Javier Marías: "La espera es adictiva porque todo está abierto"
- El autor madrileño presenta su última novela, Berta Isla
- Un relato sobre el amor y la espera con el espionaje como trasfondo
Confiesa Javier Marías que cada vez que concluye una novela desconoce si volverá a escribir. Al autor de Todas las almas le resulta “milagroso” enfrentarse a su creación terminada, ya que el proceso de escritura lo hace a máquina y "muy poquito a poco”, improvisa mucho, corrige de forma constante, y le entraña “gran dificultad”.
Esta zozobra es momentánea-admite- y Marías, uno de los grandes escritores españoles contemporáneos, ha puesto en marcha su “brújula interna" para alumbrar su última obra: Berta Isla (Alfaguara), la primera con título de nombre mujer de su carrera, que aterriza en las librerías con puntualidad casi británica tres años después de Los enamoramientos.
La novela narra en primera persona la historia de un matrimonio, el de Berta Isla, una moderna Penélope del siglo XX, casada con Tomás Nevinson, mitad español, mitad inglés, que es reclutado por los servicios secretos del Reino Unido por su habilidad con las lenguas.
La actividad de Nevinson con “zonas de sombra” que no puede desvelar a su mujer, desembocará en una relación personal intermitente marcada por el secreto, que transcurre entre Oxford y Madrid durante varias décadas.
Un argumento con el espionaje como trasfondo, que contiene muchos temas, como es habitual en la literatura de Marías, pero que pivota alrededor de la idea de la espera, y de cómo nos vemos abocados por nuestras cualidades a hacer cosas que no querríamos, ya que somos “divisados” para estos trabajos, asegura en referencia al personaje de Nevinson, que al final se convence de que lo que realiza es correcto, argumenta el autor en la presentación de Berta Isla
Javier Marías opina que el detonante de las obligaciones autoimpuestas es “el miedo” y también “la juventud”, un periodo de la vida en el que somos “manipulables, crédulos y asustadizos”.
Contiene Berta Isla múltiples referencias al universo literario del autor, desde su trilogía Tu rostro mañana, con la que comparte algunos personajes, a la aclamada Corazón tan blanco, que gira en torno al matrimonio y la sospecha.
El novelista madrileño se inspiró en varios relatos cortos para arrancar un texto, bajo una premisa que le resulta “fascinante”, y que ya contiene La Odisea de Homero: el de las personas que desaparecen, que vuelven a reaparecer o que suscitan dudas sobre su identidad, y el impacto que esta situación causa en su entorno.
“La espera tiene algo de adictivo porque todo está abierto. Para mucha gente es angustioso, pero cuando se acostumbran lo añoran”, reflexiona Javier Marías, sobre la temática de su última criatura.
"La gente piensa cada vez menos por sí misma"
El escritor también añade que a la hora de abordar su trabajo le interesan las “grandes cuestiones” que se planteaban en otras épocas “no solo en el siglo XVIII si no también en los 90”, porque cree que en la sociedad actual hay un “extraño fenómeno de superficialidad” que relaciona con las prisas y la “falta de atención”, y por esta razón sitúa sus libros en otras décadas. “Hay una pérdida de sustancia en las personas”, dice.
La visión de Marías, que admite que carece de redes sociales y jamás las sigue, sobre el bombardeo actual provocado por las nuevas tecnologías no es muy halagüeña.
Cree que hoy en día existen más herramientas para la manipulación en una sociedad “que cada vez piensa menos por sí misma”, y en la que se multiplican las “ideas recibidas”, afirma parafraseando a Flaubert, en referencia a los "lugares comunes" que todo el mundo repite sin pararse a pensar. Un panorama que también achaca a la pérdida de calidad en el sistema educativo, concluye.