Las "hojas de secretos" de los fotógrafos de Magnum
- Una exposición se adentra en el proceso creativo de célebres fotoperiodistas
- Exhibe fotografías míticas del siglo XX y la hoja con la impresión de los negativos
- Recoge las imágenes que fueron desechadas y el trabajo de selección
Detrás de una imagen magistral existe un limbo de fotografías fallidas que nunca vieron la luz. Estas capturas quedan recogidas en las hojas de contacto, que nos muestran la primera impresión de los negativos.
Una especie de “bloc de notas” del que se valían los reporteros gráficos para documentar sus pasos, corregir errores o seleccionar sus disparos más brillantes, que quedaban finalmente remarcados en la hoja. Tal y como afirmaba David Hurn, fotógrafo de Magnum: “Normalmente, las imágenes más potentes solo se hacen obvias al observar las hojas de contacto”.
Esta labor entre bambalinas del arte fotográfico es la que muestra la exposición gratuita Magnum: Hojas de contacto en la Fundación Canal de Madrid (Hasta el 5 de enero de 2018), que bucea en la intrahistoria de algunas de las imágenes icónicas del siglo pasado, de la mano de la mítica agencia Magnum.
En la selección, 94 fotografías de 65 célebres fotoperiodistas acompañadas de sus correspondientes hojas con los negativos, que abren de par en par la ventana al proceso creativo de autores como Robert Capa, Henri Cartier-Bresson, David ‘Chim’ Seymour, Werner Bischof, Marc Riboud, Eve Arnold, René Burri, Jim Goldberg, Susan Meiselas, Hiroji Kubota, Steve McCurry, Jean Gaumy, Paolo Pellegrin o la española Cristina García Rodero.
Muchos fotógrafos son reacios a mostrar este documento ”tan íntimo”. Según avanza a RTVE.es, Emmanuelle Hascoët, directora de exposiciones de Magnum Photos.
“Es como abrir la caja de los secretos de los fotógrafos, en las hojas de contacto aparecen las fotos malas, las que no han funcionado…por ejemplo podemos ver que Cartier- Bresson no las guardaba si no que componía sus propias hojas”.
La muestra es una crónica de la historia del siglo XX, de 1930 a 2010, con episodios históricos como el Desembarco de Normandía, el conflicto de Oriente Próximo, las revueltas de mayo del 68, la guerra de Vietnam, la de los Balcanes o la caída de las Torres Gemelas, y aporta algunas de las claves de cómo se gestan las fotografías más emblemáticas
Es el caso de la icónica “Una llama en Times Square” de Inge Morath, publicada en la revista Life en 1957.
La imagen, tomada para una sección humorística sobre animales famosos, se convirtió en icono y ha sido reproducida millones de veces.
Por su aspecto de espontaneidad, podría interpretarse como un momento afortunado que la fotógrafa captó casualmente, pero las hojas de contacto desvelan como la captura responde a un trabajo planificado y preparado al milímetro, como era habitual en la obra de Morath [Ver la imagen que encabeza la noticia]
Objeto de culto y documento histórico
La hojas de contacto reflejan una parte del trabajo al que pocas veces el público puede asomarse, ya que pertenece a la esfera privada de las redacciones, donde los editores gráficos escrutaban estas primeras impresiones en la época dorada del fotoperiodismo.
Una herramienta antaño imprescindible, actualmente relegada por la fotografía digital a “reliquia analógica” y objeto de culto entre los aficionados más nostálgicos.
“Es una técnica que va unida al hecho de hacer fotografías y que ya no existe. Un joven de 20 años de hoy no sabe lo que es una hoja de contacto y la muestra es una oportunidad única para verlo”, afirma Hascoët, que añade que algunas de estas fotos desechadas “tienen muchísimo humor”.
La exposición se completa con documentos de la época, libros y proyecciones que nos permiten atravesar el otro lado del espejo con estos documentos de interés histórico que ahora duermen en los archivos.
“En las hojas de contacto toda queda reflejado: lo que nos ha sorprendido, lo que hemos captado al vuelo, los que nos hemos perdido, lo que ha desaparecido, o un acontecimiento que se desarrolla en nuestra presencia hasta que se convierte en una imagen plenamente satisfactoria”, (Henri Cartier-Bresson, fotógrafo y co-fundador de Magnum)