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Charlotte Rampling brilla en el cierre de la competición de la Mostra de Venecia

  • La actriz británica protagoniza Hannah, una historia de aislamiento
  • El debutante Xavier Legrand convence con Jusqu'à la garde, sobre la violencia doméstica

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Charlotte Rampling protagoniza 'Hannah'.
Charlotte Rampling protagoniza 'Hannah'.

La violencia doméstica en el sólido filme Jusqu'à la garde, del debutante Xavier Legrand, y el aislamiento en Hannah, una historia en la que solo brilla la interpretación de Charlotte Rampling, cerraron hoy la competición oficial de la 74 Mostra de Venecia, que mañana entregará sus premios.

Legrand ha sorprendido con una película que comienza de forma convencional para ir mejorando a medida que aumenta la tensión y que explota en un gran final homenaje a El resplandor (1980). "Quería hablar sobre la familia, sobre el hogar, y me di cuenta de que la casa, que es lugar en donde nos sentimos seguros, al final puede convertirse, por muchas circunstancias, en el lugar en el que estamos más en peligro", explicó Legrand en rueda de prensa.

Una casa a la que ha huido Miriam (Léa Drucker) con sus hijos, Josephine y Julien, para escapar de la violencia de su marido, Antoine (Denis Ménochet), que a los ojos de la Justicia es un padre ejemplar.

"Como ciudadano me siento afectado. Soy un hombre y por eso he querido construir un filme sobre un asunto que aún es tabú porque las cosasno han evolucionado mucho y hay mucha incomprensión" hacia las víctimas, dijo el realizador.

Un largometraje que es la ópera prima de Legrand, que desarrolla una historia que ya trató en el corto Antes de perderlo todo que en 2014 fue nominado a un Oscar. El miedo es el principal ingrediente de la historia porque es lo que marca estos casos en la vida real, como comprobó Legrand al preparar el guion, en el que quiso reflejar ese miedo que sienten las víctimas y que desde fuera no se entiende.

Cómo el padre manipula a todo el mundo y cómo ese miedo paraliza a los miembros de la familia amenazados, resaltó el realizador, cuyo objetivo era manipular al espectador de la misma forma para hacerle entrar en la historia.

El mundo interior según Charlotte Rampling

Una historia que ha gustado mucho en Venecia, más que el segundo filme de esta última jornada de la competición, Hannah, dirigido por el italiano Andrea Pallaoro y protagonizado por una Charlotte Rampling que aparece en cada plano de la película.

Es la Hannah del título, una mujer que vive sola en una ciudad indeterminada de Bélgica después del ingreso de su marido en prisión y cuyo único contacto con otros seres humanos son unas clases de teatro a las que asiste.

El director quería "penetrar en el mundo interior de esa mujer, paralizada en su dependencia" porque siempre le han atraído los personajes incomprendidos, que se sienten al margen de la sociedad.

Y explorar "qué sucede en la mente de una persona cuando después de 40 años de vida con su marido, se descubren cosas que lo cambian todo". Para Rampling, cuya actuación es una seria candidata al premio a la mejor actriz de la Mostra, lo fascinante del cine es precisamente "que con la cámara puedes entrar en la cabeza de otra persona" y en el caso de Hannah muestra su recorrido para encontrar una cierta humanidad.

Con muy pocas frases y muchos planos en los que la actriz británica simplemente mira al vacío, la película sigue muy de cerca al personaje principal y juega con los encuadres para no mostrar algunos elementos esenciales para la historia, que solo aparecen de forma subliminal.

Un personaje que Pallaoro escribió especialmente para Rampling, "una artista que excava en el mundo interior del personaje, que busca llegar a su verdad y lo hace con una generosidad y un valor verdaderamente notable".

Dos películas que cerraron hoy la exhibición de los 21 largometrajes en la competición oficial de Venecia en la víspera de la entrega de los premios, incluido el ansiado León de Oro, que decidirá un jurado presidido por Annette Bening.