La Fiscalía pide 375 años de cárcel para los ocho acusados por la agresión a dos guardias civiles en Alsasua
- Reclama 62 años a uno de los detenidos, 50 a otros seis y 12 al octavo
- Pide que se les condene por cuatro delitos de agresión terrorista
- Recuerda que la reivindicación 'Fuera de aquí' fue introducida por ETA
La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha solicitado penas de entre 62 años y seis meses y 12 años y seis meses de cárcel para ocho jóvenes como autores de la agresión a dos guardias civiles y sus parejas el pasado 15 de octubre en Alsasua (Navarra), a los que considera autores de cuatro delitos de agresión terrorista. En total, la pena solicitada asciende a los 375 años de cárcel.
En el escrito de acusación por esta causa, el fiscal José Perals pide que a siete de los ocho procesados (a una novena se le levantó el procesamiento) se les condene por cuatro delitos de lesiones terroristas y reclama 12 años y medio de cárcel por cada uno de estos delitos, lo que suma un total de 50 años.
Se trata de Ohian Arnanz Ciordia, Jokin Unamuno Goicoetxea, Jon Ander Cob Amilbia, Julen Goicoechea Larraza, Adur Ramírez de Alda Pozueta, Aratz Urrizola Ortigosa e Iñaki Abad Olea.
Al primero de ellos le atribuye además un delito de amenazas terroristas y pide para él 12 años y medio más de cárcel, hasta los 62 años y seis meses de prisión. Para una octava procesada, Ainara Urquijo Goicoechea, pide únicamente 12 años y medio de prisión por un delito de amenazas terroristas.
En su escrito de acusación, el representante del ministerio público plantea unas penas alternativas a estas, de entre 18 y 30 años y medio de prisión, para los siete primeros acusados.
En concreto, pide subsidiariamente un total de 30 años de cárcel para Ohian Arnanz Ciordia por desórdenes públicos terroristas (ocho años), atentado a agentes de la autoridad (dos años), cuatro delitos de lesiones no terroristas (ocho años) y amenazas terroristas (12 años y medio). Para los otros seis reclama, de forma alternativa, 18 años y medio de cárcel apreciando los mismos delitos excepto el último de amenazas terroristas.
Perals también pide para los ocho acusados 20 años de inhabilitación absoluta y cinco años de libertad vigilada.
Indicios de agresión terrorista
Este caso se empezó investigando en un juzgado de instrucción de Pamplona, que se inhibió en favor de la Audiencia Nacional por ver indicios de terrorismo en la agresión.
Los detenidos recurrieron esta decisión y la Audiencia de Navarra rechazó que fuera terrorismo, tras lo que planteó una cuestión de competencia que el Tribunal Supremo resolvió en el sentido de que sí hay indicios de terrorismo, por lo que el caso se quedó en la Audiencia Nacional.
Según el escrito de acusación del fiscal, estos hechos se enmarcaron en las campañas de ETA denominadas Alde Hemendik (Fuera de aquí), que busca la expulsión de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado del País Vaso y Navarra, "influyendo de manera negativa en la calidad de vida de los miembros de la Guardia Civil, así como en la de sus familiares y amistades como paso previo a su exclusión social".
Apunta que esta reivindicación fue introducida en 1976 por la banda terrorista pero que la izquierda abertzale la mantiene en la práctica pese al cese de la actividad armada anunciado por la banda en octubre de 2011.
"Existe una segunda intencionalidad -añade-, que es la de crear un clima de miedo y rechazo entre los ciudadanos, instándoles de manera indirecta a no entablar ningún vínculo afectivo o de amistad o cortesía con miembros de la Guardia Civil, en un intento de aislarles socialmente".
Lesiones a los guardias y sus parejas
La agresión ocurrió el pasado 15 de octubre de madrugada en un bar de Alsasua y en ella resultaron heridos dos guardias civiles (un teniente y un sargento) y sus parejas.
El teniente sufrió, según el fiscal, contusiones múltiples, fractura de tobillo y herida en el labio, tras lo que tuvo que ser intervenido. El sargento, por su parte, sufrió policontusiones en la cabeza, erosiones múltiples en espalda, contusión en el codo izquierdo, edema en la muñeca derecha y dolor en la región lumbar, lo que le provocó lordosis cervical.
En cuanto a sus parejas, las lesiones fueron físicas, como dolores en la zona dorsal, hematomas y tendinitis, pero también psicológicas, ya que una de ellas presentó "un cuadro de ansiedad importante debido a recuerdos recurrentes de la agresión sufrida", que se agravó al cruzarse por la calle con uno de sus agresores y por la situación que viven sus padres en Alsasua, "donde residen y reciben amenazas e insultos".