Un tiroteo durante un concierto en Las Vegas deja 58 muertos, la mayor masacre por armas de fuego en EE.UU.
- Un hombre de 64 años ha abierto fuego desde lo alto de un hotel contra la gente
- El tirador se ha suicidado antes de que las fuerzas de seguridad lo detuvieran
- Se cree que era un "lobo solitario", aunque se desconocen sus motivos últimos
- Hay más de 500 personas heridas y se teme que suban las víctimas mortales
- Donald Trump ha condenado lo que califica de "un acto de pura maldad"
Al menos 58 personas han muerto y más de 500 han resultado heridas en un tiroteo ocurrido durante la noche del domingo en Las Vegas, cuando un hombre al que la policía ha identificado como Stephen Paddock, de 64 años, ha abierto fuego contra los asistentes a un festival de música country desde una habitación situada en la planta 32 de un hotel cercano, antes de suicidarse de un disparo.
Las autoridades, que señalan que la situación se encuentra ya bajo control, han recalcado que el balance de víctimas es aún provisional, si bien se trata ya de la mayor matanza por armas de fuego, por encima de la tragedia del club gay Pulse de Orlando, en la que fallecieron 49 personas y otro medio centenar resultaron heridas.
Unas 22.000 personas asistían a uno de los conciertos del festival de música Route 91. Harvest cuando Paddock comenzó a disparar con un fusil automático desde una habitación del hotel Mandalay Bay, provocando escenas de pánico en el recinto mientras el público trataba de escapar del lugar.
Pocos minutos después de iniciarse los disparos, las fuerzas de seguridad localizaban al tirador, que se ha suicidado antes de que los agentes de la unidad de intervención especial (SWAT) entraran en la habitación desde la que había perpetrado el ataque, según ha especificado el sheriff del condado, Joseph Lombardo, quien ha descartado la hipótesis de un ataque terrorista y apunta a "un lobo solitario".
“No tenemos ni idea de cuáles eran sus creencias“
Paddock tenía con él una decena de fusiles automáticos, pero las autoridades aún no han desentrañado el posible motivo de su atentado, puesto que no hay indicios de vínculos con grupos violentos. "No tenemos ni idea de cuáles eran sus creencias", ha comentado ante la prensa Lombardo, que ha confirmado el hallazgo de "numerosas armas de fuego en la habitación que ocupaba".
Paddock, el "único sospechoso"
Horas después del tiroteo, el grupo terrorista Estado Islámico en un comunicado difundido a través de la agencia Amaq, afín a los yihadistas; el texto, cuya autenticidad no ha podido ser verificada, asegura que el autor del ataque es "uno de los soldados del califato", al que identifica como "Abu Abdelber al Amriki" (el Americano). En cualquier caso, las autoridades han reiterado que no hay pruebas de esa vinculación: "No existe ningún vínculo conocido entre el tirador y ningún grupo extranjero conocido", ha señalado un portavoz del FBI en Las Vegas.
Por su parte, la Policía de Las Vegas ha explicado en un comunicado que Paddock es el "único sospechoso" del ataque, pese a que las fuerzas de seguridad han localizado a lo largo de la madrugada del domingo al lunes a su compañera, Marilou Danley, que se encontraba en el extranjero. "Hemos hablado con ella y no pensamos que esté implicada", ha aclarado el sheriff Lombardo.
Paddock residía en Mesquite, una localidad de 18.000 habitantes situada a unos 120 kilómetros de Las Vegas, el la frontera del estado de Nevada con el de Arizona. Un portavoz de la Policía ha explicado en rueda de prensa que el atacante estaba en registrado en el hotel Mandalay Bay, uno de los establecimientos más representativos del Strip, desde el jueves 28 de septiembre. Además, se han localizado dos vehículos utilizados por el sospechoso, un Hyundai Tucson y un Chrysler Pacifica, ambos con matrícula de Nevada.
Según la Policía Metropolitana de Las Vegas, como resultado del tiroteo al menos 515 personas han sido atendidas de diferentes heridas en los hospitales de la zona, entre ellos dos agentes de policía; otro policía que estaba en el lugar fuera de servicio se cuenta entre el más de medio centenar de muertos por los disparos.
