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Los secretos tras el escenario del Circo del Sol

  • El Circo del Sol enseña parte de su proceso creativo en una muestra
  • Exhibe piezas del vestuario de Totem, el espectáculo que llega a España

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El Circo del Sol desvela sus secretos en antes de regresar a España con un nuevo espectáculo

“Invocar a la imaginación. Provocar los sentidos. Evocar las emociones”. Es el lema que guía los pasos de la célebre compañía canadiense el Circo del Sol desde hace 30 años.

Un pequeño grupo de artistas callejeros arrancó el sueño en Quebec, hasta desembocar en la actualidad en un gigante artístico que alberga en sus entrañas el trabajo de más de 4.000 personas de múltiples nacionalidades.

Un preciso engranaje al que pocas veces el público puede asomarse, y que la exposición Totem, Behind the Scenes (Centro Cultural Galileo. Hasta el 24 de septiembre), acerca por primera vez en una muestra que arranca en Madrid, y que anticipa la gira española del espectáculo Totem, cuyo leit motiv es la evolución de la humanidad, dirigido por Robert Lepage.

La pequeña selección repasa la historia y algunos de los secretos del Circo del Sol escondidos detrás de cada show, que tarda en estar listo dos largos años, y en el que ningún detalle escapa al azar, desde vestuario, maquillaje, el casting mundial o la parte más técnica.

En la muestra se exhiben algunos de los elaborados trajes, realizados por los artesanos de la compañía con tejidos especiales, además de bustos de escayola hechos a medida para los artistas para reproducir tocados y sombreros.

“Hay mucha tecnología, en la forma en la que lo trabajan, en la forma en que se imprimen los tejidos y se cortan para reproducir el mismo traje varias veces por el desgaste. Hay que renovarlos constantemente para las giras y para poder reproducirlos tiene que ser muy preciso, como una receta de cocina en la que no puede fallar ningún ingrediente”, asegura en una entrevista para RTVE.es, Carl Fillon, escenógrafo de Totem.

EXPOSICIÃ

La maquinaria echa a rodar con un embrión de la idea de cada espectáculo, que evolucionará a través del tiempo, y que nace en el cuartel general de la compañía en Montreal.

A partir de aquí, se elabora el llamado “esqueleto acrobático” con los números del show, que los ojeadores del circo rastrean por todo el planeta porque “un 70% de los números son comprados, porque hacer un número desde cero de alto nivel tardas años, a veces varias generaciones porque pasa de padres a hijos”, explica Fillon sobre las tripas del proceso creativo.

“En el circo hay un departamento enorme de casting quizás sea el más grande que hay, y tienen un banco de números que van mirando constantemente para ver que hay disponible en el mundo. Hay más de 4000”, afirma.

Precisión técnica

El apartado técnico es clave. La gran carpa blanca, que alberga una verdadera ciudad rodante, se levanta con exactitud milimétrica en cada país. Ocho días de montaje y tres días de desmontaje. Es el turno de los matemáticos e ingenieros.

4.000 personas trabajan para el Circo del Sol

“La carpa son cuatro pilares y vamos a países que hay nieve y hay que calcular el peso de esta nieve. Pero eso es parte de los cálculos de los ingenieros para las luces y la escenografía. Un acróbata que está muy alto a partir de cierta distancia del suelo tiene que estar atado por si se cae, y el golpe de caída da una carga a la estructura y eso hay que calcularlo. Al diseñar la escenografía me encuentro problemas de este tipo, a veces porque pesa demasiado hay que modificarlo. Es un proceso muy complejo que toma su tiempo”, señala el escenógrafo.

Este modelo de trabajo también se ha aplicado a Totem, que aterriza en Madrid el 10 de noviembre y girará por Sevilla y Barcelona. En la escenografía, marcada por intensos colores y que recorre la evolución humana, desde los anfibios al deseo del hombre por volar, Carl Fillon ha evitado las líneas rectas al no encontrarse en la naturaleza.

Una fidelidad que se ha aplicado al vestuario, que suele englobar unos 750 trajes, y en el que se ha recurrido a documentales de animales para reproducirlos al detalle en las vestimentas, siguiendo la máxima de “el vestuario debe ser tan espectacular como un traje de fiesta, tan resistente como el mono de trabajo de un mecánico y tan flexible como el guante de un cirujano”, señalan en esta exposición de cifras mareantes.

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 vmo