'Aurora', una mirada natural a la adolescencia
- RTVE.es entrevista a la directora francesa Émilie Deleuze
- La comedia muestra las turbulencias emocionales en la joven Aurora
¿Qué pasa por la mente de un adolescente? Esta arriesgada pregunta se planteó la directora de cine Émilie Deleuze, madre de dos hijos, al atravesar el otro lado del espejo para sentir-que no entender- la ”energía loca” que arrastra al ser humano en esa época de la vida.
El resultado de este viaje es Aurora (Jamais contente), una mirada fresca, y a ratos tierna, en forma de amable comedia sobre el día a día de una adolescente francesa a la que no le ocurre nada de extraordinario, pero que atrapa por su carácter, humor caustico e inteligencia.
El filme es una adaptación del exitoso libro francés para teenagers El diario de Aurora (Le journal d’Aurore) de la escritora Marie Desplechin, que también ha colaborado en la escritura del guión.
Una visión cercana y sin artificios que le ha valido a la cinta el Premio a la Mejor Película Europea del Jurado Joven de los Premios de Cine Europeo. Se estrena en España este viernes, 30 de junio.
Aurora (Léna Magnien) tiene trece años. Siente que no encaja en ningún sitio y nadie le comprende: está perdida en su relación con los chicos, en su escuela, incluso en el lugar que ocupa en su familia, donde es la oveja negra.
Su actitud es desafiante y siempre rebelde. Con este panorama, los enfrentamientos con sus padres están servidos, unos progenitores que no saben reaccionar ante las ocurrencias de la desubicada adolescente.
Émilie Deleuze señala en una entrevista con RTVE.es, que lo que le atrajo de la historia fue la posibilidad de mostrar la vida de una adolescente normal, algo que habitualmente no se refleja en este tipo de películas, que también suelen desarrollarse en entornos acomodados. Deleuze se calzó los zapatos de Aurora reflexionando sobre los orígenes de las turbulencias emocionales propias de la edad, y aporta sentido a cómo padres e hijos hablan idiomas diferentes.
“Cuando empezamos a tener esa edad, trece años, tenemos que sufrir un montón de órdenes, cuando tenemos un cuerpo que ya es capaz de vivir solo y que explota de energía. Solo hay que pensar en eso para entender la cólera de los adolescentes y por qué se sienten encarcelados. Me situé en este punto de vista para comprender a Aurora y también para quererla”, opina la cineasta, que por primera vez aborda un filme de género al que ha incorporado sus particulares matices.
El equilibrio de la comedia
La película saca la sonrisa y se desenvuelve en un equilibrio sincero basado en “el desfase entre el punto de vista súper dramático de Aurora, propio de la adolescencia, frente a una normalidad, absolutamente convencional”. Una comedia apuntalada por la capacidad de la protagonista para manejar el lenguaje, dejando boquiabiertos cuando no completamente mudos, a los adultos.
“Toda la comedia viene porque el espectador sabe que Aurora la va a cagar pero no sabe cómo por eso la comparo con los grandes personajes de comedia como Asterix y Obelix, tienen un alma y nosotros lo sabemos. Todo el placer de la comedia viene de una situación de ‘a ver qué va a hacer ahora’", comenta la directora sobre los códigos del filme para conectar con el público.
La naturalidad de la adolescente Léna Magnien, que no es actriz, a la hora de encarnar a Aurora, le ha valido el Oso de Cristal del Jury Generation en la Berlinale. Émilie Deleuze realizó durante un año un largo casting hasta encontrarla. El trabajo de Magnien es luminoso y divertido, y nos muestra la metamorfosis de su personaje a través de la música (del grupo Black Rebel Motorcycle Club) que saca de la atribulada pre-adolescente el lado más femenino.
“Me dejó estupefacta cuando me di cuenta de que podía transformarse físicamente, ayudó la luz y el maquillaje, pero ella tiene ese talento de los grandes actores de percibir inconscientemente una transformación y me dejó sorprendida”.