El fantasma de la extrema derecha vuelve a marchar por Alemania
- Alternativa por Alemania ha obtenido mejores resultados de lo esperado
- Su entrada en el Bundestag obligará a Merkel a virar a la derecha
- La presencia del Islam en Alemania y la seguridad vuelven a primer plano
- Consulta el Especial Elecciones en Alemania 2017
“Vamos a echar a Merkel y a quien le suceda...Vamos a recuperar este país y al pueblo alemán”. Este es el primer grito de guerra de Alexander Gauland, 76º miembro de la CDU de Angela Merkel durante 40 años y uno de los cabezas de lista de Alternativa para Alemania, tras la victoria de anoche.
La República Federal está en estado de shock. No sólo porque los sondeos se quedaron cortos respecto a ese 10-11% de intenciones de voto que se auguraban para la Afd, sino porque este partido de extrema derecha, nacido hace cuatro años, ha conseguido 94 escaños y se ha convertido en el tercer partido de este país. Alternativa ha robado votantes a todos los partidos: un millón a la CDU de Merkel, pero también a la Izquierda y a los socialdemócratas. AfD se ha afianzado en los Länder del Este, y en alguno de ellos, como en Sajonia, tiene más votos incluso que los democristianos.
El discurso antiinmigrantes, xenófobo y euroescéptico de Alternativa para Alemania ha calado entre los descontentos, la clase trabajadora, las personas sin estudios superiores y quienes se sienten amenazados por una sociedad abierta y globalizada. Y esto va a obligar también a la canciller Merkel y a la CDU a dar un giro a la derecha para -como ella misma ha dicho- “intentar recuperar a los votantes de AfD”. La lideresa también va a estar muy presionada por sus socios bávaros de la CSU, quienes han estado pidiendo poner un límite máximo en la admisión de extranjeros en este país.
Esto significa que las políticas de inmigración, la presencia del Islam en Alemania y Europa, y la seguridad van a volver a estar en el primer plano de la actualidad, a pesar de que Merkel había intentado esquivarlo al máximo posible. Al final, según algunos comentaristas, lamentará su histórica decisión de abrir las fronteras a los refugiados en el año 2015.
Los socialdemócratas de Martin Schulz, que se han autoexcluido de una nueva Gran Coalición en el futuro, también van a experimentar cambios importantes y un giro obligado a la izquierda. De hecho, será la hasta ahora ministra de Trabajo, Andrea Nahles, una gauchista dentro del SPD, la que asumirá la jefatura del grupo parlamentario y Schulz el del partido, aunque su liderazgo está en estos momentos muy cuestionado.