La ONU acusa al gobierno sirio del ataque con gas sarín contra Jan Shijún
- El ataque ocurrió en abril y costó la vida a más de 80 personas
- La ONU identifica asegura que el avión pertenecía a la Fuerza Aérea siria
Las Fuerzas Aéreas sirias bombardearon con gas sarín la localidad de Jan Shijún el pasado 4 de abril, según la comisión de la ONU que investiga los crímenes de guerra en Siria. La comisión ha determinado que el Gobierno sirio fue responsable de este bombardeo, que costó la vida a más de 80 personas.
Tanto el Gobierno de Damasco como la oposición se culparon mutuamente del ataque en Jan Shijún, en la provincia de Idleb (norte de Siria), una región que en su mayoría estaba en manos de los rebeldes y de facciones islámicas. El bombardeo costó la vida a 86 personas, entre ellas 28 niños y 23 mujeres, y dejó heridas a otras 293 personas, incluidos 103 menores.
La Comisión de la ONU ha registrado 33 ataques químicos en Siria hasta el momento, incluyendo siete entre marzo y julio que son atribuibles a las fuerzas de Bachar al Asad.
Un avión sirio lanzó la bomba
En su décimo cuarto informe [EN] sobre violaciones de derechos humanos y crímenes de guerra cometidos en Siria entre el 1 de marzo y el 7 de julio, la Comisión señala que "entrevistas e informes de alerta temprana indican que un avión Sujoi 22 (Su-22) llevó a cabo cuatro ataques aéreos en Jan Shijún a las 6.45 hora local".
"Solo fuerzas sirias operan este tipo de avión", señala la Comisión sobre el ataque, en el que se usaron tres bombas convencionales y una química.
En la zona fueron encontrados restos de la bomba, y aunque la Comisión no ha podido determinar el tipo exacto del arma química utilizada, "las partes son consistentes con bombas de gas sarín producidos por la antigua Unión Soviética en la clase de bombas de 250 kilogramos, que tendría aproximadamente 40 kilogramos de sarín, dependiendo de la munición utilizada".
La Comisión ha tenido en cuenta las conclusiones de la misión de investigación de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), según la cual las víctimas habían sido expuestas a gas sarín o una sustancia parecida, pero condujo sus propias investigaciones de manera independiente.
En este contexto llegó a la conclusión que efectivamente, los "síntomas sufridos por las víctimas es consistente con la exposición de gas sarín", lo que supone un crimen de guerra.
Crímenes de guerra de todos los bandos
En otro apartado de su informe, la ONU señala que durante las treguas declaradas en distintas localidades se han producido evacuaciones que equivalen al "crimen de guerra del desplazamiento forzado", como fue el caso en Madaya y Barza, Fua y Kafraya o Tishreen y Qabun.
Por otro lado, las fuerzas progubernamentales obligaron a ciertas personas de áreas previamente asediadas a someterse a un proceso de reconciliación si querían quedarse. En la práctica este proceso permitió al régimen "filtrar" la población dependiendo de su lealtad.
La ONU igualmente destaca que grupos armados y terroristas seguían atacando entre marzo y julio intencionalmente a civiles pertenecientes a minorías religiosas y a utilizarlos como rehenes, lo que constituye otro crimen de guerra.
El informe también denuncia ataques intencionados contra lugares religiosos, y afirma que el que tuvo lugar en Al-Jinah por parte de EEUU en marzo contra un edificio adyacente al centro de oración de una mezquita y en el que fallecieron 38 personas, "violó la ley internacional humanitaria" al no proteger suficientemente a los civiles.