El jefe de la Misión de la ONU en Colombia da por finalizado el abandono de armas de las FARC
- Se han desmantelado 750 escondites donde las FARC ocultaba material de guerra
- Se han entregado casi 9.000 armas y más de un millón y medio de municiones
- Se han recuperado 38 toneladas de explosivos y 3.500 minas antipersona
El jefe de la Misión de la ONU en Colombia, Jean Arnault, ha dado por finalizado el abandono de armas de las FARC y ha mostrado su esperanza de que con el fin de este capítulo no terminen los esfuerzos de paz, sino que se relancen.
"Confiamos en que la finalización de la dejación de armas no sea también el fin de los esfuerzos de paz, sino que al contrario sean la señal de su relanzamiento", ha dicho Arnault en el acto final de inutilización de las armas que fueron de las FARC.
De esta manera ha dado por finalizada la tercera y última fase de la dejación de armas, tras la de almacenamiento de las ingresadas por las FARC a los campamentos donde se desmovilizaron y la segunda, que incluyó la salida de los contenedores con ellas hacia el gran almacén central donde ha concluido su inutilización en la localidad de Funza (centro).
"La Misión de la ONU está dando cumplimiento al cometido que le otorgaron el Gobierno de Colombia y las FARC el 15 de enero de 2016, cuando le solicitaron la verificación internacional de cese el fuego y dejación de armas", ha destacado Arnault, quien ha añadido que también han cumplido con el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU.
El jefe de la Misión de la ONU en Colombia ha recordado que la Misión ya ha concluido el desmantelamiento de 750 escondites donde las FARC ocultaban armas, explosivos y material de guerra, de un total de 1.027 que declaró la antigua guerrilla, hoy transformada en partido político con las mismas siglas.
Asimismo, ha detallado que quedan 227 "caletas residuales" que el Gobierno "tendrá la obligación" de desmantelar con el apoyo de las FARC. Según Arnault, el número final es de casi 9.000 armas entregadas, más de un millón y medio de municiones, más de 38 toneladas de explosivos y 3.500 minas antipersona, entre otros elementos.
Todas ellas han sido inhabilitadas en el depósito general de Funza, en el departamento de Cundinamarca, y el material inestable fue destruido.