Los replicantes de Raf Simons invanden la pasarela
- El belga recrea la estética de la película Blade Runner
- Simons presenta prendas para mujer y hombre en el mismo desfile
La pasarela era una calle empapada, situada bajo el puente de Manhattan, decorada con una nube de farolillos chinos, en rojo y blanco, La banda sonora, el ruido de los vagones del metro. El desfile de Raf Simons parecía hacer guiños a Blade Runner pero también a Cantando bajo la lluvia, ya que los modelos, ellas y ellos, llevaban paraguas -¡¡con mangos de neón!!- y botas de agua.
La colección para su firma, creada en 1995, juega con el pasado y el futuro (el que llevamos décadas viendo en las películas) para mezclar prendas de distinto carácter que, juntas, crean looks potentes y urbanos.
Las prendas para protegerse de la lluvia se desarrollan en distintos patrones. Vemos chubasqueros y distintas versiones del trench que se hacen en tejidos de última generación. Unos, en colores metalizados, lo que enfatiza ese aire técnico; otros, con un estampado de cuadros que nos remonta a la sastrería británica o a la campiña inglesa.
No era casual ese ambiente chino. Muchas prendas están inspiradas en la cultura del gigante asiático, piezas que Simons deconstruye con valentía para que adquieran una nueva proporción. Como los trajes de chaqueta cruzada que aunque llevan ojales se abrochan como las que llevan los campesinos que trabajan en los campos de arroz.
Las superposiciones de prendas conviven con las superposiciones impuestas por el patrón, un motivo que se remarca con el contraste de colores. Para favorecer la superposición se apuesta por prendas amplias, generosas en cuanto al tejido, aunque se huye del oversized.
Los vestidos de mujer llevan colores potentes, como el morado, un tono muy difícil, un tono muy urbano, y también estampados funky. Vemos diseños que parecen haber sido improvisados y otros que parecen estar a medio construir, y destacan los jerséis de punto amplios, con un escote enorme que deja ver uno de los hombros.
El escenario, las prendas y los complementos parecían tener un mensaje. La moda es una interesante forma de expresión y un buen medio para protestar. Por eso muchos ven en este desfile un grito desesperado para llamar la atención sobre el cambio climático. También una metáfora sobre el existencialismo y la postmodernidad, otros dos guiños a la película de Ridley Scott.
Simons, que es además el director creativo de la casa Calvin Klein, estuvo arropado por los actores Julianne Moore y Christian Slater y el rapero ASCAP Rocky. También estuvo su camarada, el modisto Marc Jacobs.