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El Fogasa abona prestaciones fraudulentas por su mala gestión, según el Tribunal de Cuentas

  • Desembolsó 5,5 millones a trabajadores que no estaban dados de alta
  • Pagó a empresas ficticias y delegó la gestión en Tragsatec con sobrecoste
  • Hay empleados que han cobrado por duplicado del SEPE y del Fogasa

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Unos trabajadores en la Sagrada Familia de Barcelona
Unos trabajadores en la Sagrada Familia de Barcelona.

El Tribunal de Cuentas denuncia en un informe de fiscalización que el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) está pagando "prestaciones fraudulentas" como consecuencia de su gestión ineficaz, su "falta de previsión" y la falta estructural de personal que sufre desde hace años.

Así lo recoge en el Informe de fiscalización sobre la gestión y control de las prestaciones abonadas por el Fogasa, ejercicio 2013, que el presidente del Tribunal, Ramón Alvarez de Miranda, ha presentado ante la Comisión Mixta (Congreso-Senado) para las Relaciones con el Tribunal de Cuentas.

Según el documento, a 31 de diciembre de 2013 existían 221.384 expedientes pendientes de resolver, un 67% más que un año antes y un 295% por encima de la cifra de 2007. En el mismo periodo, la plantilla del Fondo sólo se incrementó un 0,07%.

Supera el plazo legal

Esto elevó a 201,52 días el plazo medio de resolución de cada expediente, muy lejos de los tres meses previstos legalmente y por encima de los 185,47 días que se marcaron en 2012. Las unidades más "colapsadas" fueron Barcelona (395 días), Madrid (379 días) y Valencia (354 días).

Según el Tribunal, esta acumulación "no es consecuencia de un hecho económico aislado y concreto, sino del incremento de empresas que han venido desapareciendo durante varios ejercicios", lo que a su juicio "denota una falta de previsión" del Fogasa, que "debería haber adoptado medidas urgentes y extraordinarias para paliar los efectos del progresivo y predecible aumento de solicitudes".

Como muestra, para el Tribunal "resulta significativa la insuficiente dotación presupuestaria para el pago de las prestaciones de garantía salarial", dado que los créditos iniciales para el año 2013, 843 millones de euros, tuvieron que ser incrementados en 531 millones -un 63%- durante el ejercicio.

Desde el Ministerio de Empleo achacan esta falta de previsión al anterior Ejecutivo socialista. Según sus datos, las solicitudes aumentaron un 1.631,31% entre 2007 y 2011 "sin que se tomara ninguna medida ni para aumentar la plantilla ni de otro tipo" y pese a que todos los indicadores "señalaban ya claramente el colapso" en 2008.

Pocos letrados

En estas circunstancias, el organismo cree que la falta de personal conlleva un "importante riesgo de extravío de documentación" y de "defectos y demoras" en los expedientes, pero además teme que se estén pagando prestaciones de forma "fraudulenta" y sin ningún control efectivo.

La falta de datos estadísticos completos y precisos sobre concursos, juicios o situación laboral de los trabajadores, que pueden afectar a la procedencia de las solicitudes, se suma que al "insuficiente" número de letrados y a que no hay un procedimiento homogéneo para decidir a qué juicios asisten, sino que "cada uno decide discrecionalmente, sin justificar los motivos de su no asistencia".

De hecho, la asistencia a los juicios indirectos apenas llegó al 30% entre 2012 y 2013 -en unidades como las de Badajoz, Castellón, Jaén o Tarragona el dato no alcanza el 2%-, pese a que el 56% de los casos en los que sí se personaron acabaron con sentencias favorables al Fondo.

Empresas ficticias y trabajadores no dados de alta

Esto supone que se están abonando prestaciones a pesar de darse circunstancias como que el trabajador no estuviera de alta en la Seguridad Social -1.117 reconocimientos en 2013 por valor de 5,55 millones-, que exista fraude, o que se trate de una empresa ficticia -caso de 65 trabajadores que recibieron 413.596 euros del Fondo-, entre otras.

Por otra parte, el 75% de los expedientes aprobados en 2013 (118.863) superaron el plazo máximo legal permitido, lo que puede ser causa de demanda, y en 7.409 casos se denegó la prestación cuando debería haberse aplicado el silencio administrativo positivo, que de hecho se reconoció en un centenar de solicitudes.

Además, las argumentaciones de hechos y fundamentos de derecho utilizadas en las resoluciones son "escasas y genéricas", lo que también "podría devenir en una falta de motivación" de la actuación administrativa, con la consecuente presentación de demanda por parte del trabajador.

