Woody Harrelson: "Erradicaría los gobiernos para salvar la humanidad"
- El actor aterriza en la saga en La guerra del Planeta de los Simios, en cines el 12 de julio
- Es un coronel que debe salvar a la especie humana y cuyos métodos recuerdan a Trump
- RTVE.es entrevista a Harrelson, Andy Serkis y el director de la nueva entrega de la saga
- "La franquicia es una gran novela rusa y quedan muchos capítulos por venir", anuncia Reeves
"La guerra del Planeta de los Simios te va a llevar a los extremos del comportamiento humano: a nuestras máximas aspiraciones como humanos y a los lados más oscuros que tenemos. Ese es el viaje de César en esta historia en la que la guerra entre humanos y simios se ha desatado", explica Matt Reeves, que repite como director en esta tercera parte de la precuela de esta saga de culto, que se estrena el próximo 12 de julio en España, y cuya continuidad está asegurada.
Y es que han sido en vano los intentos realizados por César (Andy Serkis), el líder de los simios, por encontrar la paz entre humanos y monos y convertirse en "puente" entre ambas especies en El amanecer del Planeta de los Simios. Ahora, la guerra es total y un ejército humano, comandado con mano hierro por el coronel McCullough (Woody Harrelson), busca en el bosque el escondite en el que se refugian los simios para erradicarlos "porque piensan que es necesario para la supervivencia de la humanidad", asegura Reeves en una entrevista en Londres con RTVE.es, en la presentación internacional europea de la que promete ser una de las cintas que hagan arder la taquilla este verano.
El chimpancé que vimos crecer en El origen del Planeta de los Simios (2011), criado con amor por el científico Will Rodman (James Franco), que se lo llevó a casa de bebé cuando se ven obligados a sacrificar a todos los monos de un experimento para buscar una cura para el Alzheimer porque se vuelven violentos, se convierte en líder de todos los simios inteligentes. En El amanecer..., con la humanidad al borde de la extinción por la gripe simia y los monos desarrollándose escondidos en el bosque, el frágil equilibrio de coexistencia entre simios y humanos se ve frustrado por culpa de Koba (Tobby Kebbell), un simio que no pudo resistir el deseo de venganza respecto a sus antiguos torturadores. César no podía comprender ese sentimiento de odio respecto a los humanos porque él no había sido torturado como Koba, sino criado con amor.
"Al principio de la historia de La guerra del Planeta de los Simios ocurre un incidente que le cambia la vida a César. Es un personaje de gran empatía que siempre trata de encontrar una solución pacífica para el conflicto, pero pierde la capacidad de empatía y vemos una cara distinta de él porque es incapaz de resistir el deseo de venganza. Es un gran punto de partida para el personaje", sintetiza para RTVE.es Andy Serkis (Gollum en la saga de El señor de los anillos y King Kong en el último remake).
La doble batalla de César
La que es la novena película de la franquicia simia (la cinta original de 1968 tuvo cuatro secuelas, a lo que se suman las tres precuelas y el remake de la original filmado por Tim Burton en 2001) es una cinta con mucha acción, muchas batallas en el contexto de una guerra sin cuartel, pero que "mantiene la relación íntima con los personajes", dice Reeves, también coguionista junto a Mark Bomback.
“De hecho, la guerra más grande de la película es la que César libra consigo mismo, con su alma. Lucha para mantener algún sentimiento de empatía respecto a los humanos contra los que está luchando. Puede que pierda esa batalla, pero es el pasar ese test lo que certificará la leyenda de quién es y la idea de convertirlo prácticamente en un personaje mítico. Como en una epopeya bíblica, se convierte en el la figura más importante de la historia de los simios, el que todo el mundo mirará hacia atrás y dirá: ‘Ah, fue gracias a él por lo que estamos aquí”, sentencia el director de Déjame entrar y de la próxima entrega de Batman.
Esta aventura, la más oscura de la saga pero a la vez esperanzadora, ha sido el papel "más emocionalmente exigente" para Serkis de las tres partes de la precuela. “Es una película muy oscura, ha sido muy salvaje la forma en que hemos rodado, en pleno invierno canadiense, y los platós eran muy sombríos, despiadados. Emocionalmente me llevó a sitios muy oscuros y, además, mientras rodábamos sufrí una pérdida personal, la muerte de mi madre. Así que emocionalmente el entorno en el que me he movido ha sido muy muy oscuro”, reconoce el actor británico de 53 años.
