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Juan Gris y María Blanchard: los reinventores del cubismo cara a cara

  • El Museo Carmen Thyssen de Málaga analiza el segundo movimiento cubista
  • Reúne hasta febrero obras de Gris, Blanchard, Metzinger, Lipchitz y Dalí, entre otros

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Juan Gris; Guitare et compotier sur une table (Guitare et compotier); 1918 (August)
Detalle de 'Guitarra y frutero' (1918), de Juan Gris.

Con George Braque en el frente en la Primera Guerra Mundial y luego recuperándose de las graves heridas sufridas y Pablo Picasso "entretenido" con cuestiones como los Ballets Rusos y el clasicismo, el cubismo pudo haberse quedado huérfano pero otros dos españoles estaban en París para evitarlo. Juan Gris y María Blanchard liderarían el grupo de artistas que en 1916 reinventó el cubismo, el que ha venido a denominarse como segundo cubismo, y, por primera vez en España, una exposición pone frente a frente la obra de ambos en un diálogo enriquecedor y revelador.

Juan Gris, María Blanchard y los cubismos (1916-1927) reúne desde este viernes 6 de octubre hasta el 25 de febrero en el Museo Carmen Thyssen de Málaga un total de 68 obras de ambos artistas y otros integrantes del grupo, como Jean Metzinger, Jacques Lipchitz y Albert Gleizes en una muestra "inédita" en España, según explica a RTVE.es la directora artística del museo, Lourdes Moreno.

"Se trata de un momento del cubismo al que a esta hora no se le ha prestado la necesaria atención expositiva", subraya Moreno, que destaca que este grupo de artistas dan una "segunda vida" al movimiento artístico ideado por Picasso y Braque. "Fue un proceso intelectual común, de trabajo común, en el que conducen el cubismo hacia la arquitectura, hacia la búsqueda de una proporción clásica y de un nuevo sentido del color, una restructuración del color, teniendo en cuenta que abandonan el collage", señala la también comisaria de la muestra, que subraya también la "inédita mirada" que aporta el diálogo cruzado entre Gris y Blanchard.

Las tertulias cubistas

Con la excelencia y el reconocimiento internacional de Juan Gris más que probado desde que en 1946 Kahnweiler le dedicara una monografía, la exposición pretende reivindicar también la importancia de la figura de Blanchard, "que fue una artista a la altura de los demás integrantes de este segundo movimiento cubista, e incluso una gran innovadora y hasta cierto punto radical", apunta a RTVE.es el otro comisario de la muestra, el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Málaga Eugenio Carmona.

Era precisamente en la casa de María Blanchard en París donde este grupo de artistas -que también compartían marchante, Léonce Rosenberg- se reunía en tertulias artísticas que empezaban después de comer y acababan en cena conjunta, y en las que "discutían arduamente las leyes que ellos mismos elaboraban para este cubismo autónomo, que no debe nada ya a Picasso ni a Braque", apunta Carmona.

"Es una reivención del cubismo, que incluso se plantean en plena Guerra Mundial, y coinciden en algo que es lograr una nueva pintura pura, una pintura que se valore por sus formas, por su material plástico, por su lenguaje, ante todo, pero que al mismo tiempo no renuncie a tener un encuentro con lo visual y con la experiencia de la realidad y encuentran un punto límite entre hacer a la pintura abstracta y aludir a la realidad", añade el catedrático, que cree que esta "experiencia única" ha pasado "desapercibida" durante mucho tiempo "porque estábamos acostumbrados al arte abstracto absoluto o al arte figurativo absoluto y ahora vivimos otro tiempo en que el gusto moderno es mucho más plural y acogedor".

La exposición del Thyssen de Málaga reúne además "obras clave" de la carrera de estos artistas, prestadas por instituciones como el Pompidou, el Musée Picasso de París, el Kunstmuseum Basel o el Reina Sofía de Madrid, entre otros, como Mujer sentada (1917) y La vista sobre la bahía (1921), de Juan Gris, o Juana de Arco (1917), de María Blanchard.

El arte nuevo

Juan Gris, María Blanchard y los cubismos (1916-1927) se completa con una tercera sección dedicada al denominado arte nuevo español (la primera generación vanguardista del siglo XX), que vivió su momento de esplendor a principios de los años 20 en la Residencia de Estudiantes, con Salvador Dalí jugando un "papel decisivo" al recuperar la figura de Juan Gris y "contaminar" de su devoción a Moreno Villa y al resto del contexto de la Generación del 27.

"Así se dio en la renovación plástica española, a la que ellos llamaban arte nuevo, un cubismo, ya tardío, que sumaba todas las experiencias cubistas pero que fue enormemente necesario para situar a la creación española en el punto de partida de la modernidad", concluye el al catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Málaga.

Salvador Dalí. 'Naturaleza muerta', 1923. © Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. noticias