La economLa economía española se aceleró y creció un 0,9% entre abril y junio gracias al empuje del consumo
- El PIB español ya supera el nivel anterior a la crisis, según los datos del INE
- En términos anuales, el PIB creció un 3,1% por la mayor demanda nacional
- En el segundo trimestre, la inversión y las exportaciones se desaceleraron
- En el último año se crearon 480.000 empleos a tiempo completo
La economía española creció el 0,9% entre abril y junio, una décima más que en el trimestre anterior, gracias a la fortaleza del consumo de los hogares y a pesar de la desaceleración de la inversión y las exportaciones, según los datos publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que confirma el dato avanzado el pasado mes de julio. De esta manera, la economía española aceleró su ritmo de crecimiento, ya que esta tasa es una décima superior a la del primer trimestre del año (0,8%).
En términos anuales, la tasa de crecimiento del PIB fue del 3,1% entre abril y junio, una décima superior a la del primer trimestre (3%), "como consecuencia de una mayor aportación de la demanda nacional y de una aportación similar de la demanda externa". En concreto, la contribución de la primera fue de 2,4 puntos, una décima superior a la del primer trimestre, gracias al mayor consumo, y la de la segunda se mantuvo en 0,7 puntos -en este caso por el frenazo de las exportaciones, pero también de las importaciones-.
De esta forma, en términos de volumen, el PIB ajustado de estacionalidad y de efectos de calendario ya ha superado el nivel anterior a la crisis y está muy cercano -aunque no lo alcanza- en términos brutos (es decir, sin esos ajustes). En términos corrientes, en el que influye el efecto de los precios, el PIB ya superó el nivel anterior a la crisis en el cuarto trimestre de 2016, siempre según los datos publicados por el INE.
El gasto público se frenó respecto al trimestre anterior
El mayor crecimiento trimestral de PIB se basó en el aumento del gasto de los hogares -que aumentó un 0,7%, tres décimas más- y de las instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares (ISFLSH) -avanzó un 0,2% entre abril y junio, en contraste con la caída del 0,7% experimentada en el trimestre anterior-. Por contra, el gasto público se frenó hasta aumentar un 0,2%, seis décimas menos de lo que lo hizo entre enero y marzo.
El resto de los componentes se desaceleró respecto al trimestre anterior. Dentro de la demanda nacional, la inversión redujo su expansión en 1,3 puntos hasta crecer un un 0,8% en relación al trimestre anterior (había aumentado un 2,1% en el primer trimestre del año, cuando fue uno de los principales componentes que ayudaron a mantener el crecimiento económico).
Dentro de la formación bruta de capital fijo -es decir, la inversión- cabe destacar el menor empuje de la inversión en bienes de equipo (creció en un 0,5%, tres puntos por debajo del incremento que se registró en entre enero y marzo). La inversión en la construcción, mientras, se mantuvo.
Respecto a la demanda exterior, las exportaciones se ralentizaron de forma acusada y crecieron un 0,7% cuando entre enero y marzo aumentaron un 3%. Este dato se vio compensado por la caída del 0,2% de las importaciones -el trimestre anterior crecieron un 3,1%-.
Más consumo y menos inversión respecto a un año antes
Respecto al segundo trimestre del año anterior, la economía española creció un 3,1%, una décima más que en los dos trimestres anteriores. Esta aceleración se basó exclusivamente en el aumento de la demanda nacional, y más en concreto en el gasto en consumo, que aportó 2,4 puntos al PIB.
Los dos principales componentes de la demanda nacional (el consumo y la inversión) mostraron un comportamiento positivo, pero desigual. Mientras que el consumo aceleró en términos generales su crecimiento respecto al trimestre anterior, desde el 2% al 2,2%, la inversión lo desaceleró desde el 3,9% al 3,4%.
Dentro del consumo, el gasto de los hogares subió un 2,5% en tasa interanual, la misma que en el trimestre anterior. Tiraron de este componente las instituciones sin fines de lucro -cuyo consumo aumentó un 1,9%, siete décimas más- y las diferentes administraciones públicas. En concreto, el gasto público creció un 1,3% interanual, ocho décimas más que entre enero y marzo.
Por su lado, la inversión registró un crecimiento interanual del 3,4%, tasa cinco décimas inferior a la del trimestre anterior. Aquí cabe destacar el repunte de la inversión en construcción del 3% (2,9% en el trimestre anterior) y la desaceleración de la inversión en bienes de equipo, que pasó de crecer un 5,5% entre enero y marzo a hacerlo un 4,1% entre abril y junio. También perdió fuerza la inversión en productos de la propiedad intelectual.
Mientras, las exportaciones desaceleraron casi tres puntos su crecimiento interanual, desde el 7,3% al 4,5%. Las importaciones también avanzaron a un ritmo inferior al del trimestre anterior, un 2,8% frente al 5,7% del primer trimestre. Esta desaceleración análoga de ambos componentes provocó que la contribución al PIB de la demanda exterior no variara en el segundo trimestre respecto al primero: fue de 0,7 puntos.
Se crearon 480.000 puestos de trabajo en el último año
Por su parte, el empleo de la economía registró una variación trimestral del 0,9%, dos décimas superior a la registrada en el trimestre anterior. En términos anuales, el empleo aumentó un 2,8%, tasa tres décimas superior a la del primer trimestre. Es decir, que en términos PIB se crearon 480.000 nuevos puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en el último año. Todas los sectores presentaron tasas de crecimiento superiores a las del trimestre anterior, especialmente en agricultura y construcción.
El aumento del empleo interanual, junto con la variación experimentada por la jornada media asociada, dan como resultado una disminución de una décima en la tasa anual del número de horas trabajadas efectivamente (que pasa del 1,8% al 1,7%).
Respecto a las rentas, la remuneración de asalariados creció un 2,9% interanual, dos décimas menos que en trimestre anterior. Esto ocurre, entre otros motivos, porque la ganancia media por empleado bajó un 0,1% respecto a un año antes, algo que no ocurría desde el primer trimestre de 2016. Así, el crecimiento del coste laboral unitario se situó en el -0,4%, tasa siete décimas inferior a la variación experimentada por el deflactor implícito de la economía (0,3%).
Mientras, la productividad aparente por puesto de trabajo equivalente retrocedió dos décimas, hasta el 0,3%, mientras que el crecimiento de la productividad aparente por hora efectivamente trabajada subió una décima, hasta el 1,3%.