Acuerdo en Holanda para formar un Gobierno de centroderecha que contará con una ajustada mayoría
- El primer ministro, Mark Rutte, ha anunciado un pacto entre cuatro partidos
- Suman 76 escaños en un Parlamento de 150, por lo que se prevé inestable
- Ha sido necesarios siete meses de conversaciones, las más largas desde 1945
Tras siete meses de arduas negociaciones después de las elecciones legislativas, el primer ministro de Holanda, Mark Rutte, ha anunciado este lunes un acuerdo para formar un Gobierno de centroderecha con el respaldo de cuatro partidos que sumarán 76 diputados en un Parlamento de 150 escaños, lo que pondrá a prueba su habilidad para conciliar posturas en el seno de la coalición y augura una legislatura inestable.
Las conversaciones para formar gobierno han sido las más largas desde la Segunda Guerra Mundial, debido a la fragmentación de la Cámara baja y a que todos los partidos relevantes descartaron un acuerdo con el euroescéptico PVV de Geert Wilders, que fue el segundo más votado en las elecciones del 15 de marzo.
Rutte se apoyará en los 76 diputados que suman su propio grupo político, el liberal conservador VDD (33 escaños), con los democristianos de la CDA (19), el liberal progresista D66 (19) y los calvinistas de la Unión Cristiana (5).
La duración de la negociación, que este lunes alcanzaba los 208 días, contrasta con la de la anterior legislatura, cuando los socialdemócratas del PvdA necesitaron sólo 54 para pactar con el VVD.
El rechazo de los verdes y la integración de los calvinistas
Tras los comicios de marzo, VVD, CDA y D66 intentaron llegar a un acuerdo con la Izquierda Verde, pero esas conversaciones fracasaron debido a las diferencias con los ecologistas respecto a las políticas de inmigración.
La única opción que quedó entonces fue que los tres partidos negociaran con Unión Cristiana, algo a lo que D66 se había negado, debido a las diferencias se debía a las diferencias de ambas formaciones en temas relacionados con la ética médica y la posible extensión de la ley de eutanasia.
Sin embargo, su líder, Alexander Pechtold, accedió a finales de junio a "dar una oportunidad justa" a esa opción. Este lunes, ambos partidos se han dicho contentos con el acuerdo: Pechtold se ha declarado "satisfecho", mientras que el líder de Unión Cristiana, Gert-Jan Segers, aseguraba que el trabajo de sus negociadores es "reconocible" en el texto acordado.
La sombra de la inestabilidad
Así, Mark Rutte tendrá que comandar una legislatura que se prevé inestable, dado el ajustado apoyo del Parlamento al Gobierno. Si uno solo de los 76 diputados que sostendrán al futuro Ejecutivo decidiera escindirse, algo que ya le sucedió en la pasada legislatura al socialdemócrata PvdA, el Gobierno podría tener dificultades para sacar leyes adelante o, incluso, caer.
En ese caso, Rutte podría buscar el apoyo de partidos de la oposición, como el PvdA, los ecologistas de Groenlinks o incluso los calvinistas radicales del SGP, que sólo cuentan con tres diputados pero se han manifestado en el pasado contrarios a las caídas de ejecutivos.
Los negociadores, conscientes de la fragilidad del acuerdo, han redactado un texto más detallado de lo habitual para evitar posibles escisiones. Aunque el acuerdo no se ha hecho público todavía, la prensa holandesa ha publicado numerosas filtraciones, que incluyen una reducción en el impuesto de la renta de 5.000 millones de euros que beneficiará a los trabajadores con salarios medios y altos; el Gobierno compensará ese déficit de ingresos aumentando otras tasas.
Los diputados de las cuatro formaciones recibirán a lo largo de la jornada el texto pactado y podrían reclamar algunos cambios menores, aunque no se espera que esto retrase la formación de Gobierno. De hecho, el Parlamento celebrará un debate sobre el acuerdo esta semana y, si no hay sorpresas, se designará a Rutte como "formador" de Gobierno.