La represión de Trump en la frontera con México condena a miles de migrantes a un peligroso limbo
- Amnistía Internacional denuncia violaciones de derechos de solicitantes de asilo en EE.UU.
- Miles de migrantes centroamericanos son rechazados sin garantías
- La búsqueda de rutas alternativas a los pasos fronterizos dispara las muertes
- EE.UU. planea ampliar hasta 33.500 las plazas en sus centro de detención
Huyeron de Honduras, un matrimonio y su hija, después de que una 'mara', organización criminal, amenazara, agrediera y tiroteara al esposo. Tras la peligrosa travesía por Centroamérica, llegaron al paso fronterizo con México de McCallen en Texas, EE.UU. . Pidieron asilo a los funcionarios estadounidenses de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, siglas en inglés), y fueron rechazados hasta seis veces. Ocurrió en enero de 2017 e insistieron durante tres días sin éxito.
La historia la traslada Amnistía Internacional. Los nombres no se desvelan, aún está reciente, pero el caso recuerda al de otro hondureño, Saúl, también documentado por la ONG, que en julio de 2016 fue rechazado del mismo modo y obligado a volver a su país, donde una 'mara' le asesinó finalmente. Los casos se han multiplicado desde que el presidente estadounidense, Donald Trump endureciera los controles migratorios en la frontera con su vecino del sur.
La situación se ha vuelto tan complicada que en algunas zonas del desierto de Arizona se han duplicado las muertes de migrantes desde que Trump fue elegido. No hay opción al peligro de muerte segura, salvo, quizás un peligro de muerte menor. Esta es la cruda disyuntiva para estos solicitantes de asilo, que huyen de la inseguridad y de la miseria no solo para vivir una vida simplemente normal, simplemente para vivir.
'Enfrentando muros': un cuello de botella mortal
Según un informe que publica este jueves Amnistía Internacional (AI), las medidas migratorias decretadas por el presidente estadounidense han multiplicado las devoluciones forzadas y recrudecido la amenaza de encerrar ilegalmente a miles de familias, incluidos bebés, niños y niñas, que en ocasiones han permanecido encerrados hasta 600 días, relata la organización.
Las medidas "obligan a estas personas a tomar rutas mortales a través del desierto, el río y el mar", afirma Erika Guevara Rosas, directora par alas Américas de AI, y "violan el derecho internacional" por este motivo.
Entre las directrices promulgadas está la orden ejecutiva del 25 de enero de 2017 sobre "Mejoras a la Seguridad Fronteriza y el control de la Inmigración", en conjunto, según AI, permiten "la devolución forzosa de personas a situaciones que amenazan su vida".
Este cuello de botella letal ha sido documentado desde febrero de este año por la ONG, que con motivo del Día Internacional de las personas refugiadas divulga este estudio bajo el título Enfrentando muros: Violaciones de los derechos de los solicitantes de asilo en Estados Unidos y MéxicoCentroamérica "vive una crisis de refugiados y Trump implementa medidas inhumanas que tendrán un impacto grave en personas vulnerables", ha declarado a Efe Madeleine Penman, experta en México y autora del informe.
México, ¿país de refugio o socio de Trump?
"Cientos de miles de desesperados huyen de la violencia extrema de El Salvador, Honduras y Guatemala", apunta Guevara Rosas. El puente para escapar hacia el norte de este triángulo de terror es México, también país de origen de un gran volumen de migrantes económicos hacia Estados Unidos, y especialmente sensibilizado por el proyecto del muro que Trump quiere imponer en su frontera para evitar la parte ilegal de esta inmigración, que es muy elevada.
En este panorama, según Amnistía Internacional, México también tiene la responsabilidad de proteger al creciente número de personas de estas zonas centroamericanas que buscan refugio en el país. De unas 3.000 solicitudes de asilo aceptadas por México el pasado año, el 91% es de centroamericanos. Si la situación de unas 450.000 personas que cada año huyen del Triángulo del Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras) hacia México y Estados Unidos ya es difícil y peligrosa, ésta podría empeorar con las nuevas medidas, ha denunciado Penman.
"Tiene una doble moral: critica cómo se trata a sus connacionales en Estados Unidos y toma una dirección similar en el trato de las personas centroamericanas", ha alertado la autora. El documento se elaboró durante más de un año en los países implicados e incluye entrevistas a solicitantes de asilo, migrantes, funcionarios y entidades civiles.
"En Estados Unidos, el reconocimiento de asilo a personas refugiadas es más baja en personas de Centroamérica que en otras nacionalidades", ha remarcado la investigadora. En 2016, 39.881 personas del Triángulo Norte pidieron asilo en EE.UU. y solamente se les concedió al 5%, aunque algunos procesos no han terminado.
Devueltos a la violencia de sus países
AI denuncia que, en lugar de brindar protección, México está devolviendo gente a situaciones extremadamente peligrosas. En 2016, el Instituto Nacional de Migración mexicano detuvo a 188.595 personas migrantes en situación irregular, de las que el 81% procedían de Centroamérica, y deportó a 147.370 a sus países de origen.
De estos repatriados, el 97% son de El Salvador, Honduras y Guatemala, lo que -según AI- convierte al país en un "cómplice del control fronterizo de Estados Unidos" y da muestras de hipocresía. A muchos no se las informó de su derecho a pedir protección mediante una solicitud de asilo, denuncia la ONG.
Según cifras oficiales, en 2016 se presentaron en México una cifra récord de 8.788 solicitudes de asilo, en comparación con las 1.296 de 2013. El 35% de los solicitantes recibieron el reconocimiento de la condición de refugiado. El 91% de las solicitudes procedían del Triángulo Norte centroamericano y la agencia de la ONU para los refugiados prevé que el número de peticiones pueda llegar hasta 20.000 en 2017.
Migrantes centroamericanos: entre el miedo y el limbo legal
"Con la presidencia de Trump, se amenaza con crear una catástrofe de derechos humanos para personas solicitantes de asilo y refugio", ha apuntado Penman, que durante varios meses estuvo documentando casos desde la Administración del anterior presidente de EE.UU., Barack Obama y, en general, un "miedo patente" por parte de indocumentados que se sienten en un limbo.
El informe de AI se publica mientras EE.UU. y México presiden en Miami una conferencia de alto nivel sobre seguridad y prosperidad en El Salvador, Honduras y Guatemala. Desde estos países proceden la mayoría de los solicitantes de asilo recogidos en el estudio, que recuerda que buena parte del flujo migratorio está compuesto por personas que "no solamente escapan para encontrar trabajo, sino de una violencia extrema", subrayó Penman.
Los migrantes ya no van en busca del "sueño americano", sino huyendo de la criminalidad, la extorsión o la muerte. Entre México y EE.UU. se tramitaron el pasado año unas 90.000 solicitudes de asilo o refugio, pero la tasa de aceptación es mínima.