La ONU renueva el mandato de su misión en Darfur y reduce su tamaño
- Es una de las mayores que tiene desplegada Naciones Unidas en todo el mundo
- Este conflicto armado deja desde 2003 más de 300.000 muertos
- Sin embargo, la ONU viene registrando una reducción de la conflictividad militar
- También ha prorrogado su misión en Mali
El Consejo de Seguridad de la ONU ha extendido este jueves un año más el mandato de la misión conjunta que mantiene con la Unión Africana en la región sudanesa de Darfur, pero ha acordado una progresiva disminución de sus efectivos.
Esa misión híbrida, que comenzó a operar el 31 de diciembre de 2007, es una de las mayores que tiene desplegada Naciones Unidas en todo el mundo, con 15.845 militares y 3.403 policías y un presupuesto anual de un millón de dólares.
Darfur es escenario de un conflicto entre movimientos rebeldes y el Ejército sudanés desde 2003, que ha causado más de 300.000 muertos y ha obligado a cerca de 3 millones de personas a abandonar sus comunidades de origen, según datos de la ONU.
Pero Naciones Unidas viene registrando una reducción de la conflictividad militar en esa zona, con una extensión parecida a la de España, aunque cree que la situación sigue siendo frágil y existen riesgos de que se rompa la tendencia positiva actual.
Con esa salvedad, el consejo decidió que esa misión conjunta con la Unión Africana (UA), conocida por sus siglas en inglés, UNAMID, irá reduciendo progresivamente el número de efectos en dos fases que comenzarán el segundo semestre de este año.
Centrar sus esfuerzos también en reconstruir poblaciones e instituciones
"La situación sigue siendo frágil (...), pero la evolución de UNAMID tiene que adaptarse a la realidad", ha afirmado el vicejefe de la misión del Reino Unido ante la ONU, Peter Wilson, cuyo país presentó la resolución que fue aprobada este jueves por unanimidad en el consejo.
"No vamos a retirar los ojos de Darfur", ha insistido.
La resolución aprobada este jueves extiende el mandato de UNAMID hasta el 30 de junio de 2018 y encarga a esa unidad que, aparte de garantizar la paz y la seguridad, enfoque sus esfuerzos para reconstruir poblaciones e instituciones en las zonas estabilizadas.
Pero también determina que durante los próximos seis meses vaya reduciendo su tamaño hasta alcanzar el límite máximo de la dotación sea de 11.395 efectivos militares, frente a los 15.845 actuales, y de 2.888 policías, frente a los 3.403 del tope actual.
Y a partir del 31 de enero del año próximo habrá otra progresiva reducción, que será desarrollada en otro plazo de seis meses, para que alcance un máximo de 8.735 efectivos militares y 2.500 policiales.
Esta reducción fue una de las recomendaciones hechas por la ONU y la Unión Africana en la revisión que ha hecho en los últimos meses sobre el mandato y el tamaño de UNAMID, y coincide con los esfuerzos para buscar un enfoque nuevo en las misiones de paz de la ONU.
También ha prorrogado su misión en Mali
La ONU también ha prorrogado este jueves por un año el mandato de su misión en Mali (Minusma) y ha decidido mantener sin cambios el número de fuerzas desplegadas sobre el terreno, que superan las 15.000 entre militares y policías.
La decisión fue adoptada por los miembros del Consejo de Seguridad, que aprobaron por unanimidad una resolución impulsada por Francia.
La Minusma seguirá contando con un máximo de 13.289 militares y de 1.920 policías y su prioridad continuará siendo apoyar la aplicación del acuerdo de paz firmado en 2015 entre el Gobierno maliense y los grupos rebeldes del norte del país.
Además, la resolución establece entre otras cosas que los "cascos azules" deberán ayudar al redespliegue de las fuerzas de seguridad malienses y darles apoyo logístico.
La misión en Mali se ha convertido en la más peligrosa de todas las que la ONU tiene desplegadas en el mundo y sufre de manera casi continua ataques de los grupos terroristas vinculados a Al Qaeda que operan en el norte del país.
Ante esa situación, la operación mantendrá su número de efectivos en un momento en el que otras misiones están sufriendo recortes importantes, impulsados principalmente por Estados Unidos, que quiere reducir el gasto en las tareas de mantenimiento de la paz.
La situación en Mali es inestable desde el golpe de Estado de 2012, cuando grupos tuareg rebeldes, junto a organizaciones yihadistas, se hicieron con el control del norte del país durante diez meses.
Los yihadistas fueron teóricamente expulsados gracias a una intervención internacional encabezada por Francia en enero de 2013, pero extensas zonas del país siguen escapando al control del Estado, de lo que se aprovechan grupos terroristas que perpetran ataques contra las fuerzas malienses y efectivos de la Minusma.