La muerte de un bombero eleva a 64 la cifra de víctimas mientras el incendio sigue fuera de control
- Mas de 2.000 bomberos y voluntarios luchan contra el fuego
- Protección Civil reconoce que la "situación es preocupante"
- La solidaridad se ha disparado para ayudar a los afectados
- Al menos 62 muertos en el peor incendio de la historia de Portugal
La muerte de un bombero, que se encontraba hospitalizado en estado muy grave en Coimbra, y el hallazgo de un hombre que fue encontrado muerto en una de las aldeas afectadas por las llamas ha elevado a 64 el número de víctimas mortales el incendio que arrasa desde el sábado el centro de Portugal y que sigue sin control.
Casi 2.000 bomberos y voluntarios continúan este lunes luchando contra las llamas, pero las adversas condiciones meteorológicas -altas temperaturas y fuertes vientos- no permiten frenar su avance. El incendio continúa activo con cuatro frentes en tres distritos del centro de Portugal, Leiria -el más afectado-, Castelo Branco y Coimbra.
El bombero fallecido de 40 años, estaba casado y tenía un hijo. El hombre se desplazaba a la zona del incendio cuando su camión chocó con un vehículo de civiles y sufrió las lesiones que le causaron la muerte al intentar salvar a las víctimas, que estaban atrapadas en el coche en llamas. Tenía lesiones en el rostro y las vías aéreas "muy quemadas", y fue sometido a una intervención quirúrgica, pero no sobrevivió.
La labor de los efectivos de emergencias es inconmensurable. El jefe de operaciones de Protección Civil, Elísio Oliveira, ha reconocido esta mañana que la "situación es preocupante". "Tenemos condiciones meteorológicas adversas", con temperaturas que rondan los 38 grados, con viento de moderado a fuerte. No permiten que los medios aéreos, especialmente los internacionales puedan actuar en el dispositivo de operaciones", ha afirmado a los periodistas. En otros lugares, como "valles encajados o montañas con altura significativa", los medios terrestres también están teniendo dificultades para acceder a combatir las llamas, ha añadido. Hay aldeas cercadas por el fuego donde nadie ha entrado todavía.
"Es necesario llegar a todo el territorio para ver si hay más víctimas en las pequeñas aldeas", repartidas por la Sierra de Lousã y la cuenca del río Zezere, ha señalado a Efe Rui Rocha, alcalde de la localidad de Ansião, una de las afectadas por las llamas.
Un rayo, causa probable del incendio
El impacto de un rayo contra un árbol es la causa más probable del incendio, que se expandió de forma rápida por fuertes vientos y altas temperaturas.
A pesar de que los portugueses están acostumbrados a sufrir numerosos incendios cada verano -es el país de la Unión Europea más afectado por las llamas en este siglo-, la magnitud de esta tragedia les mantiene impactados.
Muchos siguen sin entender cómo el fuego pudo expandirse con tanta rapidez, cercando aldeas enteras y una carretera que une los municipios de Figueiró dos Vinhos y Castanheira de Pera, donde treinta personas murieron atrapadas dentro de sus vehículos. La Nacional 236, una carretera estrecha que se convirtió en una trampa mortal para las familias que intentaban huir de las llamas. Al ver cómo el fuego se iban acercando más y más a sus casas, decidieron meterse en el coche y salir a toda velocidad por esta carretera que, tras sus curvas cerradas, escondía violentas llamaradas.
Según el último balance oficial ofrecido por la ministra de Administración Interna, Constança Urbano, el incendio deja otros 62 heridos, varios de ellos de gravedad.
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, ha apelado desde el centro de operaciones instalado este lunes en localidad de Avelar, a concentrar todos los esfuerzos en combatir el fuego, en vez de discutir las causas y las posibles responsabilidades que puede acarrear la tragedia, por la que se han decretado tres días de luto nacional.
"La prioridad ahora es el combate al incendio y el apoyo a las víctimas y a las familias", ha señalado el jefe del Estado luso, que ha añadido: "Después tendremos todo el tiempo del mundo" para debatir sobre el resto de asuntos.
Una ola de solidaridad
Entretanto, se han multiplicado las muestras de solidaridad por todo el país, con ciudadanos que han abierto las puertas de su casa para acoger a las decenas de personas desalojadas o que han perdido a algún familiar.
Además, las víctimas están recibiendo apoyo psicológico por parte de una treintena de técnicos repartidos por las zonas afectadas.
Los portugueses también se han lanzado a proporcionar ayuda a las víctimas a través de cuentas bancarias solidarias o de donaciones, hasta tal punto que menos de 48 horas después de que se iniciase el incendio, las autoridades tuvieron que pedir que dejen de enviar alimentos a la zona porque hay "exceso de alimentación".
La recolecta de dinero se hace también a través de cuentas solidarias dispuestas por las entidades portuguesas Caixa Geral de Depósitos (CGD) y el BCP, además de medios de comunicación, como la cadena pública RTP.
Además, se han habilitado líneas solidarias que recolectan 50 céntimos por llamada, tanto en la RTP como en la cadena privada SIC.
La solidaridad también se ha manifestado a través de iniciativas más novedosas, como la del entrenador del Shanghai SIPG, el portugués Andre Villas Boas, quien dijo que donaría personalmente 10 euros por cada "like" que reciba una publicación sobre el incendio en su cuenta de Instagram.
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Tras la favorable respuesta en la red social, el técnico se ha comprometido a transferir un total de 100.000 euros para las víctimas.
Aviones de España, Francia, Italia
La ayuda proviene también de fuera de las fronteras portuguesas, desde donde han llegado apoyos para combatir las llamas. El primer país en reaccionar fue España, desde donde el domingo a primera hora llegaron dos aviones Canadair, a los que posteriormente se han sumado otras dos aeronaves del mismo modelo, dos anfibios Air Tractor, cien militares de la Unidad Militar de Emergencias con diecinueve vehículos y 25 bomberos del Equipo de Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid.
A través del mecanismo de protección de la Unión Europea (UE), Francia e Italia también han enviado medios aéreos a la zona.