La Policía filipina mata a 58 personas en la escalada más sangrienta de la campaña antidrogas de Duterte
- 26 personas han muerto durante la madrugada del jueves en Manila
- Otras 32 personas murieron el martes en Bulacán en la operación más letal hasta la fecha
- Duterte: "Ha sido magnífico"
La Policía de Filipinas ha matado a 58 presuntos delincuentes esta semana, lo que constituye el periodo más sangriento de la "guerra antidroga" lanzada por el presidente del país, Rodrigo Duterte, y que ha dejado ya miles de víctimas.
Entre el lunes y el martes, la Policía de la provincia de Bulacán mató a 32 sospechosos que supuestamente se enfrentaron a los agentes. Se trata de la cifra más alta de muertos en una única operación policial. Los agentes llevaron a cabo 67 redadas en las que detuvieron a 107 personas y se incautaron 367 bolsas de metanfetamina, informa Efe.
Un día después, durante la noche del miércoles y la madrugada del jueves, la Policía de la capital, Manila ha matado a otras 26 personas.
"Esta es una operación única y grande - ha explicado el coronel Erwin Margarejo, portavoz de la Policía de Manila, en declaraciones recogidas por Reuters - Así que no está solo enfocada a las drogas, operamos también contra otros crímenes callejeros, como el robo, pero esta gente puede estar también bajo la influencia de las drogas". "Si resisten violentamente, nuestros agentes tienen que defenderse", ha añadido para explicar las muertes.
Duterte: "Ha sido algo magnífico"
Tras la operación de Bulacán, Duterte se mostró satisfecho. "Ha sido algo magnífico", dijo. "Vamos a matar a otros 32 todos los días. Puede que así podamos reducir el mal que aqueja a este país".
“Vamos a matar a otros 32 todos los días. Puede que así podamos reducir el mal que aqueja a este país“
Duterte ha dicho también que los agentes deberían disparar a los activistas de los derechos humanos que interfieran en las operaciones antidroga. La ONG Human Rights watch ha asegurado que esta afirmación pone a los activistas "en grave peligro".
Duterte inició su mandato el 30 de junio de 2016 con la promesa de erradicar el narcotráfico y el crimen. Desde el inicio de esta "guerra contra las drogas" han muerto 3.400 personas a manos de policía y 65 agentes. Las organizaciones internacionales acusan a Duterte de violar derechos humanos y de otorgar carta blanca a las fuerzas de seguridad para matar a los sospechosos, pero en Filipinas el presidente ha ganado un amplio apoyo popular.