado del mundo te dices '¿qué sentido tiene tener tirria a alguien por ser negro, rubio o gay? La gente que a estas alturas todavía se apoya en esas cosas es torpe como mi personaje y básicamente vive en un mundo pequeño y absurdo. Esto no ha tenido sentido nunca, pero a estas alturas lo ha perdido del todo", reflexiona Sánchez, al que cuesta reconocer en su personaje porque luce una "peluca preciosa" con la que ha estado encantado, pese a que "daba calor y picaba".

Hermanos y yernos

En los papeles de los hijos, Megan Montaner (de las series Víctor Ros y La embajada) es Sandra, la hermana mayor, que "adquiere el rol de madre" y es la que "coge la batuta" para "estructurar" a su familia, además de "no tener pelos en la lengua", dice la actriz aragonesa.

Eduardo Casanova, que se acaba de estrenar como director con Pieles, interpreta a Carlos, el hijo homosexual de Gregorio, cuyos ideales y modo de vida "están en discordancia" con los de su padre; mientras que Silvia Alonso (Buscando el norte, La que se avecina) es Alicia, la hermana pequeña, que "más que un conflicto con su padre tiene un conflicto personal" y "vive en un universo paralelo".

Los actores Megan Montaner (i), Eduardo Casanova (c) y Silvia Alonso (d). EFE/LUIS MILLÁN

Los cuñados corren a cargo de los humoristas y actores Salva Reina (La isla mínima, Villaviciosa de al lado y la serie Allí abajo) y David Guapo (El club de la comedia) y el actor Boré Buika (Mar de plástico, El secreto de Puente Viejo).

"Mi personaje, Leo, es un supuesto antisistema pero que lo que es realmente es un caradura. El reto de mi personaje era que se viera de dónde viene esa necesidad de buscarse la vida, que es que ha vivido siempre muy solo y buscándose la vida y eso le ha llevado a forjar ese carácter de buscavidas", explica el malagueño Salva Reina, al que sus compañeros cortan con bromas recordándole que es una "comedia". "Que parece que te acabes suicidando", ríe David Guapo.

"Mi personaje es Eneko, vasco y homosexual, aunque lo que llama la atención a Gregorio no es ni una cosa ni otra. La particularidad de mi personaje era no caer en la caricatura y hacer un vasco real porque hay veces que cuando tienes que hacer un acento distinto a veces te lo llevas a un extremo que no es", afirma el intérprete mallorquín de ascendencia guineana.

"Con Jordi yo tenía también el reto no hacer el típico catalán. Porque tampoco es esa realidad. Yo vivo en Cataluña y no hay ni ese acento ni toda esa carga política. Tenía que sacarlo de ese catalanismo radical. Lo que más me ha costado es hacer de ese marido sosegador y un poquito calzonazos que está intentando apagar todos los fuegos porque yo soy más de avivar", explica el monologuista.

Acabar con los estereotipos

Bajo el tamiz de su tono cómico, Señor, dame paciencia habla de esa necesidad de superar unos estereotipos que todo el equipo coincide en que siguen perviviendo en la sociedad actual. "La gente se basa mucho en etiquetas a priori, que luego hay que ir derribando", señala Reina, mientras que para Buika los estereotipos son un "primer parapeto" que "solo es derribado por el dinero".

"Perviven muchos estereotipos y cada vez hay más porque cada vez hay más subetiquetas de etiquetas. La etiqueta además te da una excusa para no avanzar. Y en España cada vez hay más etiquetas y parece mentira pero los más jóvenes más intolerantes que los mayores", reflexiona por su parte Guapo.

De cualquier manera, defiende Casanova, esos estereotipos son "perfectos para la comedia y el cine" porque "generan empatía con el público y hacen que te rías, que es lo que tiene que hacer una buena comedia".

Los actores David Guapo (i), Bore Buika (c) y Salva Reina (d). EFE/LUIS MILLÁN

Dame paciencia... para rodar en una furgoneta a 40º

En un rodaje de varias semanas se presentan muchos momentos en los que clamar '"señor, dame paciencia". Le preguntamos al elenco cuáles fueron en esos momentos y gana por mayoría clamorosa el rodaje dentro de la furgoneta Volkswagen T2 o Transporter, por los carreteras de Castilla- La Mancha y a 40 grados... "Es antigua, no tiene aire acondicionado, no funciona, se cala, se para y hacía muchísimo calor... y repetíamos una y otra toma con el dron", suspira Jordi Sánchez recordando esas escenas. "Llevábamos un bidón de hielo y nos íbamos echando hielos cada vez que cortaban porque se nos iba la olla y nos olvidábamos del texto…", rememora Silvia Alonso. "Para mí el peor momento era cuando me decían que había que salir de la furgoneta y meterse en la caravana con el aire acondicionado", ironiza David Guapo. "Soy el único al que le gustó lo de la furgoneta. Es mi sueño tener una furgoneta como esa y conducirla", concluye entre risas Salva Reina.