Primer paso para desmantelar la central nuclear de Garoña, un proceso que no terminará antes de 2030
- Enresa prepara la documentación para solicitar su desmantelamiento
- En este periodo de transición la titularidad seguirá siendo de Nuclenor
- El proceso completo se prolongará durante 13 o 16 años, según Industria
La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) está preparando ya la documentación necesaria para solicitar el desmantelamiento y la transferencia de la titularidad de la central nuclear de Garoña, en Burgos, después de que el ministro de Energía, Álvaro Nadal, anunciara este martes su cierre definitivo. El propio Nadal estimó en una horquilla de 13 a 16 años el tiempo necesario, lo que situaría el final de este proceso una vez pasado el año 2030.
La denegación de permiso de explotación a la más veterana de las nucleares españolas que se encuentra parada (situación de parada segura) desde diciembre de 2012, inicia un "periodo de transición" hasta la transferencia de la titularidad de la central a Enresa.
Durante este tiempo, Nuclenor -dueña de la central y participada por Endesa e Iberdrola- deberá, entre otras labores, acondicionar los residuos y efectuar la descarga del combustible gastado de la piscina en los contenedores suministrados por Enresa para su disposición en el Almacén Temporal Individualizado (ATI) de la central como paso previo a su remisión al Almacén Temporal Centralizado "cuando este se encuentre disponible", según explica la empresa pública en una nota.
La compañía también deberá colaborar con Enresa en las actividades preparatorias para el desmantelamiento.
Enresa, por su parte, tendrá a partir de ahora que: presentar un estudio básico de estrategias para el desmantelamiento de la central al ministerio; presentar el plan de desmantelamiento a Industria y al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) para solicitar la autorización; presentar el estudio de impacto ambiental y solicitar la autorización prevista en el Tratado Euratom, "donde se evalúa el posible impacto transfronterizo".
Durante este proceso administrativo y hasta su culminación, aclara Enresa, la titularidad exclusiva de la instalación continuará siendo de Nuclenor.
Vandellós 1 y Zorita, en proceso de desmantelamiento
Enresa tiene experiencia en este tipo de procesos al ser la responsable del desmantelamiento de otras dos centrales españolas Vandellós 1 (Tarragona) y Zorita (Guadalajara) y un reactor experimental del Centro de Investigaciones Energéticas (CIEMAT), en Madrid.
Para proceder al desmantelamiento, el plan debe obtener el informe favorable del CSN -máximo organismo en materia de seguridad y protección radiológica- y la consiguiente autorización del Ministerio de Energía.
Todo este proceso "tardará varios años", ha asegurado a Efeverde la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, quien ha recordado el caso de la central José Cabrera de Almonacid de Zorita, que cesó su actividad en 2006 y cuyo desarme sigue activo.
Otra de las centrales clausuradas en España que se encuentra en un proceso bastante avanzado de desmantelamiento es la de Vandellós I, cerrada tras un incendio en 1989, "por el que hubo razones de seguridad que hicieron que el proceso fuera distinto".
Los expertos apuestan por "dejar de producir residuos radiactivos
Expertos en energía nuclear consultados por Efe coinciden en que la mejor solución es "dejar de producir residuos radiactivos para no tener que preocuparse de su almacenamiento".
Por su parte, el portavoz de Ecologistas en Acción para temas de energía nuclear, Francisco Castejón, ha considerado que "no sería disparatado dejar los residuos en ATI de forma temporal ante la falta de una solución técnica satisfactoria" que, por otro lado, dice "ningún país ha hallado todavía".
El especialista en temas de energía y miembro fundador de la consultora ambiental Salvia Team, Carlos Bravo, ha insistido en que "no tiene sentido producir un residuo que no tiene solución", e insiste en que "habría que abrir un gran debate a nivel europeo para una solución más allá de los ATI".