Serkis dice sentirse "privilegiado" por haber podido encarnar a un mismo personaje desde su infancia a su madurez, como en el caso de César, "una rara oportunidad para un actor" en una saga que, además, en su opinión es algo más que cine de entretenimiento. "Cuando haces películas, solo unas pocas puedes sentir que sean a la vez entretenimiento y muy importantes, y realmente creo que estas películas son importantes y realmente tienen resonancia en este mundo en el que vivimos", afirma el actor londinense.
Harrelson: "Erradicaría los gobiernos para salvar a la humanidad"
El principal rival de César y máximo enemigo de los simios en esta guerra es el temido coronel J. Wesley McCullough, un hombre cuya filosofía es que el fin justifica los medios y cualquier acción, por extrema que sea, es válida con tal de salvar a la humanidad. “Mi personaje se ve a sí mismo como un héroe, pero en cuanto veas la película lo vas a considerar un villano”, ríe Woody Harrelson (The Mesenger, 2009; El escándalo de Larry Flint, 1996; True Detective, 2014).
Pese al increíble parecido del coronel con Donald Trump -con levantamiento de muro incluido-, Harrelson, conocido anti-trumpista, niega que el presidente estadounidense haya sido una inspiración: "Aún no era presidente electo cuando rodamos, quizás estábamos al principio de las primarias. No podíamos saber que iba a acabar siendo presidente”.
Al contrario que su siniestro personaje, el actor texano de 55 años no cree que el fin justifique los medios, sino que estos "son lo importante". Y, si dependiese personalmente de él, conocido activista ecologista y pacifista y de ideología ácrata, el salvar a la humanidad, tiene claras las medidas que tomaría: "Empezaría por eliminar los gobiernos, que están haciendo un mal trabajo: son solo hombres de negocios trabajando para hombres de negocios aún más grandes. Aumentaría los derechos de los animales para que tengan los mismos que los humanos a vivir. Y en lugar de todo el dinero que gastan en la industria armamentística, lo destinaría a comprar todos los bosques tropicales y los corredores de vida salvaje para tratar de salvar lo que queda de naturaleza en vez de lo que hacen ahora, que es saquear la naturaleza para ganar dinero”.
Nuevos personajes llenos de luz
El enfrentarse al coronel, hace que César pueda "entender cómo Koba estaba tan lleno de odio" hacia los humanos, aunque en la cinta se cruzan una serie de personajes que le ayudan a superar esos momentos de oscuridad, como su inseparable amiga, la orangután Maurice (Karin Konoval), y un nuevo personaje, una pequeña niña perdida y muda a causa del virus, Nova, a la que da vida Amiah Miller (Nunca apages la luz).
"Nova es encontrada por César y los monos en esta casa abandonada y al principio están todos un poco nerviosos porque no saben si pueden confiar los unos en los otros, pero se la llevan con ellos en este viaje para defender a los simios", explica la actriz de 12 años, que tenía solo 10 cuando rodaron, y cuya expresividad gestual es impresionante.
También se une a la aventura el simpático Bad Ape (Mono malo), un chimpancé inteligente que había vivido en un zoo y que es capaz de hablar y que se encargará de aportar las notas de humor que alivien la dureza de esta siniestra entrega de la saga. "Yo era fan de la saga y cuando leí el guion vi que el personaje era asombroso y muy diferente. Estaba todo en el guion, pero su humor está muy en la sombra, es más por las situaciones porque él es un chimpancé muy serio al que le pasan estas cosas", ríe el actor que lo interpreta, Steve Zahn (Dallas Buyers Club, Captain Fantastic).
