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Paul Auster: "Llamo al presidente de EE.UU. 'el número 45', si digo su nombre veo su cara y soy infeliz"

  • El autor presenta en España 4 3 2 1, su primera novela en siete años
  • La monumental novela es el culmen de sus indagaciones sobre "lo inesperado"
  • "Tengo ideas para más novelas, pero me tengo que recuperar de esta", dice a RTVE
  • "Vivir en EE.UU. hoy se ha convertido en una experiencia extraña y que asusta", afirma

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Paul Auster publica "4 3 2 1", tras siete años de silencio literario

"Siempre he estado obsesionado por lo que viví con 14 años, cuando a un palmo de mí un rayo mató a un chico de mi campamento de verano. Y creo que esa es la razón por la que escribí este libro. Entonces comprendí que ya no caminaba por suelo firme y que cualquier cosa le puede ocurrir a cualquiera en cualquier momento". Así se refiere el escritor Paul Auster (Newark, Nueva Jersey, 1947) al suceso que marcaría su vida y también su carrera literaria, que indaga sobre "lo inesperado" -como le gusta definirlo, no como destino- y la contigencia y que ha alcanzado su culmen en 4 3 2 1, (Seix Barral, 960 páginas, 23,90€) su mayor novela hasta la fecha, monumental no solo en su tamaño, que ha presentado este lunes en Madrid.

"Los seres humanos tenemos que enfrentar constantemente lo inesperado. Hay veces que lo inesperado puede ser tan violento o trágico que acaba con nuestra vida, pero la mayoría de las veces no", apunta el novelista de 70 años en una entrevista con RTVE en el Espacio Fundación Telefónica para hablar de su primera novela en siete años -tras Sunset Park (2010)- y en la que ha invertido tres intensos años de su vida.

4 3 2 1 nos presenta la historia de Archibald Ferguson, en cuya vida el único hecho inmutable es que nació un 3 de marzo de 1947 en Newark, Nueva Jersey (solo un mes después y en el mismo sitio que el propio Paul Auster), hijo de Stanley Ferguson y Rose Adler. A partir de ahí, Archie vive cuatro posibles vidas completamente distintas, en función de los caminos que se abrirán ante él y que él escogerá, y en las que explorará de manera diferente el amor, la amistad, la familia, el arte, la muerte y los convulsos acontecimentos políticos de los Estados Unidos de la década de los 50 y los 60 -Vietnam, la lucha por los derechos civiles, el asesinato de Kennedy...-.

Aunque no es autobiográfica, en la novela se pueden descubrir algunos de los episodios vitales de Auster, desde sus años de vida en París en una pequeñísima habitación del servicio, a la pérdida de la virginidad con una prostituta o la muerte de un ser querido en pleno acto sexual -hechos todos ellos relatados en su autobiográfico Diario de invierno (2012)- hasta, por supuesto, la muerte de su compañero de campamento fulminado por un rayo, aunque contada de otra manera.

Los momentos claves de una vida

Sobre toda la novela, y en la obra del Príncipe de Asturias de las Letras de 2006, sobrevuela la pregunta de '¿y si hubieras actuado de otra forma en un momento crucial de tu vida?'. "Yo creo que nos hacemos ese tipo de preguntas todo el tiempo, no para torturarnos, sino para imaginarnos cómo podrían haber sido las cosas de diferentes... Hay ciertos momentos claves en tu vida en los que tomas decisiones. Quizás una de las grandes decisiones en tu vida cuando eres joven son '¿a qué escuela voy a ir?' porque no solo te estás preparando para tu futuro profesional, sino porque conoces gente que nunca conecerías si fueses a la otra escuela, con lo que tu vida va a ser muy diferente", apunta el escritor.

Y para el autor de El libro de las ilusiones (2002), la "gran pregunta" que siempre le gusta hacer y que cree determinante en la vida de uno es '¿cómo se conocieron tus padres?'. "Escuchas algunas historias locas, como alguien que pierde un autobús y conoce a esa persona que jamás habría conocido si hubiese cogido ese autobús, y por lo tanto, tú, el hijo de estas personas, no habría nacido", ríe el también poeta, ensayista y guionista y director cinematográfico.

Con esto Auster no quiere decir que sea el destino el único responsable de determinar nuestra vida, ya que el ser humano tiene esa "capacidad de tomar decisiones" a lo largo de su vida, a veces "muchas veces" en función de la posición social que tiene cada uno, "pero muchas de las cosas que experimentamos están fuera de nuestro control" y la más básica de ella es el hecho de nuestro nacimiento. "Tú no elegiste nacer, y tampoco elegiste nacer en España. ¿Qué hubiese pasado si hubieras nacido en Yugoslavia, Rusia, Ucrania...? Naces dentro de una cultura, en un mundo que existe antes que tú y eso tiene un tremendo impacto en la persona en que nos convertimos".

Trump, el innombrable

Y, entre las peores cosas que le ha deparado el 'destino' -o más bien la decisión de 63 millones de estadounidenses que le votaron- al país de Auster, está la elección de Donald Trump como el 45º presidente de Estados Unidos, un tema que le preocupa, le deprime y le "hiere".

"Vivir en mi país hoy en día se ha convertido en una experiencia extraña y que, a menudo, asusta. Hemos entrado en una nueva era con la elección del pasado noviembre. No me gusta siquiera decir su nombre, solo le llamo 'el número 45' porque así no tengo que decir el nombre, porque cuando digo el nombre, veo su cara y entonces me convierto en alguien muy infeliz, pero cuando digo el número solo digo '45' y eso es mucho mejor", apunta el autor, uno de los muchos intelectuales norteamericanos críticos con Trump.

Precisamente, una de las cosas positivas que el novelista de Nueva York ve en la elección de Trump es que se ha producido una "nueva ola de activismo político" en Estados Unidos como no se veía en los últimos 50 años, justo en la época que retrata su última novela.

Seguir escribiendo novelas

Considerada por los críticos como la mejor novela de Paul Auster, el autor de 4 3 2 1 cree que el escritor es "la última persona" que debe juzgar su trabajo y piensa que esta es "una estación más" en su larga carrera de escritor en la que "todo está conectado". "Lo haces lo mejor que puedes y luego das tu trabajo a la gente y ya no te pertenece más a ti, sino al mundo", señala el corpulento escritor, que ha confesado muchas veces, también de boca de Archie Ferguson, que El Quijote es "el mejor y más poderoso de todos los grandes libros".

Y, aunque admite que no cree sea capaz de volver a escribir una novela tan extensa como esta, matiza que eso no quiere decir que no vaya a escribir más novelas, como se ha malinterpretado de alguna entrevista. "Quiero seguir escribiendo. De hecho ya estoy trabajando en algo nuevo, un libro, no una novela. Pero tengo ideas para futuras novelas. Solo tengo que superar esta, me tengo que recuperar, y luego quizás sea capaz de hacer algo nuevo", tranquiliza Auster, que volverá entonces a mover su pluma por sus cuadernos para luego transcribirlo a máquina en su vieja Olympia portátil, la misma que lleva utilizando desde 1974 y que compró de segunda mano a un amigo por 40 dólares.