Nazario: "Anarcoma fue el primer travesti de la historia del cómic"
- El dibujante celebra el 40 aniversario del personaje con una edición integral
- Tanto Nazario como Anarcoma fueron iconos de la transición
Tras la publicación del primer tomo de sus memorias, el año pasado, Nazario (Castilleja del Capo, Sevilla, 1944) recupera a su personaje más popular en un tomo integral: Anarcoma. Obra gráfica completa (La Cúpula). La edición definitiva de este detective travesti que sorprendió al público por su osadía y el sexo homosexual explícito de sus páginas. Todo un icono de la transición.
“Anarcoma fue el primer travesti de la historia del cómic –asegura Nazario- En Italia había unos tebeos pornográficos (Satanic, Cruella), pero las protagonistas eran todas mujeres, vampiresas. No conozco ningún otro personaje parecido, que fuese anterior a Anarcoma”.
“Este volumen integral -asegura el dibujante- contiene todo el material disponible de Anarcoma: las dos historias largas, las cortas… e incluso las portadas que hice para revistas francesas. Ya era hora porque los cómics llevaban cinco años agotados. Y si a eso le sumamos que Laertes publicó hace cuatro meses la tercera parte (Nuevas aventuras de Anarcoma y el robot XM2), que al final he sacado en forma de novela, actualmente tenemos disponible toda la historia de Anarcoma”.
Además el dibujante ha coloreado varias páginas para esta edición integral: “Si –asegura Nazario- porque cuando creé Anarcoma, las primeras aventuras fueron en blanco y negro. Y luego algunas páginas se colorearon mecánicamente. Pero para esta edición casi todo el color es mío, aplicado manualmente. De esa forma he conseguido unificar todas las páginas”.
40 años de Anarcoma
El autor aseguara que: “Con este tomo celebro también el 40 aniversario de Anarcoma porque aunque se hizo famoso en El Víbora, en 1979, antes lo publiqué en Blanco y negro en la revista Rampa, a razón de un par de páginas semanales. Y eso fue en 1977".
Pero… ¿Cómo nació Anarcoma? “Ideé Anarcoma –asegura Nazario- porque estaba harto de hacer historietas cortas de cuatro, cinco u ocho páginas. Quería tener mi propio personaje, y se me ocurrió que fuese un detective. Primero pensé en un detective alto, fuerte, guapo… tipo Tom de Finlandia, pero era un poco el héroe de siempre. Y sí era una mujer, sería demasiado parecida a Barbarella o Modesty Blaise, por lo que se me ocurrió que fuera un travesti”.
“Mi intención –añade- era retratar el mundo homosexual de Barcelona, donde vivía; y un transexual era perfecto para hacerlo. Porque podía moverse por todos esos ambientes en los que no podía entrar un heterosexual”.
Sobre el nombre de Anarcoma: “Surgió -comenta Nazario- de la unión de las palabras “anarco” (de anarquía) y carcoma; la mezcla de los dos me sugería algo que roe, que destruye; y a la vez es un espíritu libre que vive su vida como le da la gana, sin ningún tipo de prejuicios”.
“En cuanto a su aspecto físico, que parecía la unión de Humphrey Bogart y Lauren Bacall: “Tenía muchas amigas de la época que se veían reflejadas y me decían que me había inspirado en ellas –comenta el dibujante-. Pero lo que hice fue reunir una serie de arquetipos idealizados. Es una mujer guapa, fuerte, con buenas tetas y buena poya, y que viste un vestido negro con una cremallera que le llega desde el pecho hasta el final de la minifalda. Unas botas negras de cuero. Era un poco fetiche”
En la historia también aparecían muchos amigos suyos, e incluso él mismo: “Me gustaba reflejar mi vida, el ambiente en el que me movía y por eso yo intervenía en la vida de los personajes y ellos en la mía. Por eso salíamos yo, mi amigo Alejandro, Ocaña… y le damos pistas a Anarcoma para encontrar lo que está buscando. Intenté reflejar la Barcelona de los 80, con los bares típicos de la época, los sitios donde nos reuníamos”.
Las influencias de Anarcoma
Nazario confiesa sus mayores influencias en Anarcoma: “Cuando dicen que soy un retratista de los bajos fondos, no pienso que sea cierto; yo sólo dibujaba los sitios donde nos movíamos en aquella época. Además reconozco que tengo una gran influencia de Jean Genet (Diario del ladrón), al que admiro. El retrato que hacía de la Barcelona de los años 30, los bares… es lo que intento hacer con Anarcoma”.
