The 2nd Skin Co, cuando la joya es el vestido
- El patrón tiende al miminalismo pero el tejido es muy rico
- Hacen guiños a Balenciaga y Dior
- Las flores y los lazos son el hilo conductor
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“Queremos que la mujer se ponga uno de nuestro vestidos y brille al instante, sin necesidad de adornos ni florituras, que brille por el vestido”, dicen Antonio y Juan Carlos, los directores creativos de The 2nd Skin Co.
Las primeras salidas van en blanco dejando que todo el protagonismo se lo lleve el patrón, el corte. Es una declaración de principios porque la colección es un loable ejercicio de costura con guiños muy trabajados a las grandes agujas como Balenciaga y Dior.
Vemos versiones muy personales del vestido saco del genio de Getaria que se desarrolla en tres patrones distintos, siempre en negro, siempre en líneas puras. “Son casi minimalistas, dice Antonio, hay mucho minimalismo”, un estilo que se aprecia en las siluetas, que buscan la verticalidad, pero no en los tejidos que son todos muy ricos, con sangre azul. Como la tafeta glaseada, que tiene un poco de brillo.
La verticalidad de algunos vestidos contrasta con los patrones más femeninos que han realizado revisitando el new look de Dior de los años cincuenta. La cintura va muy marcada y la falda cae abriéndose como una flor.
Flores hay, y muchas. Vemos organzas en rosa tímido que se bordan a mano con flores del mismo tejido en negro y flores delicadas que forman un estampado que ellos imprimen sobre fondo azul y blanco. En blanco vemos un conjunto de camisa y pantalón pirata que se lleva con un chaleco con deliciosas aplicaciones de flores en organza y cristal.
De este estampado nace la carta de colores que lleva sus adorados tonos empolvados, ahora en azul suave y rosa tímido, blancos que se usan como contrapunto del negro y un amarillo lima que inunda la pasarela de luz.
Las faldas y los vestidos son muy cortas o muy largas, siempre en vestidos joya. “No se trata de vestidos con pedrería y bordados barrocos, son piezas que brillan porque son especiales”, insisten.
Otros vestidos destacan por su sencillez o por la superposición de tejidos, como el rosa velado con plumeti que parece levitar sobre la pasarela. “Parece simple pero va muy trabajado desde el interior”, confiesa Juan Carlos.
Las flores son el principal hilo conductor y también los lazos que adornan camisas blancas o cubren el escote de un minivestido. “Son la conexión con la pre-colección hecha para Nueva York, queríamos que las dos estuvieran conectadas”.
Los zapatos llaman poderosamente la atención y los vemos en negro y lima o en negro y azul, unos con taconazo y otros en plano, un modelo que arrasa en esta pasarela.