Condenado a dos años el mosso que aporreó a un joven en las protestas de Can Vies
- Le hirió en la oreja durante las protestas contra el desalojo del centro okupa
- La Audiencia de Barcelona considera su actuación "a todas luces desproporcionada"
La Audiencia de Barcelona ha condenado a un mosso d'esquadra a dos años de cárcel y dos de inhabilitación por golpear en la cabeza a un joven, al que causó una herida en la oreja con la porra, en un dispositivo policial montado por las manifestaciones contra el desalojo del centro okupa Can Vies.
En su sentencia, a la que ha tenido acceso la agencia Efe, la sección séptima de la Audiencia condena al agente por un delito de lesiones pero le absuelve del delito contra la integridad moral del que también estaba acusado, al entender que, pese a que su actuación fue "a todas luces desproporcionada" ante una situación que era simplemente "molesta", no incurrió en un "trato degradante" de la víctima.
La sala condena también al mosso d'esquadra a indemnizar con 4.500 euros al joven, por la "lógica afectación moral que el episodio conlleva" no sólo para él, sino para "cualquier ciudadano agredido por un agente del que se espera precisamente apoyo y protección".
Pena inferior a la petición de la Fiscalía y la acusación
El agente, con 12 años de experiencia en la unidad antidisturbios de los Mossos, afrontaba una petición de la Fiscalía de tres años de cárcel y cuatro de inhabilitación, mientras que la acusación particular -representada por la abogada Montse Fernández- y la popular, ejercida por el centro Iridia para la defensa de los derechos humanos, le pedían seis años de cárcel.
El acusado formaba parte de un dispositivo de antidisturbios que se desplegó el 27 de mayo de 2014 en la zona de plaza de Sants de Barcelona para asegurar el orden público, tras varios días de disturbios en las manifestaciones por el desalojo de Can Vies, uno de los emblemas del movimiento okupa de Barcelona.
Según el tribunal, "el ambiente en la plaza era pacífico, sin que existiera en aquel momento conato de violencia alguno", pero los agentes, siguiendo las órdenes de los mandos policiales, comenzaron a dispersar a las personas que se encontraban en el lugar.
Cuando los mossos llevaban a cabo la dispersión, cruzó la plaza con su bicicleta José Iván J., al que una agente pidió que abandonara el lugar, ante lo que el joven "permaneció inmóvil", por lo que la mosso d'esquadra le propinó con la defensa reglamentaria "varios golpes en las extremidades inferiores", sostiene la sentencia.
En ese momento, añade el tribunal, acudió "en refuerzo" de la agente el mosso acusado, Miguel Ángel P., que "sin que existiera provocación alguna" por parte de la víctima, le propinó "un fuerte golpe en la cabeza con su defensa", que le causó una herida en la cara posterior del pabellón auricular izquierdo que precisó sutura quirúrgica.
Usa no racional de la fuerza
El tribunal asegura en su sentencia que, tras escuchar a los testigos y visionar las fotografías del suceso, no le quedó "ningún atisbo de duda" de que el mosso aporreó al joven con la intención "directa de lesionar y golpear la parte alta del cuerpo", lo que está prohibido por los protocolos policiales sobre el uso de la defensa.
En opinión del tribunal, el uso de la fuerza por parte de los agentes "no fue racionalmente necesario para la tutela de los intereses públicos", ya que es "cuestionable" emplearla para dispersar a un ciudadano "salvo que el mismo se niegue de manera contumaz a marchar del lugar".