Kate Winslet: "Me acordaba de 'Titanic' una vez al día a 38 grados bajo cero rodando 'La montaña entre nosotros'"
- En la cinta, sobrevive a un accidente de avión en una montaña con Idris Elba
- Dirigida por Hany Abu-Assad, la película se estrenará el 20 de octubre
- "Fue jodidamente aterrador", dice en un reducido encuentro con prensa en Londres
- "Lo más difícil era acordarse de actuar con todos los elemenos en contra", afirma
Veinte años después del reconocimiento internacional que le supuso Titanic, la sombra del iceberg persigue a Kate Winslet. Y no tan metafóricamente como podría parecer: el rodaje de su última película, La montaña entre nosotros, ha transcurrido a 3.000 metros de altura en las montañas nevadas de Canadá con temperaturas de hasta 38 grados bajo cero y con la actriz teniendo que zambullirse varias veces en un agujero de dentro del hielo. "Tenía recuerdos de Titanic al menos una vez al día", confesaba entre risas la intérprete británica en un encuentro en Londres con un grupo reducido de periodistas internacionales, entre ellos RTVE.es.
Tras proyectarse parte del metraje de la cinta, que se estrena en España el próximo 20 de octubre, Winslet y el director, el palestino Hany Abu-Assad (Omar, Paradise now), detallaron las duras condiciones meteorológicas en las que se desarrolló el rodaje, en lo alto de una montaña a la que además solo podían llegar en helicóptero y rodar durante escasas horas al día.
La montaña entre nosotros, adaptación de la novela del mismo nombre de Charles Martin, cuenta la historia del cirujano Ben Bass (Idris Elba) y la fotoperiodista Alex Martin (Kate Winslet), que después de que el vuelo que deben tomar sea cancelado y sin conocerse de nada, alquilan juntos una avioneta para poder llegar a su destino. La avioneta se estrella contra una montaña helada tras sufrir un infarto el piloto y, aunque no mueren en el accidente, tendrán que luchar juntos para sobrevivir en ese entorno salvaje.
Preguntada al respecto de si temía rodar en esas condiciones extremas, con un gran sentido del humor y arrancando las carcajadas de la prensa Winslet contestaba: "Hice Titanic, tío. "¿Caídas a través del hielo? Sin problema. ¿Aviones estrellados? ¿Barcos que se hunden? No es nada".
"Hubo un montón de tomas en las que estaba... '¿hielo? ¿alguien?'. Eso trae recuerdos", añade la actriz la ganadora del Oscar por El lector (2008). Incluso tuvo momentos para ironizar con los miembros del equipo porque ya conocía a la perfección cómo iban a funcionar esos elementos: "Les decía 'has calentado demasiado el agua fría y te diré por qué: en el momento en el que ese agua entre en contacto con el aire frío se va a convertir en vapor y va a empezar a subir. Créeme, ya lo he hecho antes'. Tuve recuerdos de Titanic al menos una vez al día".
El propio Abu-Assad revela que fue Kate Winslet la que se ofreció a hacer de verdad las escenas más extremas, como la citada en la que se cae en un agujero de hielo en medio de la montaña. "Nadie quería rodar de verdad la escena del agujero del hielo y me decían que la haríamos en el estudio. Yo estaba en contra y luchando todo el tiempo para evitarlo y fuimos a Kate y dijo, como siempre, 'no hay problema, lo haré, para qué vamos a ir al estudio'. Así que los productores estuvieron de acuerdo pero dijeron que solo haríamos una única toma. La hicimos pero no fue buena y todo el mundo me dijo 'no puedes hacer más, ya está', pero hablé con Kate y me dijo 'si crees que no es buena, la haremos otra vez'. La hicimos tres veces al final. Me quedé impresionado por su valor y coraje", confiesa el director de Omar, la primera película palestina nominada al Oscar.
Más duro que el rodaje de El renacido
Para el director palestino, en la que es su primera película en Hollywood, era fundamental mantener la verosimilitud y rodar en las condiciones más parecidas a lo que narra la película: "Lo positivo es que cuando el director y los actores se ponen en la misma situación que los personajes, todo se siente más auténtico y real. No había que aparentar que hacía frío porque de hecho hacía frío y eso te permite profundizar más en la historia".
Así, la otra seis veces nominada al Oscar a mejor actriz (Sentido y sensibilidad, Titanic, Iris, ¡Olvídate de mí!, Juegos secretos y Steve Jobs) relataba cómo cada día, a las 05.30 de la mañana tenían que subirse en una furgoneta montaña arriba viendo cómo se quedaban sin cobertura en los móviles y la temperatura descendiendo desde los -7º hasta los -38º y cómo después tenían que coger un helicóptero hasta subir al set de rodaje situado a 3.000 metros de altitud en la Columbia Británica de Canadá. "Lo que se ve es lo que hicimos. No hay trucos. Estábamos realmente altos y jodidamente helados y fue realmente aterrador", afirma Winslet.
