'Fe de etarras', el fin de ETA según Borja Cobeaga
- San Sebastián acoge la nueva comedia de los creadores de Ocho apellidos vascos
- “Es una película que se ríe del absurdo del nacionalismo y la violencia”, dice su director
Primero fue la polémica. No de la película, sino del cartel que Netflix colgó en una fachada de San Sebastián en la que las frases ‘Yo soy español’ aparecían tachadas. La Unión de Guardias Civiles presentó una denuncia ante la Fiscalía de la Audiencia Nacional considerando que la publicidad constituía un delito de "humillación a las víctimas". El ministro del Interior envío una carta a Netflix pidiendo respeto. Y la Fiscalía archivó la denuncia hace dos días.
Así que queda la película, proyectada en el Velódromo aunque destinada al consumo televisivo y de dispositivos de la plataforma estadounidense. Dirigida por Borja Cobeaga y coescrita con su habitual colaborador Diego San José, Fe de etarras es una comedia protagonizada por terroristas pero blanca, respetuosa y ajena a toda polémica.
Javier Cámara, Gorka Otxoa, Julián López y Miren Ibarguren forman un comando itinerante, poco formado, que espera órdenes enclaustrado en un piso franco durante los días en los que la selección española se proclamó campeona del Mundial de fútbol. El fervor nacionalista y la chapucería de los terroristas crean el humor de una película que poco a poco va tornando a cierta amargura hasta plantear a los terroristas: ¿y ahora qué?
“Es una película que se ríe del absurdo del nacionalismo y la violencia”, explica Cobeaga. “Si de algo se ríe es del sentido de una lucha que se ha demostrado que no ha merecido la pena y ha causado mucho sufrimiento”.
A través de los chistes, y como telón de fondo, la película retrata el desmembramiento de la banda (“Hace años en ETA se comía de la hostia”) hasta prefigurar la vida de la banda armada tras el fin de la lucha. “Era un proyecto que nació en 2004, pero cuando lo realizamos tuvimos claro que había que hablar del final. Si tú eres reponedor de Mercadona y luego eres etarra, cuando se acaba ETA te quedas de reponedor de Mercadona”.
Cobeaga y San José llevan 14 años extrayendo humor de la misma veta (Vaya semanita, Ocho apellidos vascos, El negociador). “Después de tanto tiempo haciendo humor con el nacionalismo vasco y español me sorprenden situaciones de censura velada, o no tan velada, y pienso que algunos aspectos estamos yendo hacia atrás. Por la situación política que vivimos, hay mucho sectarismo y atrincheramiento. Me da la sensación de que somos menos libres y menos permisivos que hace años”.
Los creadores de Fe de etarras se documentaron leyendo la abundante bibliografía y narraciones en primera persona de la vida en los comandos. “Cuando lees sobre los que atentaron contra Carrero Blanco, la comedia está en cada página. Cuando iban a comprar a la pescadería y decían que eran de Zamora, les decían: pero sí tienes acento vasco, a ver si vas a ser terrorista. La comedia está en la vida cotidiana”.
Por esa comedia costumbrista y humanista, pero por la atmósfera claustrofóbica, Cobeaga considera que Fe de erratas es “lo más Berlanga y Polanski” que ha hecho.
Afirma que crear para una plataforma no condiciona el lenguaje cinematográfico. “Las películas que más me gustan las he visto en una tele de 12 pulgadas que sintonizaba mal”, recuerda.
Y, por último, reflexiona sobre los límites de la ofensa. “Se habla mucho de los límites del humor, pero no de los límites de la ofensa. Cuando está desbocada la capacidad de ofensa de ciertas personas creo que hay que poner el foco ahí”.