Ambos actores se estrenaban en La guerra del Planeta de los Simios con la tecnología de captura de movimiento y, lo que en un principio parece un "reto difícil" para un intérprete, enfundarse un traje lleno de sensores, resulta que no lo es. "Pensaba que habría cosas que me impedirían trabajar del modo en que habitualmente lo haces como actor, pero estaba totalmente equivocado. De hecho, es lo más cercano que he hecho en cine a lo que he hecho en teatro", asegura Zahn, que recuerda que rodaron todo en localizaciones y platós totalmente construidos por decisión de Reeves, ya que "actúas diferente en la nieve que pretendiendo aparentar que estás en la nieve".
Los milagros de la tecnología
Las precuelas de esta franquicia supusieron que por primera vez los simios se recreasen por ordenador, gracias a la tecnología de captura de movimiento, que ha ido avanzando de modo asombroso y marcando hitos desde 2011 hasta esta última entrega: en El origen del Planeta de los Simios (2011) fue la primera vez que se sacó la captura de movimiento a entornos exteriores, fuera de un estudio, y en La guerra del Planeta de los Simios (2017) es la primera vez que se usa esta técnica en condiciones climáticas extremas, incluida la nieve en cimas de montañas, con las dificultades que conlleva, ya que si el pelo mojado es una de las cosas más difíciles de hacer digitalmente, la nieve en el pelo está otro nivel por encima.
"Es gracioso porque cuando estábamos trabajando con la película vimos unos planos de El amanecer y en aquel momento parecía que nunca iban a poder superados, y de hecho era así entonces, y dijimos 'sí, están muy bien', pero lo de ahora es mucho mejor, casi inimaginable. La tecnología ha avanzado tanto que los simios se ven simplemente increíbles", subraya el director de la cinta.
Pero es que, además, la tecnología también ha evolucionado en el sentido de que ya es "adaptable al set", de manera que Reeves se ha sentido "más libre" con la cámara y ha podido "rodar escenas que en la anterior quería y no podía", pues era necesario primero rodarlas con actores y luego volverlas a rodar sin ellos.
La saga continúa
Aunque La guerra del Planeta de los Simios es el cierre de esta trilogía de precuelas, la franquicia "continuará", según confirma a RTVE.es el director estadounidense, para quien cree "muy interesante" el que ya se sepa cómo acaba la historia en El Planeta de los Simios de 1968, con un planeta Tierra controlado por los simios y en el que el hombre "se ha destruido a sí mismo".
"Con esto encima de la mesa, hace que surja la pregunta de '¿cómo llegamos hasta aquí?'. Y eso significa que toda la historia es de los cómos: cómo este mundo se convierte en ese mundo, lo que nos permite explorar nuestra naturaleza y la de las personajes. Es como una gran novela rusa y quedan muchos capítulos por venir. Están Bad Ape, Nova, Rocket... Hay todavía un viaje por hacer para llegar desde aquí hasta allí", se sonríe Reeves.
La clave de dos actores de éxito
Woody Harrelson (Texas, EE.UU., 1961) y Andy Serkis (Londres, 1964) comparten varios rasgos: ambos pertenecen a la misma generación, dieron sus primeros pasos en series televisivas a principios de los años 80 y llevan más de 30 años interpretando grandes papeles. Para el primero, nominado dos veces al Oscar (The Mesenger y El escándalo de Larry Flint), la clave del éxito es una combinación de "suerte" y "trabajo duro": "Honestamente, creo que mucho es suerte. No sé por qué aún me llaman para trabajar y me ofrecen papeles guays. Y creo que también tiene que haber pasión y preocupación. Los mejores actores, los que más larga carrera tienen, me he dado cuenta de que son también los que más duro trabajan". En el caso de Serkis, se ha convertido por derecho propio en el mejor actor en la tecnología de captura de movimiento y está presente en las franquicias más exitosas -César en El Planeta de los Simios, Gollum en El Señor de los Anillos, el líder supremo Snoke en Star Wars...-, algo por lo que asegura sentirse "muy afortunado" al tener la "oportunidad" de hacer "grandes papeles". "Lo bueno que tiene esta tecnología es que como actor puedes hacer cualquier personaje y por eso me gusta seguir haciendo estos papeles. Claro que me gusta hacer personajes con mi propia cara en cine, teatro o televisión, pero hay algo muy especial en hacer personajes como estos porque me siento muy liberado como actor y capacitado para encontrar realmente la profundidad del personaje".