La era Trump inspira a Ana Locking
- Locking habla del poder en una colección de marcada dualidad
- La sociedad y la cultura americanas son una constante en su moda
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Una imponente escultura con el rostro de Donald Trump ha ‘presidido’ la pasarela de Ana Locking en la que ha presentado Preaches and Believers, una colección dividida en dos bloques: una que habla de los predicadores y otra de los creyentes, pero trasladando estos conceptos a la actualidad.
“Si antes los predicadores utilizaban la televisión para llegar a sus fieles ahora son los políticos los que utilizan las redes sociales para llegar a la gente que luego les vota y les otorga el poder”, dice.
La parte dedicada a los poderosos va muy estructurada.
Los trajes se hacen siguiendo las normas de la sastrería clásica pero Locking emplea tejidos que se suelen usar para vestidos de noche de mujer, con brillos y texturas barrocas. Tradición e innovación. El color tiene también una intencionalidad. Mucha.
Vemos prendas en azul marino que hace guiños a los ejecutivos y utiliza el blanco para camisas que la diseñadora alarga hasta casi rozar el suelo, como un vestido, y que confecciona en un popelín de algodón con mucha textura.
El tono dorado y los amarillos reflejan el poder del dinero.
Ana se vale de ellos para teñir todo tipo de prendas pero destaca en un vestido largo de fiesta, muy fotogénico, que ha levantado aplausos.
El poder también se expresa a través de los hombros -muy marcados como en los ochenta- y en el pecho, donde Locking pone el foco de atención para enfatizar la fuerza de la mujer.
La parte dedicada a los seguidores, a los fieles, a los creyentes y a los votantes es más plural, como la sociedad y se tiñe de tonos lima, rosas y verde jardín.
La diseñadora intenta humanizar a este ejército con prendas que se expresan a través de su forma, su textura y también sus bordados.
Vemos sudaderas para chico que parecen un minivestido con dos manos bordadas en oración y la frase Heaven is full go home y diseños en guipur dedicados a las nuevas ricas.
“No suelo utilizar este tejido porque te sale un vestido de señora, por eso lo destrozo”, dice, y lo muestra recortado y posicionado en cascada (a mano) sobre un tejido muy elaborado de rayas de colores.
Destaca además un vestido en jacquard de lurex sobre el que va una imprimación de flores que aporta una gran riqueza y mucha profundidad.
No se olvida locking de sus prendas deportivas que hace más lujosas con tejidos ‘alta costura’.
Los vestidos de noche, tan apreciados por las actrices españolas para las citas más especiales, se hacen con un océano de paillettes rosas, en azul marino con una cola trasera de lentejuelas XXL o en una organza de cristal que deja ver un body, otra de las prendas que desarrolla en distintas versiones.
Los zapatos, siempre espectaculares y al instante copiados por las cadenas low cost, son muy urbanos y llevan flecos de napa y ante y aplicaciones de charol. Ana los hace en colaboración con la firma alicantina Gadea Shoes. “Es de la misma empresa que hace los zapatos Lodi que lleva la reina Letizia”, dice la diseñadora. “Tienen puntos de venta en muchas ciudades y nada me puede hacer más feliz que mi nombre esté por todo el mundo”.