Hasta bien entrada la mañana, los agentes de las fuerzas de seguridad seguían buscando a gente que permanecía a cubierto por el ataque. "Nos va allevar algún tiempo superar la fase de evacuación", ha admitido Lombardo en su comparecencia.
Pánico en el Strip de Las Vegas
Lo que se suponía que iba a ser una noche de alegría, música y baile se convirtió a las 22:08 horas (7:08 del lunes en España) en una pesadilla para la multitud que asistía al concierto, cuando empezaron a sonar las ráfagas de disparos de un fusil de asalto. En un principio, las detonaciones se confundieron con la explosión de tracas de petardos, pero poco a poco el pánico se fue contagiando entre los asistentes cuando se empezaron a ver personas cayendo abatidas por las balas.
“Sonaban como fuegos artificiales. La gente iba cayendo al suelo. Y seguía“
"Sonaban como fuegos artificiales. La gente iba cayendo al suelo. Y seguía", relataba Steve Smith, de 45 años y llegado desde Phoenix para asistir al festival, a la agencia Reuters. "Probablemente unos cien disparos cada vez. Sonaba como si recargara y volviera a ello", señala Smith, que asegura que las ráfagas duraron bastante rato: "La gente gritaba y trataba de escapar. Un montón de gente fue alcanzada".
En los vídeos de los asistentes al concierto se pueden escuchar claramente largas ráfagas de disparos mientras se ve a la gente correr despavorida, de pie preguntándose qué sucede, o tirada sobre la hierba. Por la cadencia de las ráfagas, según los testigos, parece que Stephen Paddock paró únicamente de disparar para poner un cargador nuevo tras haber agotado la munición del anterior.
"Ha empezado como con un rudio de cristales rotos. Hemos mirado alrededor para saber qué pasaba. Unos minutos más tarde, hemos oído pop-pop-pop-pop. Creíamos que eran fuegos artificiales o petardos. Y nos hemos dado cuenta de que no era eso, que eran disparos", contaba una de las asistentes, Monica Dekerf, a la cadena CNN. "Por un momento, hemos pensado: 'OK, todo va bien, no hay más disparos', y entonces ha vuelto a empezar", ha añadido.
"Era una locura", aseguraba a su vez Mike McGarry, un analista financiero de Filadelfia que estaba en el festival con sus hijos. "Me eché encima de los chavales. Ellos son veinteañeros; yo tengo 53 años. He vivido una buena vida", comentaba a Reuters, que destacaba las huellas marcadas en su camiseta por la gente que escapaba sobre ellos.
Trump habla de "un acto de pura maldad"
El área del festival tenía capacidad para 40.000 personas y los organizadores han confirmado que estaba todo vendido. El tiroteo se produjo en el momento en el que estaba en el escenario el cantante Jason Aldean, quien, en un mensaje en Instagram, ha señalado que tanto él como su grupo están a salvo y que "sus pensamientos y sus plegarias" están con todos los asistentes al concierto.
El pánico se ha trasladado después al exterior del recinto, con gente huyendo por las calles aledañas e incluso invadiendo las pistas del cercano aeropuerto McCarran, según relata The New York Times. La Policía Metropolitana de Las Vegas ha informado de que se han desviado 24 vuelos y, aunque el aeródromo ya opera con normalidad, algunos vuelos sufren retrasos por el tiempo que se ha limitado la actividad.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha condenado inmediatamente el tiroteo a través de Twitter, enviando sus condolencias a las víctimas, y posteriormente ha comparecido en la Casa Blanca, donde ha calificado de "acto de pura maldad" el "asesinato sin sentido de nuestros compatriotas".
"Visitaré Las Vegas el miércoles para reunirme con las fuerzas de seguridad, los profesionales que respondieron al ataque, y los familiares de las víctimas", ha anunciado Trump, que ha elogiado la "milagrosa" actuación de las fuerzas del orden y ha llamado a la unidad de los ciudadanos estadounidenses: "Estamos unidos hoy en nuestra tristeza, conmoción y luto".
"En los momentos de tragedia y horror, Estados Unidos se une, y siempre lo ha hecho. Apelamos a los lazos que nos unen: nuestra fe, nuestra familia y nuestros valores compartidos", ha resaltado. Trump ha ordenado, además, que la bandera estadounidense ondee a media asta durante cuatro días en todos los edificios federales del país y las embajadas estadounidenses en el extranjero.