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Las pruebas de limpieza étnica contra los rohinyás en Birmania son "irrefutables", según Amnistía Internacional

  • Según AI, el ejército birmano incendia sus aledeas y los mata sistemáticamente
  • Casi 467.000 miembros de esta minoría musulmana han huído a Bangladesh
  • Según la nobel San Suu Kyi, todo obedece a una campaña de desinformación

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Nasir Ahmed, rohinyá, sostiene el cuerpo de su hijo de 40 días, fallecido durante la huida
Nasir Ahmed, rohinyá, sostiene el cuerpo de su hijo de 40 días, fallecido durante la huida

Amnistía Internacional (AI) ha afirmado este jueves que las pruebas de la limpieza étnica cometida por el Ejército en Birmania (Myanmar) son "irrefutables", tras el éxodo de casi 467.000 miembros de la minoría rohinyá a la vecina Bangladesh.

En un comunicado, la ONG acusó a las fuerzas de seguridad de más de 80 incendios en aldeas rohinyás en el estado Rakáin (oeste), identificados por imágenes de satélite, y de tirotear a civiles de esta perseguida minoría étnica.

"Los datos son irrefutables: las fuerzas de seguridad de Myanmar están prendiendo fuego al norte del estado de Rakáin en una campaña dirigida a expulsar a los rohingyas de Myanmar. No se equivoquen: es una limpieza étnica",  dijo Tirana Hassan, directora de Respuesta de Crisis de AI.

"Se observa aquí un patrón claro y sistemático de abusos. Las fuerzas de seguridad rodean un pueblo, disparan a la gente que huye presa del pánico y luego incendian las casas hasta los cimientos. En términos legales, se trata de crímenes de lesa humanidad: ataques sistemáticos y expulsión forzada de civiles", agregó el dossier.

Asesinatos impunes y sistemáticos

Según testigos entrevistados por AI en Bangladesh, las fuerzas de seguridad dispararon contra aldeas rohinyás en respuesta a un ataque de militantes del Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA, sigla en inglés) a varios puestos policiales en Rakáin (antiguo Arakan) el pasado 25 de agosto.

"El ejército atacó a las 11.00 de la mañana. Empezó a disparar contra las casas y la gente; el ataque duró una hora. Cuando terminó, vi a mi amigo muerto en la carretera", relató un rohinyá sobre un incidente ocurrido en Maungdaw al día siguiente.

El secretario general de la ONU, António Guterres, urgió a las autoridades de Birmania a suspender las acciones militares contra los rohinyás y advirtió de que la violencia ha desencadenado una catástrofe humanitaria.

Preguntado por si lo que está sucediendo es una "limpieza étnica", el jefe de la ONU consideró que no hay otra forma mejor de describirlo.

¿Qué dice San Suu Kyi, nobel de la Paz?

La líder de facto birmana, la nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, ha atribuido las denuncias de limpieza étnica a una campaña de desinformación y ha anunciado a través de su portavoz, Zaw Htay, que no acudirá a la Asamblea General de la ONU en Nueva York, que la próxima semana debatirá la situación de los rohinyá.

No obstante, el portavoz de Suu Kyi anunció que la líder de facto pronunciará un discurso el próximo día 19 dirigido a la nación y que también explicará a diplomáticos y periodistas la situación en Rakáin.

El portavoz explicó que la líder birmana no puede acudir a la asamblea de la ONU debido al "terrorismo",  en referencia a ARSA, y a los conflictos "raciales y religiosos" en el citado estado.

Huída masiva

Desde el pasado 25 de agosto, cerca de 380.000 rohinyás han huido a Bangladesh, a los que hay que sumar otros 87.000 que también lo hicieron entre finales de 2016 y principios de 2017, también debido a una operación militar tras un ataque de ARSA en la frontera.

El Ejercito aseguró que en las dos operaciones ha abatido más de 400 insurgentes y detenido a alrededor de un centenar, y que el grupo armado mató entre ambas a 21 policías y soldados.

Se estima que más de un millón de rohinyás vivían en Rakáin víctimas de una creciente discriminación desde el brote de violencia sectaria de 2012, que causó al menos 160 muertos y dejó a unos 120.000 rohinyás confinados en 67 campos de desplazados.

Las autoridades birmanas no reconocen la ciudadanía a los rohinyás, les considera inmigrantes bengalíes y les impone múltiples restricciones, incluida la privación de movimientos.