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La Justicia de EE.UU. anula las penas contra cuatro excontratistas por la matanza de civiles en Irak

  • Fueron condenados a 30 años de prisión por disparar contra 14 personas
  • El guarda de seguridad Slatten, sentenciado a cadena perpertua, podría quedar impune
  • Los empleados de Blackwater podrían ver rebajadas las penas

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Foto de archivo de los condenados en 2009
Foto de archivo de los condenados en 2009.

Un tribunal de apelaciones de Estados Unidos ha anulado las penas contra cuatro excontratistas de la empresa de seguridad Blackwater, condenados en 2014 a largas penas de cárcel por matar a 14 civiles iraquíes en una operación en Bagdad.

Los cuatro dispararon contra transeúntes en la plaza Nisour del centro de Bagdad con el fin de despejar el camino para el paso de un convoy del Departamento de Estado, poco después de la explosión de un coche bomba en las inmediaciones en 2007.

El Gobierno del entonces presidente George W. Bush contrató sus servicios para ofrecer seguridad a sus empleados en Irak.

Nicholas A. Slatten, un antiguo francotirador del Ejército, fue condenado por un juez federal a cadena perpetua por asesinato acusado de efectuar los primeros disparos en la plaza Nisour. Sus compañeros Paul A. Slough, Evan S. Liberty y Dustin L. Heard fueron condenados a 30 años de prisión cada uno por homicidio.

La decisión del tribunal viene motivada por la consideración de que fue injusto imputarles un cargo de porte de armas por unas armas que el Gobierno de Estados Unidos les obligó a llevar para sus labores de protección. Además, considera que Slatten merece un juicio aparte.

Sloguh, Liberty y Heard podrían ver rebajadas sus penas

De este modo, el tribunal ha ordenado que Slough, Liberty y Heard reciban nuevas sentencias, lo que podría derivar en una rebaja de penas, mientras que a Slatten le ha anulado la condena, por lo que quedaría en libertad si el Gobierno no presenta cargos de nuevo contra él, en cuyo caso sería juzgado de nuevo.

Un portavoz de la Fiscalía de Estados Unidos en Washington, William Miller, ha asegurado al diario The New York Times que los fiscales están revisando sus opciones. Dependerá también de la voluntad política del Gobierno de Donald Trump.

El caso de la plaza Nisour ha obligado a revisar la relación del Gobierno estadounidense con la empresa contratista, que, ante las críticas recibidas por un uso excesivo de la fuerza y su vinculación a otros casos de exportación de armas ilegales, cambió de nombre hasta en dos ocasiones desde entonces: primero Xe, y luego Academi.

Entre 2002 y 2012, Blackwater recibió millones de dólares en contratos privados del Gobierno norteamericano para proteger convoyes, edificios, instalaciones militares y funcionarios de países donde las Fuerzas Armadas de Estados Unidos están en guerra.

El fundador de la empresa, Erik Prince, ha trasladado a la Casa Blanca a petición de Steve Bannon y Jared Kushner, dos de los principales asesores del círculo de Trump, recomendaciones para utilizar a contratistas en lugar de tropas en Afganistán.