'Tanna', los auténticos Romeo y Julieta del Pacífico
- Una película australiana que fue nominada al Oscar a la mejor cinta de habla no inglesa
- Narra la histora de amor de dos jóvenes de una de las últimas tribus vírgenes del planeta
- Se estrena este viernes, 28 de julio
Tanna fue la gran sorpresa de los últimos Oscar, una pequeña película, rodada por dos reputados documentalistas, Bentley Dean y Martin Butler, que se fueron a uno de los últimos lugares casi vírgenes de la tierra, la diminuta isla de Tanna, en el archipiélago de Vanuatu, al Este de Australia.
Allí convencieron a la tribu de los Yakel, que no habían visto nunca una cámara de cine, para que rodasen una película casi documental sobre una historia de amor, basada en hechos reales, que recuerda mucho a Romeo y Julieta; y que protagonizaron dos jóvenes que, con su amor, lograron cambiar las injustas leyes de su tribu sobre el matrimonio concertado.
Una joya visual y poética que respira verdad en cada uno de sus planos, y que también es un fabuloso testimonio de cómo vive una de las últimas tribus vírgenes del planeta, que se resiste a caer bajo el hechizo de lo que llamamos civilización. Lo curioso es que creen que uno de sus dioses es el Duque de Edimburgo, esposo de la Reina Isabel de Inglaterra, al que consideran hijo de un temible espíritu de ese lugar.
Una preciosa historia de amor, con una fotografía espectacular, rodada en algunos de los parajes más espectaculares del planeta como selvas vírgenes, cascadas o volcanes en erupción, que ha seducido a crítica y público de todo el mundo, consiguiendo numerosos galardones como la mencionada nominación a los Oscar o los premios de la Crítica y Fotografía en la semana de la Crítica del Festival de Venecia.
Un amor prohibido que nos emociona, nos cautiva y nos recuerda a un tipo de cine etnográfico, con títulos míticos como Tabú (F.W. Murnau, 1931), o Nanook, el esquimal (Robert J. Flaherty, 1922), que por desgracia ha desaparecido (al igual que los territorios vírgenes).
La civilización sólo disfraza las pasiones
La película viene a demostrar que, por mucho que se supone que hayamos evolucionado y nos hayamos vuelto civilizados, las pasiones básicas, como el amor, el instinto de supervivencia, la envidia... siguen siendo las que mueven el mundo.
Gracias a estos dos documentalistas, viajamos hasta esa pequeña isla remota del Océano Pacífico llamada Tanna (de 40 km de longitud y 19 km de ancho), en la que abundan bosques y actividad volcánica. Allí descubrimos a dos jóvenes enamorados que se atreverán a desafiar las leyes de su tribu.
Wawa se tiene que casar con otro hombre del pueblo vecino y Dain, además, es el nieto del jefe. Al no poder estar juntos, deciden huir, siendo perseguidos por guerreros que querrán acabar con sus vidas. Los amantes tendrán que elegir entre su amor o el futuro de la tribu, mientras los aldeanos se debaten entre preservar su cultura tradicional o adaptarse a las demandas de la libertad individual.
Una nueva versión de Romeo y Julieta con el aliciente de que se basa en una historia real que esta tribu contó a los directores de la película y gracias a la que se cambiaron las normas de matrimonios concertados y se permitió a los jóvenes casarse por amor.
Casi un documental
Bentley Dean y Martin Butler se toman la película casi como si fuera un documental, prestando especial atención a la forma de vida, las tradiciones y las costumbres de la tribu Yakel, con la que convivieron durante varios meses. Y dando una especial relevancia a la abrumadora belleza de la naturaleza de la isla, un auténtico paraíso.
Por eso la película está rodada en nauvhal, la lengua indígena de los Yakel, una tribu que todavía caza con flecha y arco y hacen sus propias ropas y casas con materiales recogidos de la jungla. Sus días empiezan con la salida del sol y acaban con una ceremonia de kava al atardecer. Es una vida que ha desaparecido por completo en los tiempos modernos, pero la gente de la isla está orgullosa de su cultura Kastom y quiere compartirla con el resto del mundo.
Destacar la naturalidad de las interpretaciones, de gente que, como decimos, no sabía qué era eso del cine. Gracias a eso se consigue una veracidad que es fundamental para el resultado tan auténtico e emocionante de la película.
La naturaleza también es otra de las grandes protagonistas de la película, en su doble papel de escenario y de testigo muda de la pasión de los amantes.
Los directores cuentan así la génesis de la película: "Convivimos con los Yakel durante siete meses: intercambiamos comida, historias, ceremonias, risas, dolor y aventuras. Un día un hombre cantó una profunda y sentida canción sobre dos amantes que se atrevieron a desafiar las antiguas leyes sobre el matrimonio, la historia verídica del romance que cambió el curso del Kastom en la isla. Tanna es la translación al cine de esa canción, la historia real sobre el poder transformador y universal del amor".
Tanna se estrena este viernes, 28 de julio.