Los socialistas rumanos se rebelan contra su primer ministro y tumban al Gobierno
- Sorin Grindeanu, con solo seis meses en el cargo, se niega a dimitir
- Su partido le advierte de que le hará una moción de censura si no se va
- Grindenau desplegó una fuerte persecución contra la corrupción política
- El primer ministro se opuso al indulto de los corruptos
- Todos los ministros han presentado su dimisión
El primer ministro de Rumanía, el socialdemócrata Sorin Grindeanu, ha perdido este miércoles, tras solo seis meses en el cargo, el apoyo de su partido bajo el argumento de que no ha cumplido el programa electoral.
"El Partido Socialdemócrata (PSD) está preparado para formar un nuevo Gobierno", ha declarado el líder de la formación, Liviu Dragnea, en una rueda de prensa organizada en el Parlamento, tras una reunión del Comité Ejecutivo del partido.
Dragnea ha anunciado que todos los ministros han presentado ya su dimisión y que el propio Grindeanu ha adelantado que él también se irá si el presidente del país, Klaus Iohannis, propone a otro socialdemócrata como primer ministro.
Sin embargo, el primer ministro ha insistido en mantenerse en el cargo. "No dimito. Tengo la obligación de comportarme de forma responsable. Es el Gobierno de Rumanía, no del Comité Ejecutivo (socialista)", ha declarado Grindeanu en rueda de prensa.
"Dimitiré cuando Iohannis, tras las consultas con los partidos, nombre a un primer ministro del PSD", ha agregado el aún jefe del Gabinete, quien ha arremetido duramente contra Dragnea, al que ha acusado de actuar solo por ansia de poder.
Un primer ministro combativo contra la corrupción
En los últimos días, varios dirigentes del Partido Socialdemócrata habían exigido públicamente la marcha de Grindeanu, acusándole de no cumplir con las promesas con las que el partido ganó las elecciones del pasado diciembre.
Sin embargo, varios analistas han explicado que la rebelión de la cúpula del PSD contra su primer ministro se debe a la actitud combativa de Grindeanu ante la corrupción y su negativa a impulsar un indulto que beneficie a compañeros de su partido acusados o condenados por prácticas ilegales.
"Grindeanu rechaza ayudarles después del polémico decreto que desató en febrero las mayores protestas en Rumanía desde la caída del comunismo en 1989", explicó a Efe el analista Dan Tapalaga.
Si no se va, le echarán con una moción
En el caso de que Grindeanu insista en permanecer en el cargo, su partido recurrirá a una moción de censura para expulsarlo del poder, advirtió Dragnea, quien ha confiado en que no sea necesario llegar a ese extremo y recordó que el primer ministro "ya no tiene Gobierno".
Con esta decisión, unánime entre los miembros de la cúpula del partido, culminan cinco días de presiones para que Grindeanu dimita, a lo que el jefe del Gobierno se ha resistido hasta ahora.
Antes, el grupo de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE), en coalición gobernante con el PSD, también decidió retirar el apoyo político al primer ministro.
La venganza de Dragnea
La oleada de protestas arrancaron poco después de la toma de posesión de Grindeanu y se prolongaron durante semanas, cuando el Gobierno aprobó por la vía de urgencia un decreto que despenalizaba ciertos casos de corrupción. Liviu Dragnea, el líder del PDS e impulsor de la dimisión de Grindeanu, habría sido uno de los políticos en beneficiarse de esa medida.
Dragnea no pudo postularse al cargo del primer ministro por una condena por fraude electoral que le inhabilita para el cargo. Las masivas protestas forzaron al Ejecutivo a anular ese decreto.
En los últimos años, unos 3.000 políticos rumanos han acabado en prisión por delitos de corrupción, entre ellos el ex primer ministro socialdemócrata Adrián Nastase.