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'El truco de Olej', la magia y la belleza del teatro negro para toda la familia

  • El espectáculo mezcla poesía, teatro, magia y circo para todas las edades
  • La oscuridad sobre el escenario permite disfrutar de trucos imposibles

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'El truco de Olej' cuenta con un gran impacto estetico de llamativos colores
'El truco de Olej' cuenta con un gran impacto estetico de llamativos colores

Se apagan las luces y obra el milagro. Pequeños y mayores quedan atrapados en las hipnóticas coreografías que ejecutan marionetas gigantescas de llamativos colores fluorescentes.

Es el mágico universo del teatro negro de El truco de Olej, que el grupo uruguayo Kompañía Romanelli trae este verano a Madrid (Hasta el 18 de agosto. Teatro Fígaro). Una modalidad escénica dónde con la complicidad de la oscuridad, los artistas se vuelven invisibles y dan vida a piruetas inexplicables.

“Nos interesa la experiencia familiar por la humanización de los padres, porque muchas veces cuando estamos con nuestros hijos nos volvemos más serios y no mostramos emociones como la ignorancia o la sorpresa. Pero aquí, padres e hijos se miran entre ellos y los padres se transforman en personas más normales. Se preguntan, ¿cómo lo han hecho?”, explica a RTVE.es Martín Romanelli, creador del espectáculo y director de la compañía teatral.

Generadores de sensaciones

La poesía y el ilusionismo impregnan esta colorida historia, que mantiene una doble lectura que llenará a niños y adultos. El hilo conductor es Olej, un niño barrendero que quiere mostrar sus trucos de magia.

Su empeño, que fluye sin apenas diálogo y apuntalado por la música, dará paso a diferentes números de acrobacias y equilibrismo de los autómatas, en un argumento de gran impacto estético que se inspira en el circo clásico.

Algunos de los muñecos miden más de tres metros. Foto:David Agrait

“Nos interesa generar una sensación. Invitamos al público a que se enfrenten a las emociones que les despierta la belleza”, señala el director, que añade que “trabajamos con el respeto a la inteligencia emocional de los niños. Ellos se enteran de todo y lo absorben todo. Queremos compartir con ellos su mundo interior y que salgan un poco de tanto videojuego”, reflexiona.

El espectáculo es un compendio de diferentes trabajos de la Kompania Romanelli, compuesta por músicos, artesanos y titiriteros, que ofrece propuestas muy complejas desde el punto de vista técnico.

“Nosotros hacemos todo, hasta la pintura de los muñecos. Algunos de ellos miden tres metros y son manejados por cinco personas a la vez”, señala Martín Romanelli, que cuenta que casi se mueven a modo de “bailarines” sobre el escenario, en una labor de perfecta coordinación para que se vea de “una manera orgánica porque cada movimiento está trabajado y tiene una misión”.

Es la precisa maquinaria humana detrás de El truco de Olej. Una obra muy original y sorprendente, en la que el público al final de la representación podrá adentrarse en algunos de los secretos del teatro negro de la mano de los miembros de esta compañía.

Los muñecos se arman y se desarman con gran complejidad técnica. Foto: David Agrait