Uber pierde su licencia en Londres por problemas de seguridad
- La licencia de la empresa estadounidense expira el 30 de septiembre
- Si Uber apela puede seguir operando hasta que haya un fallo judicial
La empresa estadounidense Uber de servicios de taxi ha perdido su licencia para operar en Londres por considerarse insuficientes sus medidas de seguridad, según ha anunciado el regulador del transporte capitalino, Transport for London (TfL).
TfL ha decidido no renovar a la compañía multinacional su licencia, que expiraba el 30 de septiembre, al concluir que "no reúne los requisitos" necesarios para operar en la ciudad, debido a cuestiones de "seguridad ciudadana".
La compañía ha precisado en un comunicado que "va a apelar la decisión de forma inmediata". Presentar el recurso de apelación permite a Uber seguir operando hasta que la Justicia se pronuncie.
La Ley de Vehículos de Alquiler Privado de Londres de 1998 incluye la posibilidad de apelar la decisión del regulador hasta 21 días después de haber sido informado, por lo que la empresa estadounidense podrá continuar operando en Londres hasta que finalice el proceso de apelación.
El regulador cuestiona los controles que Uber, que gestiona una aplicación telefónica de servicios de taxi, hace a sus conductores así como su actitud ante posibles delitos graves.
Un riesgo para la seguridad
El alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, respaldó la decisión de TfL, organismo que preside, y declaró que "estaría mal seguir emitiendo una licencia a Uber si esto puede suponer un riesgo para la seguridad de los londinenses".
"Quiero que Londres esté al frente de la innovación y la tecnología y que sea un hogar natural para nuevas empresas que proporcionen mejores y más asequibles servicios a los londinenses", afirmó. "Pero todas las empresas deben respetar las normas y adherirse a los estándares vigentes, especialmente en lo que se refiere a la seguridad de los clientes", agregó. El alcalde subrayó que "todos los servicios de alquiler privados deben respetar la normativa".
El presidente de la comisión parlamentaria sobre taxis, el también laborista Wes Streeting, alabó "la valiente decisión" de TfL, y el alcalde e incidió en que la empresa ya ha sido prohibida en otras ciudades de Europa y Estados Unidos.
Streeting recordó que, en el Reino Unido Uber, cuyos conductores son particulares que operan a través de su aplicación, no denunció apropiadamente presuntos delitos de violación y abuso sexual a pasajeros y ha sido, además, demandada por sus empleados por no garantizar los más básicos derechos laborales.
Por su parte, el gerente de Uber en Londres, Tom Elvidge, dijo que, al prohibir la aplicación, "TfL y el alcalde han cedido ante un pequeño número de personas que quieren restringir la oferta para el consumidor".
"Si esta decisión se mantiene, dejará sin empleo a más de 40.000 conductores con licencia y privará a los londinenses de un medio de transporte cómodo y asequible", advirtió.