De hecho, la protagonista de La montaña entre nosotros reconoce que profesionalmente lo "más difícil" del rodaje fue "acordarse de actuar con todos esos elementos en contra", extremo que cree que compartirá su compañero Idris Elba. "Fue el mayor reto. No estábamos preparados para lo hostil que iba a ser el entorno de trabajo. De hecho, he escuchado a Leo (DiCaprio) contar cosas similares de El renacido y teníamos en el equipo gente que también había participado en ese rodaje que llegaron a decir que este había sido más duro que El renacido. De hecho estoy bastante orgullosa de ello", dice entre risas.
El frío extremo también fue un condicionante desde el punto de vista técnico, como revela el director, ya que, por ejemplo, había que mantener las cámaras funcionando 24 horas al día porque si se apagaban se corría el riesgo de que no pudiesen encenderse de nuevo. Para poder rodar en la nieve tuvieron que "inventar" algunas cosas, como unas lentes anamórficas especiales fabricadas expresamente por encargo de la directora de fotografía, Mandy Walkers, que permitían rodar desde más lejos y que necesitaban de dos personas para transportarlas; o montar las 'steady cams' encima de botas de nieve para que la cámara se pudiese deslizar y desplazar.
Confiar en un extraño para sobrevivir
Bajo esas circunstancias extremas se desarrolla una historia de amor y supervivencia, la de los personajes de Kate Winslet e Idris Elba, que llegaron a esta película después que fuesen elegidos en principio otros actores para protagonizarla, primero Michael Fassbender y Margot Robbie y luego Charlie Hunnam y Rosamund Pike. Tampoco Abu-Assad fue el primer director elegido para el proyecto, sino Gerardo Naranjo. No obstante, después de largo tiempo intentando llevar a cabo desde 2012 un proyecto que ha sido "una montaña en sí mismo", según reconocía la presidenta de Fox 2000 Pictures, el equipo quedó finalmente conformado y pudo empezar a rodarse a finales de 2016.
"Encontré un reto completamente irresistible en esa idea de interpretar a esos dos personajes y ser esa gente en un largo periodo de tiempo y bajo circunstancias extremas, en esa gran historia de amor y de supervivencia", revela respecto a qué le atrajo del papel Winselt, quien también confiaba en el trabajo del director palestino "porque las historias que cuenta son simples pero tienen que ver mucho con la complejidad humana y con la emoción a flor de piel".
Tanto la actriz británica como el director de Idol destacan el gran espíritu de equipo en que se desarrolló el trabajo por las condiciones de rodaje y que, al igual que en la trama de la película, es básica para llegar al éxito. "La verdadera historia que cuenta la película es la necesidad de confiar en un extraño para sobrevivir", apunta Abu-Assad, que destaca además que en este tipo de situaciones uno de los factores que ayudan es el optimismo y el sentido del humor, que está presente en la cinta y que "no es más que el reflejo de cómo reacciona el hombre en las situaciones extremas para poder sobrevivir".
Preguntados actriz y director sobre qué habían aprendido en ese rodaje de sí mismos o de cómo sobrevivir a las circunstancias, Winslet quiso recordar que, aunque ahora sea una actriz famosa, en su familia "no había dinero" cuando creció, igual que en el caso de Abu-Assad, y ya eso te imprime un carácter. "Hay un cierto nivel de habilidades de supervivencia que simplemente aprendes para poder encontrar la felicidad en jugar con una caja de cartón o trepar a los árboles (...). A lo largo del camino aprendes un montón de cosas no necesariamente sobre supervivencia, pero sí a confiar en tus propios recursos emocionales para superar determinadas situaciones en la vida. Lo que realmente creo que nos dio la montaña fue sentido del humor, determinación y valor. Eso es lo que creo que necesitábamos más que nada. Porque no se trataba de uno solo, sino de todos juntos", afirma la actriz de 41 años, que añade que era "conmovedor" cómo todos se preocupaban de cada uno de ellos con un "gran espíritu de equipo".
"No actuamos como gente individual dentro de una película grande, sino como un pequeño elenco con una misión más grande que nosotros. Siento que ninguno habría subido a las montañas, casi arriesgando nuestras vidas, si no creyéramos que era una historia importante, mucho más grande que nosotros, que tenía que ser contada", concluye el director.