La francesa Audrey Azoulay, elegida directora general de la Unesco
- En una apretada votación (30-28) ha derrotado al catarí Hamad bin Abdulaziz
- Ha sido ministra francesa de cultura y directiva en el sector audiovisual francés
- Su candidatura ha sido criticada por algunos países árabes
- Sustituye a la búlgara Irina Bokova
La exministra francesa de Cultura, Audrey Azoulay, ha sido elegida este viernes nueva directora general de la Unesco por el Consejo Ejecutivo de la organización, al derrotar en la votación final al catarí Hamad bin Abdulaziz.
Azoulay obtuvo 30 votos de los 58 que componen el Consejo Ejecutivo, por lo que sustituirá a la búlgara Irina Bokova, que ha ocupado el cargo los últimos ocho años.
Su elección tendrá que ser validada por la conferencia general de los Estados miembros el 10 de noviembre, de acuerdo con los resultados oficiales.
Audrey Azoulay, francesa de nacimiento, de origen marroquí y familia judía, llega al mando con un programa que coloca la educación en el centro de sus prioridades.
En su programa para la Unesco, dice ver la educación como "germen de desarrollo y de igualdad entre sexos", quiere convertir el organismo "en un actor de referencia del desarrollo sostenible", aumentar su eficacia y hacer de él un "foro intelectual al servicio de los valores universales".
Polémica candidatura
Sus orígenes y el hecho de que su candidatura se presentara prácticamente en el último minuto, el pasado marzo, irritaron a algunos países árabes, confiados en que en esta ocasión la dirección general durante los próximos cuatro años recaería en la zona.
Los miembros de la organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) están divididos en seis grupos, y el de Europa Occidental, al que pertenece Francia, ha conseguido el mando en seis ocasiones, mientras que el de las naciones árabes es el único en no haberlo logrado.
La derrota del candidato catarí Hamad bin Abdulaziz al Kawari en la apretadísima votación final (30 a 28) del Consejo Ejecutivo ha confirmado la maldición.
El hecho de que Francia sea sede de la Unesco había levantado resquemores por incumplimiento de la regla no escrita de que como tal no debía postularse, pero fuentes oficiales francesas alegan que es una norma "inexistente" y que Azoulay era la mejor candidata.
Pese a la polémica que suscitó la apuesta por la exministra socialista, que se someterá a una votación final de la Conferencia General el 10 de noviembre y asumirá el cargo en funciones cinco días después, en Francia defienden que es la única que puede unir la Unesco y hacer que su agenda esté a la altura de sus ambiciones.
Perfil
Ministra de Cultura hasta hace cinco meses bajo el mandato del socialista François Hollande, Azoulay nació en 1972 en París, en el seno de una familia judía imbricada en la monarquía marroquí: su padre, el político y banquero André Azoulay, fue consejero de Hasán II y mantuvo el puesto con el actual rey, Mohamed VI.
Alumna de la prestigiosa Escuela Nacional francesa de Administración (ENA), por cuyas clases ha pasado gran parte de la elite política del país, la futura directora general de la Unesco está diplomada por el Instituto de Estudios Políticos de París y por la Universidad de Lancaster, donde hizo Administración de Empresas.
Ha ocupado diversos puestos en el sector audiovisual público francés y en la implantación de la televisión digital terrestre, por lo que en Francia se le considera como una mujer muy cercana al mundo del cine y la televisión.
Mantiene desde hace años una amistad con la actriz Julie Gayet, pareja del expresidente Hollande, lo que ha sido relacionado con su rápido ascenso.
Como consejera de Hollande, emprendió en 2014 el diseño de un plan para proteger el patrimonio en peligro, y dos años después, y hasta el pasado mayo, se desempeñó como ministra de Cultura y Comunicación en el gabinete socialista durante un año y medio.
Azoulay, madre de dos hijos y casada con un alto funcionario, se define a sí misma como una "ciudadana del mundo", y habla francés, inglés y español con fluidez.