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'Hermanos del viento': cine familiar con espectaculares imágenes de la naturaleza

  • Gerardo Olivares dirige a Jean Reno y Manuel Camacho en una historia con mensaje ecologista
  • Con la participación de RTVE en la producción, se estrena el 23 de junio

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Manuel Camacho en 'Hermanos del viento'
Manuel Camacho en 'Hermanos del viento'

Gerardo Olivares ha filmado la relación de niños y animales por tierra (Entrelobos, 2010), mar (El Faro de las Orcas, 2016), y faltaba el aire. Para remediarlo, el viernes 23 de junio se estrena Hermanos del viento, una cinta sobre la amistad entre un niño y un águila protagonizada por Manuel Camacho y Jean Reno.

Cine familiar, con mensaje ecologista e impresionantes imágenes.  Hermanos del viento se eleva sobre el subgénero de amistad entre niños y animales para emparentarse con los grandes documentales sobre el comportamiento de especies animales.

“La naturaleza es la gran protagonista. La potencia que tiene Hermanos del viento sobre todo está en lo visual. Hemos rodado las águilas como nunca antes se han rodado. La ficción sirve de hilo conductor a ese espectáculo natural”, explica Olivares en una entrevista para RTVE.es

La trama cruza la historia de un polluelo expulsado de su nido con la de Lukas, un niño que sufre a manos de un padre que se ha encerrado en sí mismo desde la pérdida de su esposa. Lukas y cuida en secreto al pajarillo, buscando el amor y la compañía que le niegan en casa.

Antonio Camacho repite con Olivares seis años después de Entrelobos. “Él es el gran éxito de la película. Es un muchacho que se ha criado en la naturaleza y consiguió una relación muy especial con las águilas”, dice el director. Jean Reno, como uno de los guardabosques, es el narrador de la historia. “Es humilde hasta el punto de que te olvidas de que es una estrella”, añade.

Olivares cierra así una trilogía con la naturaleza e infancia bajo el que se desliza un mensaje. “Se intenta que quede un poso, algo que quede subliminalmente. En el mundo siempre estamos hablando de cambio climático, deforestación, extinción de especies, y creo que este cine al menos trata de concienciar y sensibilizar a la gente de la importancia de cuidar el medio ambiente”.

El cineasta no teme la vieja advertencia de no rodar con animales ni niños. “Eso es un mito, tengo que decir. Si haces una buena planificación, un buen casting, te rodeas de naturalistas, cineastas especializados en naturaleza y gente que conozca perfectamente el comportamiento de los animales con los que vas a trabajar, no es tan complicado”.

Se utilizaron 17 águilas, desde polluelos a ejemplares adultos. “Cada una tiene su personalidad y carácter. Las más agresivas las usábamos para cazar; las más dóciles, para rodar con humanos. Los polluelos eran el mayor quebradero de cabeza porque crecen muy rápido y las plumas blancas se oscurecen por horas”.

El esfuerzo para rodar las águilas desde cerca les llevo a patentar la Eagle cam, en colaboración con la Universidad tecnológica de Friburgo: un arnés que lleva el águila para capturar su punto de vista y también su cabeza. “No hemos abusado de esas imágenes, pero son espectaculares”.

Porque para Olivares, la clave era el vínculo niño y águila. “Un águila no es un animal que te apetezca abrazar como un perrito y hemos tenido que trabaja muchísimo para convertir al águila en un personaje”.

Así se rodaron las águilas volando en 'Hermanos del viento'