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Elisa McCausland: "La película de Wonder Woman sacrifica su esencia feminista"

  • La autora repasa la historia del personaje y su simbología feminista en el libro Wonder Woman. El femenismo como superpoder
  • “Pocos autores han sabido ver el potencial subversivo del personaje”, asegura

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Wonder Woman vista por Bilquis Evely
Wonder Woman vista por Bilquis Evely

Actualmente, la película de Wonder Woman triunfa en todo el mundo y ha vuelto a demostrar la capacidad del personaje para recordar el debate sobre el feminismo y la igualdad (real) de hombres y mujeres que, desgraciadamente, sigue siendo una utopía. La periodista e investigadora especializada en cultura popular y feminismo, Elisa McCausland (Madrid, 1968), repasa la historia de la superheroína y destaca su importancia como símbolo de esa lucha por la igualdad, en el libro Wonder Woman. El feminismo como superpoder (Errata naturae).

Portada del libro 'Wonder Woman. El feminismo como superpoder'

Portada del libro 'Wonder Woman. El feminismo como superpoder'

“Este libro –nos comenta Elisa- busca introducir al lector/a tanto en el contexto histórico en el que se desarrolló el comic book y el nacimiento de la superheroína como concepto, como en la relación de las ficciones y su industria con la sociedad, haciendo especial énfasis en el desarrollo del arquetipo, sus interpretaciones dependiendo del momento y sus potenciales aún por desarrollar”.

Creada en 1941 por el psicólogo e inventor William Moulton Marston (1893-1947) Wonder Woman ya nació como un icono feminista: “Wonder Woman es un cómic revolucionario –asegura Elisa- en el sentido mismo de cómo fue planteado y producido, que tenía mucho que ver, asimismo, con el quiénes”.

“Que fuera leído como icono feminista en un sentido pop –añade- se lo debemos a Gloria Steinem y la cabecera Ms. , así como a la serie de televisión protagonizada por Lynda Carter en los setenta. A partir de ahí, le ha acompañado la etiqueta, por así decirlo”.

“Pero –continúa Elisa- , desde mi punto de vista, por lo que Wonder Woman es importante, en un sentido feminista, es debido a su potencial para emerger políticamente cuando más se la necesita. Pocos han sabido ver en ella su potencial subversivo, pero aquellas personas que lo han hecho, han traído de vuelta un artefacto de ficción que hace visibles las estructuras que hemos de poner en jaque”.

La Wonder Woman de Azzarello y Cliff Chiang
La Wonder Woman de Azzarello y Cliff Chiang

La Wonder Woman de Azzarello y Cliff Chiang

Gal Gadot es perfecta, la película no

En cuanto a la elección de la modelo Gal Gadot para interpretar a Wonder Woman, Elisa nos comenta que: “Ha resultado ser todo un hallazgo icónico. Su breve incursión en Batman v Superman: El amanecer de la justicia, de Zack Snyder, es, desde mi punto de vista, lo más acertado de una película que, por otra parte, solo es interesante en la medida en que, como también le ocurre a Marvel, pone sobre el tapete lo sintomático de la impotencia del superhéroe para trascender sus traumas”.

“Por su parte –añade-, Wonder Woman, la película dirigida por Patty Jenkins, me ha decepcionado por la misma razón que me decepcionó la etapa de Azzarello: la esencia feminista de la superheroína es sacrificada en el momento en el que se hace de ella un instrumento de Zeus”.

“En la crítica, que titulé Amazonas contra Dioses (antes de que la tentación del clickbait lo mutara), lo intento explicar con mayor precisión” -concluye Elisa-.

En una entrevista a RTVE.es, Elena Anaya también aseguró que no creía que se tratase de una película feminista.

Dirigida por la cineasta Patty Jenkins, "Wonder Woman" llegará con mucha fuerza a los cines españoles, tras dominar la taquilla estadounidense y ser aplaudida por la crítica internacional, satisfecha con el resultado del mítico personaje de cómic al que da vida la actriz Gal Gadot, rodeada en el filme por otros actores como Chris Pine, Robin Wright o la española Elena Anaya. Pero antes de ser Wonder Woman, la protagonista de la historia era conocida en la idílica isla de Themyscira como Diana, princesa de las Amazonas, que fue entrenada para ser una guerrera invencible y que ahora tendrá que poner a prueba su valentía para detener la Primera Guerra Mundial, que ha desatado el pánico. Así, descubrirá sus poderes y también su verdadero destino.

