Las autoridades elevan a 96 las víctimas mortales por el terremoto en México
- El presidente, Enrique Peña Nieto, ha visitado la localidad de Chiapas
- Aumenta la brecha de desconfianza de los ciudadanos hacia el Gobierno
- El Gobierno elabora un censo para conocer los daños y empezar con la reconstrucción
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, ha visitado este lunes el estado de Chiapas, donde ha conversado con los afectados por el seísmo de 8,2 grados que golpeó el sur y centro del país, y ha aumentado la cifra de muertos a 96.
Según el nuevo balance, los muertos en Chiapas ascienden de 15 a 16, mientras que en Oaxaca y Tabasco han perdido la vida 76 y 4 personas, respectivamente. De los 122 municipios de Chiapas, se han registrado daños hasta en 82.
Los miembros del Gabinete presidencial se han desplazado a Chiapas y Oaxaca para elaborar un censo que permita conocer la magnitud de los daños. Así, a cada uno de ellos le ha sido asignada una demarcación específica.
Una vez finalizada esta tarea, se podrá emprender la labor de reconstrucción, aunque antes de eso la prioridad es proporcionar alimentación y agua, así como atención médica, a los damnificados, que denuncian el olvido de las autoridades.
Peña Nieto asegura que el Gobierno reconstruirá "todo lo que se cayó"
Peña Nieto se ha trasladado al municipio de Tonalá, donde se han registrado tres fallecidos en el terremoto, para realizar un recorrido por la comunidad pesquera de El Paredón, una de las más cercanas al lugar del epicentro del terremoto registrado la noche del jueves.
Allí se ha interesado por las historias de los afectados, se ha hecho fotos con la gente del pueblo que se lo ha pedido y ha escuchado sus reclamaciones. Alrededor de un millón de personas necesitan ayuda en el país.
"Vamos a reconstruir todo lo que se cayó, se va reconstruir. El Gobierno está desplegado en Chiapas y Oaxaca, quédate con la tranquilidad", ha dichoPeña Nieto al consolar a una mujer cuya casa quedó derrumbada por el potente movimiento telúrico.
Otro habitante le ha pedido que se realice "un estudio del suelo en profundidad" para evitar males similares en el futuro. Peña Nieto le ha respondido que la "tierra arenosa" sobre la que se asienta la comunidad causó un "efecto aspirador" por el seísmo, generando los derrumbes de las casas.
El secretario de Gobernación (Interior), Miguel Ángel Osorio, y el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, junto con otros integrantes del Gabinete, han mantenido una reunión de seguimiento a las acciones de atención a los damnificados.
Los ciudadanos desconfían de las autoridades
Pese al despliegue de funcionarios de primer orden en la zona de la tragedia, el terremoto ha hecho más que abrir grietas en las casas, exponiendo además brechas en la confianza de la ciudadanía en las autoridades.
"El Ejército no nos apoya, nada más pasa como si fuera un desfile. Lo que se requiere de ellos es que nos ayuden a remover escombros", ha denunciado a Efe Óscar López, campesino de Ixtaltepec, Oaxaca, desde las ruinas de lo que fue su hogar.
En esta pequeña localidad la mayoría de vecinos claman contra el olvido de las autoridades, mientras un convoy de la Secretaría de la Defensa Nacional reparte litros de agua. Se estima que alrededor de un millón de personas necesitan ayuda urgente.
Gran parte del operativo en el Istmo de Tehuantepec, la región del sur de México más impactada por el seísmo, se ha concentrado en Juchitán, la localidad oaxaqueña más castigada con al menos 37 muertos.
A diferencia de Ixtaltepec, en Juchitán desde el viernes hay una fuerte presencia del Gobierno: Marina, Ejército, Policía Federal y Protección Civil, entre otras instituciones federales.
No obstante, para los habitantes de las viviendas dañadas, que llevan cuatro días durmiendo en la calle, todo es insuficiente.
"Estos días han sido muy complicados, acá no hay nada, no hay agua. Y la primera noche no tuvimos luz, no teníamos nada", ha explicado a Efe Minerva Escandón, madre de familia y comerciante, frente a una casa repleta de grietas.
Las localidades retoman la normalidad poco a poco
Con todo, la titubeante marcha a la normalidad ha comenzado en algunos lugares.
Del Palacio Municipal de Juchitán, parcialmente derruido, ya se han levantado todos los escombros. Los comerciantes se han instalado en la plaza central y el equipo de limpieza del ayuntamiento, pala en mano, empieza a ayudar a los vecinos.
En este escenario de claroscuros gubernamentales, la ciudadanía se ha volcado con sus compatriotas, en un acto de solidaridad.
En Ixtaltepec, unos adventistas regalaban desayunos el domingo, mientras unas vecinas de un pueblo cercano daban arroz con leche.
En Juchitán, varias brigadas de voluntarios repartían ayuda humanitaria y daban atención médica y psicológica, ante el agradecimiento general.
Peña Nieto ha animado en su visita a las empresas constructoras que se hayan encargado de algún proyecto en el país que "muestren su solidaridad" y ayuden en las tareas de reconstrucción.
Varias empresas e instituciones financieras han anunciado ayudas para los damnificados, entre ellas la filial mexicana de la empresa española Iberdrola, que ha informado de que donará seis millones de pesos (339.464 dólares) a la población afectada en Oaxaca.