Trump elimina el programa que protege a los indocumentados que llegaron a EE.UU. siendo menores
- "Los jóvenes estadounidenses también tienen sueños", se justifica el presidente
- La derogación del programa de los dreamers será efectiva dentro de seis meses
- En ese plazo, el Congreso debe legislar sobre la situación de 800.000 personas
- Barack Obama denuncia que se trata de una decisión "errónea y cruel"
La línea dura contra la inmigración se ha impuesto finalmente en la Casa Blanca y, tras varios meses de declaraciones ambiguas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha optado por eliminar el plan que impulsó Barack Obama para proteger de la deportación a casi 800.000 dreamers (soñadores), los inmigrantes indocumentados que llegaron al país siendo menores de edad, aunque la suspensión se hará efectiva dentro de seis meses para forzar al Congreso a encontrar una alternativa legislativa que regularice su situación.
“Debemos recordar que los jóvenes estadounidenses también tienen sueños“
"Debemos recordar que los jóvenes estadounidenses también tienen sueños", ha argumentado Trump en un comunicado, en el que justifica su decisión en la necesidad de dar preferencia a los trabajadores nacidos en el país: "Nuestra mayor prioridad al reformar el sistema de inmigración debe ser mejorar los empleos, los salarios y la seguridad de los trabajadores estadounidenses y de sus familias", remarca en la nota.
Trump ha prometido, en cualquier caso, abordar el asunto "con corazón", aunque ha preferido que fuera su fiscal general, Jeff Sessions, quien compareciera ante la prensa para anunciar la liquidación del DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, en sus siglas en inglés): "Estoy aquí para anunciar que el programa DACA promulgado por la Administración de Obama va a ser rescindido", ha ratificado Sessions, uno de los miembros del equipo de Trump más beligerantes contra la inmigración irregular, poniendo fin a varios días de especulaciones.
Ya no se admiten nuevas solicitudes
Al mismo tiempo, la secretaria en funciones del Departamento de Seguridad Nacional, Elaine Duke, indicaba a través de un comunicado que el memorándum aprobado en junio de 2012 por Obama para implantar el programa ya ha sido anulado, en respuesta a la petición que este mismo martes le ha hecho por carta el propio Sessions.
La nota advierte de que, a partir de este martes, no se tendrán en cuenta nuevas solicitudes para acogerse al programa, si bien se estudiarán caso a caso las que ya hayan sido correctamente presentadas. Los actuales beneficiarios podrán seguir adscritos hasta el próximo 5 de marzo, cuando se derogará definitivamente el programa, y hasta el 5 de octubre se permitirán las renovaciones de adscripciones.
“Lo compasivo es acabar con esta anarquía e implementar nuestras leyes“
"Lo compasivo es acabar con esta anarquía, implementar nuestras leyes y si el Congreso elige hacer cambios en nuestras leyes, hacer eso a través del proceso establecido", ha argumentado Sessions en su comparecencia, en la que ha vuelto a denunciar que Obama tomó una decisión "unilateral" que, a su juicio, "privó de empleo a centenares de miles de estadounidenses al permitir que esos empleos hayan sido ocupados por inmigrantes ilegales".
Seis meses de prórroga
El programa de DACA fue promulgado en 2012 por Obama mediante una orden ejecutiva, ante la ausencia de acuerdo en el Congreso sobre el asunto, y gracias a él han esquivado la deportación exactamente 787.580 jóvenes indocumentados que llegaron a Estados Unidos siendo menores de 16 años, según los últimos datos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración, publicados en marzo.
La adscripción al programa no solo les ha permitido frenar su expulsión del país, sino también acceder a derechos como la obtención de un permiso temporal de trabajo y, en algunos estados, una licencia de conducir. En cualquier caso, los beneficiarios de DACA deben renovar su inscripción cada dos años para seguir recibiendo sus beneficios, por lo que a partir de octubre muchos de ellos empezarán a quedar desprotegidos.
Con todo, la derogación completa del programa no entrará en vigor hasta el 5 de marzo de 2018, dentro de seis meses; en ese período, el Congreso, el único con poder para cambiar el sistema migratorio, debe encontrar una solución para regularizar la situación de los jóvenes indocumentados, aunque se trata de un asunto en el que los legisladores estadounidenses han exhibido su falta de acuerdo en reiteradas ocasiones.
A la búsqueda de un consenso en el Congreso
Pese a todo, el líder republicano en el Congreso, Paul Ryan, se ha comprometido a buscará un consenso para aprobar una ley que permita ayudar a algunos de los dreamers: "Tengo la esperanza de que la Cámara de Representantes y el Senado, con el liderazgo del presidente, sean capaces de encontrar consenso sobre una solución legislativa permanente que asegure que aquellos que no han hecho nada malo puedan aún contribuir a este país", ha indicado el presidente de la Cámara de Representantes en un comunicado.
Ryan, el cargo republicano de mayor relevancia institucional tras el propio presidente, ha sido uno de los congresistas que había pedido mantener el programa en tanto no se contará con una alternativa viable, al igual que varios republicanos más, numerosos demócratas, líderes empresariales y activistas, con el objetivo de evitar que muchos jóvenes que han desarrollado prácticamente toda su vida en Estados Unidos se vean obligados a abandonar el país.
Trump, sin embargo, ha preferido honrar una de sus principales promesas electorales, haciendo oídos sordos a las peticiones para que postergara la derogación del DACA. En este sentido, Ryan ha señalado que, "por muy bien intencionado que fuera, el programa DACA del presidente Obama era un claro abuso de la autoridad ejecutiva, un intento de crear la ley de la nada", y ha recordado que, de acuerdo con la Constitución, "el Congreso escribe las leyes, no el presidente".
Críticas y protestas frente a la Casa Blanca
“Una sombra se ha arrojado sobre algunos de nuestros mejores y más brillantes jóvenes“
Inmediatamente, la decisión ha recibido una cascada de reacciones indignadas, encabezadas por el expresidente Obama: "Una sombra se ha arrojado sobre algunos de nuestros mejores y más brillantes jóvenes. Apuntar a estos jóvenes es erróneo [...] y es cruel", ha criticado en un comunicado, en el que recalca que se trata de una decisión política y no forzada por la palicación de la ley.
También se han pronunciado algunas de las personalidades más relevantes del país: "Es un día triste para nuestro país", ha subrayado el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, que también ha calificado la medida de "cruel". El senador republicano John McCain ha cargado contra lo que considera "un enfoque equivocado", al señalar que los niños que llegaron de manera irregular de manos de sus padres "no deberían verse obligados a vbolver a un país que no conocen".
Además, unas 200 personas se han concentrado frente a la Casa Blanca para denunciar una decisión que castiga a jóvenes que "están aquí desde hace años, trabajan, pagan sus impuestos y contribuyen a la economía", según ha señalado Gustavo Torres, miembro de una ONG que ayuda a los inmigrantes. En otras ciudades, como Nueva York, también ha habido concentraciones de protesta.