Wonder Woman y el movimiento feminista

William Moulton Marston tuvo una relación abierta con las también psicólogas Elizabeth Holloway Marston y Olive Byrne con las que tuvo varios hijos. Los tres vivían juntos y estaban ligados al movimiento feminista

“Muy probablemente –asegura Elisa-, si quienes formaban parte del clan Marston --incluyendo en el clan no solo a la familia más cercana, sino a otras personas relacionadas que estuvieron vinculadas a la producción de Wonder Woman-- no hubieran estado ligados al movimiento sufragista, a la defensa de los derechos de las mujeres en lo que respecta al control reproductivo de sus cuerpos, y a la heterodoxia de la década de los veinte, Wonder Woman no hubiera existido”.

También nació en una época en la que la Segunda Guerra Mundial hizo que las mujeres norteamericanas se incorporasen al mercado laboral, mientras los hombres combatían. “Ya no estoy tan segura de qué hubiera pasado de no existir la II Guerra Mundial –asegura Elisa-, pues la idea de esta superheroína precede este contexto; su codificación “patriótica” tenía también mucho que ver con el sufragismo, emulando a la diosa Columbia, que con la propaganda política posterior; algo que, muy probablemente, George Pérez supo leer, pues hizo por resignificar en los ochenta el uniforme de la superheroína más allá de la bandera de los Estados Unidos, a la vez que rescató esa estampa de la diosa en su reinterpretación del mito superheroico”.

Para detacar la importancia del personaje, la historiadora Jill Lepore asegura que “El feminismo hizo a Wonder Woman; más adelante, Wonder Woman rehizo el feminismo”

Elisa asegura estar de acuerdo con esta afirmación: “En un sentido positivo de la frase, sí, aunque fuera formulada más como crítica que como idea optimista sobre el personaje y su influencia a lo largo de los siglos XX y XXI”.

“A partir de Wonder Woman –continúa-, así como de otras muchas ficciones, podemos imaginar otras maneras, otros modos de construir las relaciones, de pensar el poder. Eso es lo que hace el feminismo, cuestionar las estructuras, y, como decía anteriormente, ha habido y hay artistas que así lo ven. Que esto suceda en el mainstream, desde mi punto de vista, es importante”.

Portada de 'All Star Comics #8' (1941) y primera página de la aventura de Wonder Woman

Portada de 'All Star Comics #8' (1941) y primera página de la aventura de Wonder Woman

Los símbolos de Wonder Woman

Además de ser un símbolo en sí misma, casi todos los elementos de su atuendo son símbolos, como nos recuerda Elisa: “En origen, los brazaletes y el lazo de la verdad son instrumentos de ficción que nos hablan, precisamente, del poder. Los brazaletes son recordatorio para las amazonas de que no han de dejarse someter por otros, pero, sobre todo, y lo más interesante, son un instrumento de la cultura amazónica en un sentido muy interesante: del control de mente y cuerpo, emociones y músculos, surge la “nueva mujer”.

“El lazo de la verdad –continúa- empuja a quien lo porta a revelar sus más oscuros impulsos, a contarnos a nosotras mismas de qué estamos hechas, qué deseamos para, a partir de ese conocimiento, obrar en consecuencia. Una herramienta bastante obvia viniendo de la mente de un clan investigador en el ámbito de la psicología”.

Otro de los elementos que definen a Wonder Woman es su nacimiento, modelada del barro por Afrodita: “Que Diana haya nacido sin que medie el hombre es una declaración de principios –asegura Elisa-. Es Afrodita, diosa del amor, quien le da la vida; las amazonas, con su cultura de ciencia ficción, la forman, haciendo de ella la mejor de Isla Paraíso, hasta que llega el momento de que viaje al mundo del hombre con el objetivo último de liberar a las mujeres (womankind) de la opresión”.

