'Museomaquia', el cómic que celebra el 25 aniversario del Museo Thyssen-Bornemisza
- Santiago García y David Sánchez son los autores de esta mezcla de arte y cómic
- Una guerra entre personajes y estilos artísticos de diferentes épocas
Entre los actos conmemorativos del 25 aniversario del Museo Thyssen-Bornemisza (8 de octubre de 1992) destaca el cómic Museomaquia (Astiberri), del guionista Santiago García (Las Meninas) y el dibujante David Sánchez (Tú me has matado). Un singular relato protagonizado por uno de los personajes más famosos del museo, el joven caballero Veneciano de Carpaccio.
“Elegimos a ese protagonista –asegura Santiago- porque es una de las obras más representativas del Thyssen, uno de sus iconos, y es una imagen llena de fuerza y misterio, un protagonista sensacional que sugería mil historias secretas”.
“Creo que hemos creado un universo nuevo –asegura David-. Es una historia en el que los protagonistas son los personajes de esos famosos cuadros y no sabría muy bien cómo definirlo. Creo que no llega a psicodélico. Lo definiría como un universo muy onírico”.
Una guerra en el museo Thyssen
En el cómic el joven caballero veneciano se despierta porque su sueño es interrumpido por el vuelo de una abeja. Y emprenderá una enigmática misión a través de paisajes de cuadros del Thyssen donde viven personajes surgidos de la imaginación de Durero, Dalí, Caravaggio, Lichtenstein… que libran una guerra entre seres y estilos artísticos de diferentes épocas.
"Museomaquia es la guerra del museo –asegura Santiago-, y eso es el planteamiento del cómic: en el museo hay una guerra. Nuestros protagonistas son dos de los soldados que participan en esa guerra, cumpliendo una misión que les lleva por un camino lleno de vueltas y revueltas, pero todas esas vueltas proceden de los cuadros de diversas épocas y artistas. Por eso su misión les obligará a navegar por el “laberinto de la pintura”.
“He intentado –asegura Santiago- hacer un cómic de David Sánchez, que encajara con el resto de cómics de David Sánchez. Él ha sido mi principal fuente de inspiración. Las pinturas del Thyssen nos han proporcionado los personajes y escenarios para ese cómic”.
Ambos autores se han encargado de dar un sentido narrativo y artístico a todas esas grandes obras: “Sí que hay un relato artístico implícito en nuestra narración. Probablemente, incluso más de uno. Y creo que cada lector lo leerá a su manera y encontrará el relato que le corresponde. O así es como debería ser”.
“Nuestra intención –continúa Santiago- ha sido precisamente crear un universo donde todos estos personajes y paisajes pudieran convivir, pero para hacerlo los hemos despojado de sus estilos pictóricos, y así es como creo que hemos intentado crear algo nuevo. Esto es todo mérito del estilo sintético y aséptico de David, con otro dibujante habría sido imposible”.
“No podemos escapar de la influencia cervantina”
Cuando vemos al caballero y a su escudero en esa misión imposible, no podemos evitar pensar en Don Quijote y Sancho. “No lo había pensado –confiesa Santiago-, pero lo cierto es que ahora que el cómic está ahí fuera no eres el primero que me lo dice. Supongo que como españoles que somos tanto los autores como los lectores, no podemos escapar de la influencia cervantina”.
Santiago consiguió el Premio Nacional de Cómic de 2015 por Las Meninas (Astiberri), junto al dibujante Javier Olivares. Pero asegura que ambas obras no tienen nada en común: “Aparte del hecho de que ambos cómics están relacionados con trozos de tela que cuelgan de las paredes de edificios que están en el Paseo del Prado, creo que Museomaquia y Las Meninas no pueden ser más diferentes”.
Un gran artista
Desde que consiguió el Premio al Mejor Autor Revelación del Salón de Barcelona por Tú me has matado (Astiberri, 2010), David Sánchez se ha confirmado como uno de los autores más innovadores del cómic español. Y siempre como autor completo. De hecho, esta es la primera vez que ilustra guiones de otro.
