Angola vota continuidad y elige al delfín de Dos Santos como presidente
- Los resultados preliminares dan a su partido el 64,57 % de los votos
- Revalida así la mayoría absoluta y Joao Lourenço será el nuevo presidente
- El Movimiento Popular para la Liberación de Angola gobierna desde 1975
Angola elige continuidad: el Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), el partido que ha gobernado el país desde la independencia de Portugal en 1975, ha vencido con holgura en las elecciones parlamentarias, según los resultados preliminares, lo que sitúa a João Lourenço como sucesor del histórico José Eduardo dos Santos después de 38 años ininterrumpidos de presidencia.
Según los resultados provisionales difundidos este jueves por la Comisión Electoral con el 73 % escrutado, el MPLA ha obtenido el 64,57 % de los votos, mientras que La Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), encabezada por Isaias Samakuva, ha quedado en segunda posición con un 24,4 % y la coalición CASA-CE se sitúa en tercera posición con un 8,5 %.
Lourenço, de 64 años, conservaría así la mayoría absoluta del Parlamento angoleño, que dispone de 220 escaños, para hacer frente a la profunda crisis económica y social que sufre el país africano, que ha precipitado la renuncia de su mentor, si bien Dos Santos seguirá presidiendo el partido hasta 2018.
Sin embargo, pese a la mayoría, si el recuento final se mantiene en estas proporciones supondría un significativo retroceso para el partido oficialista, que en 2008 logró el 81,6% de los votos y en 2012 el 71,8%. Aún así, estos resultados suponen una "enorme satisfacción" para el MPLA, según ha reconocido ante los medios su secretario general, Julião Mateus Paulo.
Ante posibles reacciones contrarias de la oposición, el presidente del Tribunal Constitucional de Angola, Rui Ferreira, pidió este miércoles a los candidatos que "respeten y sepan recibir" los resultados. Este mensaje ha sido repetido durante la jornada del jueves por diferentes representantes de la sociedad civil y religiosa, que apelaron a la calma para evitar cualquier conato de violencia.
Una crisis agravada por la caída del petróleo
En cualquier caso, los comicios son un hito histórico, ya que ponen fin a casi cuatro décadas de duro gobierno de Dos Santos, de 75 años, que se hizo con el poder en 1979 y pasó de ser un tecnócrata sin apenas influencia a liderar con mano de hierro el país y su partido. En 2001 ya aseguró que no se presentaría a unas nuevas elecciones, que no se han celebrado hasta ahora porque desde 1992 solo se habían convocado legislativas en 2008 y 2012.
Lourenço, el nuevo presidente, tendrá que hacer frente a un país lastrado socialmente por la guerra civil que libró entre 1975 y 2002, que dejó cerca de un millón de muertos, y encallado desde 2013 por la bajada de los precios del petróleo, en cuya producción se basa, casi exclusivamente, su economía.
Después de Nigeria, Angola es el segundo mayor productor de crudo de África con una media diaria de 1,8 millones de barriles que representan casi el 70% de los ingresos del Estado y el 95% de sus exportaciones. No siempre fue así, ya que el país tenía una larga tradición en el cultivo de café, maíz, plátanos o tabaco, pero la guerra civil acabó con la mayor parte de su producción agraria.
La caída de los precios del petróleo de 2013 mermó los ingresos estatales en un 60%, lo que acabó repercutiendo en la ya degradada situación de los servicios básicos de una población que vive, en su mayoría, con menos de un dólar al día, y que ocupa el puesto 150 de 188 en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU.
La crisis ha incidido en la educación, a la que Angola destina el 3,4% de su PIB, y, especialmente, en la salud, en la que invierte un 2,1%. Según datos de Unicef, las tasas de mortalidad infantil y materna se encuentran entre las más elevadas del mundo: uno de cada cinco niños muere antes de llegar a los cinco años, y 640 mujeres mueren por cada 100.000 niños nacidos. En el campo educativo, un millón de niños continúan fuera del sistema, con una cobertura de la educación primaria que no supera el 10%, y una tasa del 20% en la secundaria.