Las Wonder Women de la televisión y el cine: Cathy Lee Crosby, Lynda Carter, Adrianne Palicki y Gal Gadot

Las Wonder Women de la televisión y el cine: Cathy Lee Crosby, Lynda Carter, Adrianne Palicki y Gal Gadot

Como contrapunto a todos esos símbolos, la Mujer Maravilla ha tenido que sufrir todo tipo de humillaciones. Por ejemplo, en los 90 llevaba tanga (porque eso aumentó las ventas) y luego le pusieron pantalones, lo que consiguió el efecto contrario al deseado: “No era la primera vez que Wonder Woman llevaba pantalones, desde luego. Ya en los noventa, con Messner Loebs a los guiones y Brian Bolland como portadista, Diana perdió el título de Wonder Woman y vistió pantalones oscuros de ciclista (y estética BDSM)”.

“Si el diseño de Jim Lee, tuvo sus riesgos –añade-, no diría tanto que fuera por los pantalones en sí, como por las hombreras y demás aditamentos. Sin ir más lejos, el matrimonio Finch también pensó para la superheroína un uniforme que la cubría entera, de pies a cabeza, como si eso supusiera algún tipo de dignificación. Ocurre como siempre con el cuerpo de la superheroína: el uniforme responde a un contexto, también a una sublimación simbólica; es decir, tiene un sentido dentro de la viñeta. Qué más me da que le pongas pantalones a la heroína, si su aventura apenas es trascendente desde un punto de vista feminista”.

Ilustraciones de Carla Berrocal y Natacha Bustos
Ilustraciones de Carla Berrocal y Natacha Bustos

Ilustraciones de Carla Berrocal y Natacha Bustos

El libro

En cuanto al contenido del libro, Elisa nos comenta que: “Está estructurado como un viaje histórico, político y cultural en el que Wonder Woman es la protagonista, precisamente porque actúa como significante cuyos significados se han ido adaptando a cada época; explicar el cómo y el porqué de esas mutaciones de sentidos nos dice mucho de cada época, y, a su vez, nos habla de los diferentes usos y costumbres que se ha hecho de la ficción”.

“En el prólogo –añade- explico de dónde nace esta curiosidad por los cómics, en general, y los de superhéroes, en particular. Que siempre hayan estado ahí han sido capitales para enfocar, más adelante, en el análisis y teoría de la superheroína como artefacto de ficción feminista. Los primeros capítulos abordan, precisamente, de qué están hechas las superheroínas. El plural no es casual, pues Wonder Woman es arquetipo y canon, y es importante saber sobre sus orígenes, ligados a las distintas luchas feministas previas a su existencia; luchas que la constituyen, a ella, y a las que vinieron después, aunque posteriormente el comic book entrara en épocas más oscuras, de domesticación de sentidos y de la propia superheroína como concepto”.

La popularización de Wonder Woman como icono feminista –continúa Elisa- es abordado, precisamente, a través de entrevistas con Joanne Edgar, editora en los setenta de la revista Ms. , publicación fundada por, entre otras feministas de segunda ola, Gloria Steinem; y la autora de cómic e historiadora del medio Trina Robbins. Asimismo, la influencia de la superheroína como icono cultural en otros medios (televisión, cine, arte contemporáneo), tiene su espacio en un capítulo cercano al final, donde encontramos, además diez aventuras escogidas que dan cuenta del potencial de la superheroína y sus diversas manifestaciones a lo largo de su historia, y de la nuestra”.

Ilustraciones de Carla Berrocal
Ilustraciones de Carla Berrocal

Ilustraciones de Carla Berrocal

“Pero, para llegar a ese punto, queda lo que podría entenderse como el análisis de la Edad Moderna de esta superheroína en particular, cuya reformulación de sus orígenes, iconografía y relaciones traerá George Pérez en los ochenta; en este mismo capítulo abordo otras revoluciones, que tienen que ver con la misma esencia del arquetipo de la superheroína y del planteamiento de su viaje, de su aventura, como antisistema, como feminista. El análisis de la Promethea de Alan Moore, así como la entrevista al autor Phil Jiménez nos lleva al cambio de milenio, a la superheroína post 11S y millennial, acompañadas estas aproximaciones y análisis de las entrevistas al guionista Greg Rucka y a la autora de La Leyenda de Wonder Woman, Renae De Liz”.