“David es uno de mis autores favoritos de cómic contemporáneo –asegura Santiago-, y además es un gran amigo, de manera que hacía mucho tiempo que quería colaborar con él. Pero precisamente porque le conozco muy bien sabía que era muy difícil, ya que David tiene una forma de trabajar muy personal y muy peculiar”.
“Es muy instintivo e improvisa mucho –continúa el guionista-, por eso le salen los tebeos tan raros y maravillosos que le salen. Pero eso no encaja mucho con trabajar con un guion ajeno, de modo que no sabía si iba a ser capaz de colaborar con alguien en un cómic. Yo no quería que David ilustrase mi guion, yo quería al David genuino al 100%, quería que aportase todo lo que él es capaz de sacar de dentro. Y creo que después de mucho diálogo con mucha confianza por ambas partes, conseguimos llegar a ese punto. Me parece que él ha conseguido hacer cosas en Museomaquia que no había hecho antes, y yo también he aprendido muchísimo sobre lo que es colaborar”.
Algo con lo que el dibujante está de acuerdo: “Yo no había trabajado nunca con un guionista y hacerlo con Santiago ha sido un placer, porque su mayor interés era que yo también hiciera mío el trabajo. Y a medida que iba avanzando con el dibujo sí me he dado cuenta de que lo iba consiguiendo, aportando algunas cosas gráficas que se me ocurrían. Santiago ha sido una gran influencia”.
“Ha sido fácil adaptar los cuadros a mi estilo”
En cuanto al aspecto gráfico, David asegura que: “He intentado traducirlo todo a mi estilo; coger los cuadros y llevarlos a mi terreno. De hecho, en la versión original del guion había algunas obras, no muchas, que hubo que quitar porque no había manera de traducirlas a mis dibujos. Eran demasiado pictóricas. Yo le propuse algunas obras a Santiago pero la gran mayoría las eligió él”.
“En general –confiesa el dibujante- no ha sido difícil adaptar los cuadros a mi estilo, salvo esos caso concretos. El más difícil de llevar al cómic fue Metrópolis de George Grosz, un cuadro que me resultó muy complicado traducir a mi estilo. Fue muy laborioso y me llevó varios días.
“Con el protagonista –continúa- he intentado ser bastante realista al traducir la pintura al dibujo de cómic. Con mi estilo pero que fuera lo más fiel posible al aspecto que tenía en el cuadro de Carpaccio”.
“En cuanto al resto –añade- me han gustado varios personajes. Sobre todo algunos que aparecen poco y he podido llevármelos muchísimo a mi terreno. He podido hacerlos más raros, más malos y más escalofriantes de lo que te pueden sugerir en los cuadros.
“El arte me gusta mucho pero no soy ningún experto –concluye David-. Por eso me ha gustado trabajar así”.
“Es genial que los museos confíen en el cómic”
Esta misma semana se presentaba en el Museo del Prado otro cómic, Idilio, que Montesol ha creado por la próxima exposición de Mariano Fortuny.
“Me parece genial que los Museos confíen en el cómic –asegura David Sánchez-. Hasta ahora el cómic estaba muy menospreciado. Y además lo están haciendo muy bien, porque no se están haciendo los productos típicos, incluso cutres, que se hacían antiguamente, como El Quijote en Cómic o La Biblia en Cómic, que solían ser productos baratos y hechos de mala manera. Creo que se están haciendo tebeos de mucha calidad, con autores que dan vueltas al tema. Santiago y yo no hemos tomado este cómic como un encargo, sino como si fuera una obra nuestra. Y lo hemos hecho lo mejor posible”.
En cuanto a sus proyectos, Santiago García asegura que: “Seguir haciendo cómics hasta que me muera”
Mientras que David nos comenta que está centrado en: “Mi faceta como ilustrador. Tengo muchos encargos atrasados y todavía no he podido ponerme con mi próximo proyecto de cómic. De momento no os puedo avanzar nada porque tengo una idea, pero puede cambiar mucho”.