Algunos trabajadores están cobrando por duplicado del SEPE y del Fogasa

Por otra parte, la falta de comunicación del Fogasa con el Servicio Público de Empleo Estatal ha permitido que algunos trabajadores estén cobrando prestaciones por duplicado, y tampoco se están remitiendo adecuada y homogéneamente a la Agencia Tributaria (AEAT) los casos de deudas por subrogación para su cobro, según el organismo.

De hecho, el Tribunal cifra en 7.041 millones de euros el saldo de los 174.804 empresarios deudores por subrogación del Fogasa en 2013, cuando el índice de cobro de esas deudas ascendió a apenas el 1,5% (el 0,2% en caso de personas físicas). En cuanto a los cobros por vía ejecutiva tampoco fueron muy efectivos, ya que el ejercicio fiscalizado cerró con 11,11 millones de deuda de once deudores sin cobrar.

Encomienda de gestión a Tragsatec

Para corregir la acumulación de expedientes, en agosto de 2013 el Fogasa puso en marcha el Proyecto GRETA, para el que realizó una encomienda de gestión a la empresa pública Tragsatec por casi 3,27 millones de euros. Sin embargo, el Tribunal cree que este contrato "no debió aceptarse desde el punto de vista de la legalidad vigente", pues entre las actividades en las que Tragsa está especializada no se cuenta ninguna administrativa, sino agrícolas, ganaderas o medioambientales.

De hecho, aunque los empleados de la empresa pública debían destinarse únicamente al tratamiento de expedientes, el organismo fiscalizador cree que existen "indicios de extralimitación de dichas funciones", lo que podría suponer una vulneración, entre otras, de la Ley de Protección de Datos.

"Los empleados de la empresa pública están realizando la instrucción de expedientes de prestaciones de garantía salarial sin tener reconocida legalmente la competencia para ello, por lo que los actos de reconocimiento y denegación de las prestaciones podrían adolecer de anulabilidad", llega a afirmar.

También apunta otros defectos, como alteración en el orden de resolución de expedientes, riesgo de que no se hayan cumplido todos los requisitos legales en la instrucción, "dilatación innecesaria" de los plazos ante la inexperiencia de los empleados de Tragsatec, falta de acceso a información sobre empresas ficticias o de garantías en estos expedientes, que sólo fueron visados por funcionarios del Fondo en un "mero trámite formal" debido al volumen de trabajo que soportan.

Pagar el doble por el mismo trabajo

Además, la encomienda fue "antieconómica" para el Fogasa, ya que el número medio mensual de expedientes aprobados en 2013 sin la colaboración de Tragsatec fue un 22% superior a la media de expedientes aprobados en los primeros meses de 2014, y el coste medio de los casos asumidos por ésta resultó un 1.077% superior al de los que tramitaron funcionarios del Fondo. Si el trabajo lo hubieran realizado los propios funcionarios, según el Tribunal habría costado apenas 274.281 euros, un 91,6% menos.

Y todo pese a tratarse de una solución meramente temporal, ya que el Tribunal duda de que esta encomienda vaya a solucionar el "colapso" que sufre el Fogasa porque el número de expedientes a resolver se incrementó un 11% durante el año pasado, pese a la colaboración de Tragsa.

Desde Empleo recuerdan que en 2014 se resolvieron gracias a estas medidas unos 300.000 expedientes, frente a los 166.788 del ejercicio anterior, "duplicándose" el ritmo de resolución y "eliminando el atasco". Asimismo, en noviembre se autorizó un suplemento de crédito de 940,6 millones para pagar salarios e indemnizaciones atrasados.

Poca información sobre los concursos

Otra de las criticas vertidas por el Tribunal es la ausencia en el Fogasa de un procedimiento que permita conocer cuántas empresas se encuentran en concurso o un cauce de comunicación formal entre las Unidades Periféricas y la administración concursal.

Algo que, advierte, "conlleva un riesgo para los fondos públicos, ante la posibilidad de no incluirse en la liquidación definitiva del concurso los créditos a favor del organismo o bien por la posible existencia de pagos duplicados a los trabajadores".

El Tribunal teme que el Fogasa sea inviable financieramente, dado que ante la "insuficiente dotación" de los últimos ejercicios, la mayor parte de sus ingresos ha provenido de la venta de títulos de deuda pública, que "previsiblemente" se habrán liquidado en su totalidad" en 2014.