También destacamos que el libro cuenta con las ilustraciones de dos de las mejores artístas del cómic actua, Natacha Bustos y Carla Berrocal: “En el dibujo de Carla Berrocal –asegura Elisa- hay mucho de la esencia sufragista de la línea de HG Peter, heredera de las caricaturistas de la prensa activista de principios de siglo. Era la elección ideal para representar a la Wonder Woman más clásica”.

En la cinética del dibujo de Natacha Bustos -continúa- reside esta idea de presente y futuro de la superheroína que tanto me interesa, una Wonder Woman del siglo XXI heredera de las amazonas, sí, pero con un diseño más en línea con las nuevas generaciones de lectoras. De la fusión de ambas, tal y como propone la portada, emergerá la inspiración para concebir a la Wonder Woman del mañana”.

Wonder Woman de Natacha Bustos
Wonder Woman de Natacha Bustos

Wonder Woman de Natacha Bustos

Las mejores etapas de Wonder Woman

En sus más de 75 años de historia Wonder Woman ha pasado por todo tipo de etapas. Elisa destacaría: “Desde luego, la etapa William Marston/HG Peter, por desconocida y, a día de hoy, revolucionaria en su posicionamiento y expresión. También recomendaría leer la etapa de Robert Kanigher, aunque solo fuera por curiosidad, así como la de O´Neill y Sekowsky. Y desde luego, la de George Pérez”.

“Desde un punto de vista más personal –continúa-, recomendaría la etapa de Messner-Loebs, más certera de lo que las formas hiperbólicas dejan entrever, las dos de Greg Rucka en la cabecera (a principios de los dosmil y la recientemente finalizada tras el Rebirth), y algunos momentos estelares firmados por Gail Simone y Phil Jiménez”.

Una de las etapas más recordadas es la de George Pérez como autor completo: “Es la etapa que, por así decirlo, puso orden en el universo mitológico de la superheroína, y, a la vez, dio cierta distancia para que los orígenes de los cuarenta cuyas derivaciones tanto habían limitado a la superheroína, quedaran lo suficientemente olvidados como para retomarlos desde perspectivas renovadas, más allá del guiño nostálgico”.

Portada del primer número de 'Wonder Woman', de George Pérez

Portada del primer número de 'Wonder Woman', de George Pérez

“Otra de las etapas que más me ha marcado es la que firmara Greg Rucka entre 2003/2006, precisamente por cómo entendía el presente, e imbuye a la superheroína de ese espíritu de El Ala Oeste de la Casa Blanca que deviene en muerte y destrucción. Sigo creyendo que Rucka fue bastante visionario en esta idea tan aparentemente institucional de Diana. La agenda política era obvia, y, a su vez, lograba que todo ello estuviera volcado en una ficción que culmina con el derrocamiento de Zeus en favor de Atenea”.

“Por el contrario –añade- creo que Brian Azzarello junto a Cliff Chiang han logrado llevar a cabo una de las etapas más reconocibles en términos de diseño, cuya pirotecnia esconde unas esencias bastante retrógradas, que han dado paso a unas ideas y justificaciones, desde mi punto de vista, contrarias a la esencia de Wonder Woman”.

“Es por esto –concluye- que celebro la última etapa, firmada por Greg Rucka y dibujada por Nicola Scott, Liam Sharp y Bilquis Evely, en la que se cuestiona de una manera bastante creativa el pasado para poder proyectar un futuro bastante más luminoso”.

ECC Ediciones publica actualmente los cómics de Wonder Woman en España.

Sus proyectos

En cuanto a sus proyectos, Elisa nos comenta que: “En estos momento estoy trabajando con el crítico de cine Diego Salgado en un proyecto con la editorial Consonni sobre lectura crítica del mainstream. Vemos necesario desarrollar algunas teorías sobre la imagen, la expresión y sus posibles significados”.

Elisa McCausland retratada por Xcar Malavida
Elisa McCausland retratada por Xcar Malavida

Elisa McCausland retratada por Xcar Malavida