'50 primaveras', una comedia que rompe tabúes sobre la mujer madura
- RTVE.es entrevista a la directora, Blandine Lenoir, y a su protagonista, Agnès Jaoui
- El miedo a envejecer o la discriminación laboral son algunos de los temas del filme
La menopausia, la discriminación laboral a los mayores o la zozobra emocional ante el paso del tiempo. Son algunas de las cargas de profundidad que la directora francesa Blandine Lenoir plantea envueltas en humor en 50 primaveras (Aurore), una película protagonizada por Agnès Jaoui, y segundo largometraje de la realizadora tras la celebrada Zouzou.
La cinta francesa, que se estrena este viernes, 28 de julio, nos adentra en la transición que atraviesa Aurora, una mujer de cincuenta años divorciada, vital y decidida, a la que se le acumulan los problemas: decide dejar su trabajo, al mismo tiempo se entera de que va a ser abuela, y a su vez, encara desconcertada los cambios hormonales del climaterio.
Lenoir aborda en tono de comedia un tema tabú en su pretensión de mostrar una mujer normal, y nos enfrenta a la realidad desde la mirada de la atribulada Aurora.
“Vi que en el cine había una carencia en este sentido. Las películas no reflejan a las mujeres reales de cincuenta años que yo veía a mí alrededor. Mujeres normales que tienen amigas, que buscan trabajo, que buscan el amor, que salen a tomar una cerveza, simplemente quería mostrar eso”, señala la directora en una entrevista para RTVE.es, un razonamiento al que se suma la actriz Agnès Jaoui: “El arte para mí debe representar la vida y hay situaciones que no están representadas. Debemos salir de los clichés para enfrentar las realidades de hombres y mujeres. Además, cuando ves películas de este tipo te sientes menos sola”.
A pesar de los elementos conmovedores de 50 primaveras, el tono es luminoso y abre una puerta a la esperanza, en una entrañable interpretación de Jaoui, que habla sobre su propia experiencia personal y la compara con la de Aurora.
“Con respecto a la menopausia, yo pensaba que era falso lo de los sofocos, pensaba que era una caricatura y que no existían, de verdad, porque cuando comencé la película no los tenía, vinieron después, pero es verdad que las hormonas cambian, cambia tu cuerpo, cambia tu mente y tenemos que hacer el luto para luego renacer”.
Un renacimiento optimista que Blandine Lenoir quería incluir como trasfondo en el filme, en una suerte de “liberación” en la que la mujer madura puede ser alguien por sí misma ya que “ya no es considerada como un objeto de seducción”.
Una mujer real
Agnès Jaoui, que además de actriz es guionista y directora, ganadora de cuatro premios Cesar por su opera prima Para todos los gustos, dota de humanidad a una luchadora que se reencuentra a sí misma en medio del huracán.
Una heroína realista capaz de tomar las riendas de su vida, impulsada por el reencuentro con un amor adolescente y por la siempre inquebrantable solidaridad entre mujeres. “Ella nunca es una víctima y eso me gusta, tiene dignidad y lucha por sobrevivir”, apunta la intérprete con una gran sonrisa.
La angustia por envejecer, acentuada ante la noticia de que va a ser abuela y la discriminación en el trabajo, por ser mujer y mayor para más señas, son cuestiones que quedan retratadas con sutileza sin caer en el dramatismo.
“Eso es algo que afecta a los hombres y a las mujeres pero a menudo, como las mujeres tienen trabajos de representación, de cara al público, ahí, no quieren mujeres mayores”, reflexiona en voz alta Blandine Lenoir.
Agnès Jaoui encaja a la perfección en el papel de una mujer en mitad de un proceso de reconstrucción: tierna y divertida, moderna-más que sus hijas- y con un físico muy real. Un aspecto en el que la realizadora gala incidió especialmente al resaltar a través del vestuario la feminidad de Aurora.
“Quería una mujer con la que la otras mujeres se pudieran identificar porque tiene realmente cuerpo de mujer no de adolescente- hace el gesto de estar muy delgada-. Una mujer normal, entre comillas, y que se desenvolviera bien en la comedia y en el drama”, explica sobre la elección de su protagonista.
La relación entre padres e hijos o el síndrome del nido vacío son otros de los interesantes ingredientes de una película que, bajo la simpatía, invita a la reflexión sobre la imagen y los estereotipos que sigue teniendo la sociedad sobre las mujeres maduras.