Otra de las grandes influencias de Nazario es Tom de Finlandia, un artista conocido por sus imágenes homoeróticas, que sufrió la opresión y la homofobia. “Precisamente acabo de ver la película Tom of Finland, que cuenta su historia, y fue un hombre que me influyó muchísimo por su recreación en los desnudos, los paquetes, las poyas, los pechos…” -comenta-.
“Y el personaje de XM2, el robot amante de Anarcoma, está inspirado en el androide que satisfacía a la Barbarella de Jean-Claude Forest. Aunque el de Barbarella tenía aspecto mecánico, mientras que XM2 era un macho ibérico, fuerte, peludo, calvito y muy bien dotado; que es el tipo de hombre que a mí me gusta”.
“Perjudicial para la juventud”
En la época que se empezó a publicar Anarcoma todavía había censura, pero Nazario asegura que: “Con Anarcoma no tuve ningún problema como los que había tenido en los 70, con el Rrollo enmascarado, Nasti de plasti o La piraña divina, que saqué de forma clandestina (porque contenía mis historias más escabrosas). Todo eso lo edité en Francia pero aproveché que un amigo tenía acceso a una “vietnamita” que había en la escuela de ingenieros, para imprimir 300 ejemplares. Y con eso si tuvimos problemas”.
Pero en el 78 ya estábamos en plena época del destape y había cientos de publicaciones. Por eso cuando llegó El Víbora, no sólo no se prohibió ni escandalizo a nadie sino que se convirtió en un icono. Y el personaje de Anarcoma fue el más famoso de esa primera etapa de la revista. Además resultaba atractivo no solo para homosexuales sino también para heteros.
Anarcoma también triunfó llegó a otros países: “Toutain sacó un libro de tapa dura en Estados Unidos, que tuvo que vender plastificado y en sex shops, lo que fue una censura terrible. También se publicó por capítulos en una revista italiana, en otra francesa, en Alemania, donde lo vendían con un mensaje que era perjudicial para la juventud, aunque no llegaron a prohibirlo, en danés y en sueco”.
“Curiosamente –comenta Nazario- esta edición integral, que se ha publicado también en Francia, la ofertaron a editores alemanes e ingleses y han dicho que ahora mismo no era época para este tipo de material. Por lo que creo que hoy en día hay más censura que en los ochenta.
“Cualquiera puede ver la evolución de mi estilo”
En cuanto a la evolución de su estilo, Nazario confiesa que: “Cualquiera puede comprobarlo en el libro, en el que hay páginas de un periodo de cuatro o cinco años. Yo empecé a dibujar en el 69, 70... de forma totalmente autodidacta, por lo que la perspectiva, la anatomía y esas cosas, no estaba muy ducho. Pero poco a poco se va notando un avance en ese sentido”.
“Además –añade-, en las primeras aventuras, en blanco y negro daba las sombras con rayitas de plumilla pero luego, con las aventura a color prescindí de esa sombra que quedaba muy sucia. Por eso la segunda parte es más limpia, el dibujo mucho más esquemático y juego mucho más con el color”.
“Lo dejé por la ilustración”
Nazario confiesa que “Dejé el cómic por la ilustración, porque estaba mucho mejor pagado. Además, llegó un momento, cuando hice Turandot y Alí Babá y los cuarenta maricones, en el que había rizado el rizo de lo que podía dar a nivel de historieta, tanto estéticamente como narrativamente”.
“Alguien –continúa- me ofreció la posibilidad de exponer en galerías. Me fue bastante bien y abandoné el cómic. En 2008 vino la crisis, cerraron las galerías y fue entonces cuando decidí hacer una página web y mandar a la mierda a los cuadros, bodegones y naturalezas muertas, que pintaba. Ahora estoy inmerso en la escritura y me encanta hacer fotografías desde mi ventana que da a la Plaza Real”.
El año pasado sacó el primer tomo de su autobiografía: Nazario: La vida del dibujante underground (Anagrama), de la que tiene previsto cinco tomos: “El primero está casi agotado y estoy esperando a que la editorial se decida a publicar el segundo”.
En cuanto a si se animaría a crear más cómics de Anarcoma: “No se me ocurriría volver a dibujar ahora ni loco –confiesa Nazario-. No me apetece. Mucha gente me ha dicho que por qué no he dibujado la tercera parte de Anarcoma o se lo daba a otro artista, pero no lo veo en manos de otro dibujante. Así que, como ahora escribo, lo he convertido en un libro que continúa las aventuras de la segunda parte”.
Este tomo de Anarcoma es un pedacito de la historia de la transición. Una obra irrepetible. Así que disfrutadlo como merece.