Juan Cárdenas: "El capitalismo agita el fantasma de múltiples fracasos"
- RTVE.es entrevista al escritor colombiano que presenta su última novela
- El diablo de las provincias es una fábula negra sobre la derrota
El escritor colombiano Juan Cárdenas (Popayán, Colombia, 1978) admite que comparte la mirada de sentirse extranjero en su país con el protagonista de su última obra, El diablo de las provincias (Editorial Periférica).
“Ya me pasaba desde hace mucho que me sentía extranjero en Colombia pero lejos de asustarme con esa idea, lo que he tratado es de aprovecharla (…) Hay una cierta manera de mirar que tiene que ver con la distancia y que lo obvio ya no te resulte tan obvio. Y esa técnica deliberada también es una técnica de conocimiento”, explica el autor a RTVE.es.
Formado literariamente en Madrid, donde residió más de una década antes de retornar a su país, Cárdenas es una de las voces singulares y emergentes de la narrativa latinoamericana. El novelista y traductor construye en la mayor parte de sus creaciones, historias originales en las que coexisten reflexiones sobre el relato contemporáneo con una narrativa ágil.
Ganador del Premio Otros Ámbitos, Otras Voces con su novela Los Estratos a la mejor obra de “culto” de 2015, Juan Cárdenas acaba de ser incluido en la lista de talentos Bogotá39, que selecciona a los mejores escritores menores de 40 años de América Latina.
Una novela negra atípica
En El diablo de las provincias compone una fábula, enmarcada en una novela negra atípica y sorprendente que remueve las reglas del género. Bebe directamente de las fuentes del autor siciliano Leonardo Sciacia, y de la “novela negra del sur”, antítesis del policial de evasión, cimentado en un seguimiento ordenado de las pistas.
Por el contrario, Cárdenas, continuador de los pasos estructurales de Sciacia, instala el misterio en un universo caótico donde sobrevuelan preguntas sin respuesta que desvelan anomalías en el seno de la sociedad.
“Es como una red muy tupida de indicios, de pistas falsas, y de verdades a medias, y orientarse en ese espacio es desde el punto de vista cognitivo casi imposible”, señala.
En esta tela de araña queda atrapado el “biólogo”, un hombre que retorna al hogar materno en la “ciudad enana”, a la que nunca deseó volver, arrastrando diferentes fracasos laborales, sentimentales y existenciales. El protagonista enfrenta su pasado, empezando por la sombra y el enigma en torno a su hermano muerto, en esta inquietante fábula sobre la claudicación y “la derrota del conocimiento”.
“Es una derrota peor que cualquiera porque renunciamos a la posibilidad de conocer el mundo”, explica el escritor, que señala que la moraleja apunta a las “trampas” que nos tiende el “capitalismo que agita el fantasma de múltiples fracasos"
Inquietante lirismo
La narración se sitúa en un punto indeterminado de América Latina, en el que los personajes no tienen nombre propio, un recurso habitual en sus obras. Es una “restricción autoimpuesta” como herramienta literaria, porque “al girar alrededor de las cosas creas una aproximación diferente“, en palabras del autor.
Un alejamiento que se enmarca en la mirada del “biólogo” que observa casi de modo científico todos los hechos que ocurren a su alrededor. Un relato que entronca con el presente histórico de América Latina, y en el que también se aborda la influencia de las sectas y religiones y sus conexiones con los poderes políticos y económicos.
“Alude a una situación real también, porque a mí me impresionó mucho cuando el año pasado hubo un plebiscito para votar en Colombia si se aceptaban las negociaciones con las FARC y ganó el 'no'. Y en esa votación tuvieron un protagonismo inesperado y rotundo las iglesias evangélicas”, explica el autor de Ornamento que aclara que la religión le interesa como “fenómeno”.
La política, la religión, la industria y la literatura como conciencia crítica de la sociedad, son temas deudores de la obra de Sciacia, en cuya estela se mueven numerosos escritores latinoamericanos.
Contenidos a los que Cárdenas adiciona la naturaleza, y retoma la tradición literaria americana que sitúa en primer plano poderosas imágenes de lo natural. “Ser americano es ser naturalista”, repite uno de los personajes de forma constante en El diablo de las provincias.
“Me parece que todos los problemas sociológicos, políticos, están muy atravesados por la imagen de la naturaleza en América”, afirma con tono pausado, sobre un argumento en el que la ecología también se dibuja como campo de batalla de diferentes intereses.
Bajo estas líneas maestras, el autor colombiano crea un cuento de atmósfera densa y extrañamente lírica, en el que viaja una prosa veloz, plástica y en continua transformación, que presenta la cualidad de desasosegar al lector.