María Escoté resucita el espíritu de Lady Di
- La diseñadora revisa el armario de Diana de Gales
- Se mantiene el estilo 'arty' que comenzó con la anterior colección
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“¿Que qué me gustaba de Diana? Todo”, dice María Escoté cuando le preguntas por la pasión que siente por la fallecida Lady Di. “Es un icono y más para una adolescente de 14 y 15 años como era yo, me fascinaba”. Tanto que le ha dedicado su nueva colección, un trabajo muy vinculado con la colección anterior, L´Oiseau, que marca un punto de inflexión en su trabajo.
“Es mi favorita, la disfruté mucho”, dice. Ahora también parece contenta con Diana, una propuesta en la que rinde homenaje a ‘la princesa del pueblo’, a su armario y a su personalidad. “Esta colección habla de ella, de esa persona inteligente, de una mujer que es lo que no se espera de ella”.
La colección recupera intencionadamente tres prendas que Diana lució en distintos años y que Escoté reproduce fielmente: un chaleco de punto con una ovejita negra, un vestido rojo de fiesta con topos bordados y un jersey de punto con la frase I´m a luxury, que llevó en 1981 1984 y 1987. Un trabajo en el que ha hilvanado fascinación y melancolía.
Vemos vestidos con mangas abullonadas que se retuercen y otros de patrón asimétrico con cuello pañuelo recatado y formal, como a veces tuvo que ‘parecer’ Diana. La diseñadora, además, sigue la estela que marcó su colección anterior y desarrolla prendas que beben de la estética sesentera, setentera y ochentera, siempre con un trazo artístico que a veces se nota en el estampado, otras en el color y otras en el patrón.
Escoté aparca sus famosos vestidos ajustados y propone una silueta más cómoda que se separa elegantemente del cuerpo, una silueta que en algunos casos tiende a la verticalidad y en otros juega con los volúmenes.
Ese estilo ‘arty’ se aprecia también en los vestidos de geometrías, los pantalones de talle alto con pliegues masculinos y en los sastres verdes de vinilo, atrevidos, como ella que no se detiene y explora otros terrenos más ‘serios’ y propone gabardinas en tono militar o la blusa de cuello flor, romántica y coqueta.
Destacan los estampados de flores, por su alegría y aire descaradamente retro. Como lo son los vestidos de gomas o callos que se ajustan al cuerpo y llevan la falda ligeramente evasé. El broche final es un vestido de fantasía en malla metálica, con mucho peso, que lleva un adorno de tul negro en los hombros. Puro glamour, el que tenía Diana.